Hace dos años, durante una de las corridas de feria en la plaza de toros de Ciudad Real, tuvimos ocasión de compartir burladero con Víctor Puerto. Ya aquel día comentó que pretendía que la temporada del 25 aniversario de su alternativa en aquella misma plaza fuera especial. Y lo va a ser, no solo por cumplirse las bodas de plata de su doctorado como matador de toros, sino porque este año supone su despedida de los ruedos, una “coletilla” con la que la mayoría no contábamos. Él tampoco.
PREGUNTA: ¿Lo de hacer coincidir la temporada del 25 aniversario de su alternativa con el de su retirada ha sido algo premeditado?
RESPUESTA: Me temo que no. Hace dos años recuerdo que te comenté que la temporada del 2020 quería que fuera especial, pero “simplemente” porque quería llevar a cabo una temporada bonita para conmemorar mis 25 años como matador de toros. Sin embargo, en estos últimos dos años, se me ha agravado una lesión en el hombro izquierdo que arrastro desde hace mucho tiempo, que me hace casi imposible continuar toreando y pone en peligro la funcionalidad de la extremidad para hacer una vida normal plena. Fue entonces cuando, tras consultar con los doctores que me operaron la última vez, decidí que mi temporada del 25 aniversario iba a ser, al mismo tiempo, la de mi despedida de los ruedos. Y te digo una cosa, no hay mal que por bien no venga, y ahora, por la limitación de movimiento en el brazo izquierdo, estoy pasándomelos más cerca que nunca toreando al natural (ríe el torero).
P: ¿Y a qué es debida esa lesión?
R: Pues viene nada menos que de mis tiempos de novillero. En Socuéllamos un novillo me partió la clavícula, y en Albacete me pegaron un volteretón a porta gayola. Cuando eres joven parece que uno es poco menos que de goma (risas), y estamos como locos por ponernos delante lo antes posible después de una cornada o lesión, a menudo atropellando la razón. Sin embargo aquellos golpes dejan secuelas y las consecuencias se ven a largo plazo.
P: ¿No es una lesión recuperable con cirugía?
R: Los médicos ya me han tratado la zona varias veces, pero, aunque hay posibilidades de operar de nuevo, las probabilidades de una mejora que me permita llevar a cabo los esfuerzos que requiere estar en activo son muy pocas. Por tanto, lo que he hecho este invierno, es reforzar la zona muscularmente para poder echar adelante una temporada con la que estoy muy ilusionado.
Víctor Sánchez Cerdá (Víctor Puerto en los carteles) nació en Alcorcón en 1973 aunque a los nueve años se trasladó a vivir a San José de la Rinconada (Sevilla). No obstante siempre mantuvo una intensa relación con la provincia de Ciudad Real, fundamentalmente por el arraigo de su familia con Cabezarrubias del Puerto, de donde tanto su tío, Antonio Sánchez Puerto, como el propio Víctor, tomaron parte de la denominación de la localidad para añadirla a su nombre artístico.
Debutó con picadores el 23 de marzo de 1991 en Alcázar de San Juan junto a David Parra y José Moreno. Se lidiaron novillos de Bernardino Jiménez. Tomó la alternativa en Ciudad Real el 9 de abril de 1995 en la plaza de toros de Ciudad Real, con Miguel Báez “Litri” como padrino, y Jesulín de Ubrique como testigo, frente a toros de Luis Algarra.
P: ¿Cómo ha percibido usted que se ha acogido la noticia?
R: Realmente bien a todos los niveles, tanto a nivel de aficionados, como de compañeros, ganaderos y empresarios. Debo decir que estoy muy agradecido por todas las muestras de afecto y por toda la atención informativa que estoy recibiendo. Se me había olvidado esto de dar tantas entrevistas (bromea el torero). Cuando anuncié que este año me retiraba, el pasado 12 de febrero en Sevilla, al acto acudieron una serie de compañeros con los que tengo una relación especial, y que siendo muy grandes, tuvieron en detalle de desplazarse y estar a mi lado en un día tan señalado. Maestros como Paco Ojeda, Espartaco, Litri, Dávila Miura, Raúl García “El Tato”, Cuqui de Utrera, mi tío Antonio Sánchez Puerto… Fue muy emotivo.
P: ¿Qué planteamiento de temporada tiene previsto?
R: Todo va a ir surgiendo con naturalidad, aunque debo reconocerte que me encuentro preparado para ir a cualquier plaza, y eso incluye también, por ejemplo, Sevilla y Madrid. En Sevilla, de momento, no ha podido ser, pero no están todas las puertas cerradas. Y, lógicamente, me gustaría despedirme de Madrid. Esa afición fue la que me lanzó con dos puertas grandes en 1996, y ha sido una plaza absolutamente fundamental en mi trayectoria. Y dicho ésto tirando por arriba, es indudable que todos los toreros tenemos una vinculación especial con unas plazas determinadas, con unos compañeros más que con otros, con ciertas ganaderías, y me gustaría volver a encontrarme con todos ellos para despedirme y cerrar un círculo, profesional y sentimental. Quiero que, sobre todas las cosas, sea una temporada bonita. Que cada tarde tenga un porqué. No se trata de torear por torear. Toda mi vida se la he dedicado al toro. He estado arriba, en medio y abajo, pero creo que me he ganado disfrutar en mi última temporada en activo, y voy a hacer todo lo posible para que así sea. Y algo muy importante para mí (aquí hace una pausa prolongada).
P: ¿Cuál?
R: Quiero que mis hijos vean a su padre vestido de luces y disfrutar toreando. Que aprecien que su padre ha sido alguien que ha tenido cosas que decir en el toreo, hayan sido más o menos, y que la gente lo quiere. Aunque saben que soy torero, faltaría más (risas), me gustaría que me vieran dando una dimensión mayor de lo que he hecho en los últimos años.
Víctor Puerto protagonizó un brillante paso por el escalafón de novilleros con picadores. Hizo el paseíllo en las plazas de mayor relieve, y cortó una oreja en su presentación como novillero en Las Ventas en 1993.
Sin embargo su mayor éxito lo logró tres años más tarde. En su confirmación de alternativa, el 28 de mayo de 1996, alcanzó el sueño de cortar dos orejas (a su segundo toro) y salir a hombros por la puerta grande de Las Ventas, hito que repetiría en su siguiente paseíllo en el coso más importante del orbe taurino. Ambos rotundos triunfos –o zambombazos, como se dice en jerga taurina- le abrieron las puertas de todas las ferias de España, Francia y América durante las dos temporadas posteriores, alternando con las máximas figuras del momento.
P: ¿Hay alguna fecha ya marcada en el calendario para ver a Víctor Puerto haciendo un paseíllo vestido con el chispeante?
R: Hay muchas cosas vistas, pero también es cierto que muchas plazas, incluida, por ejemplo, la de Ciudad Real, no tienen empresario porque deben salir a concurso. Sin embargo mi anuncio, como te comentaba antes, ha sido muy bien acogido, y creo que habrá cosas bonitas. De momento, el primer compromiso que tengo es el 28 de febrero en un festival que toreo en Alcalá del Río, que es, precisamente, la plaza en la que yo empecé a entrenar de pequeño cuando nos vinimos a vivir a Sevilla. Esa clase de contenido sentimental es el que quiero que me mueva este año a la hora de torear, aunque también te digo que sé cómo está el panorama y lo difícil que es torear. Pero no me vuelvo loco, sé lo que hay, y las que toree, sean más o sean menos, quiero que tengan ese toque bohemio que en este momento únicamente me motiva.
P: ¿Tiene alguna idea especial en la cabeza?
R: Sí. Tengo muchas, pero una de ellas es encerrarme con seis toros en una plaza que tenga un sentido especial para mí. Pero sobre todo lo que quiero es sentirme torero, sentir el toreo, y volver a encontrarme con personas que han tenido un peso específico importante en mi trayectoria, bien sea en una plaza de toros vestido de luces, o en el campo toreando unas becerras.
La plaza de toros de Ciudad Real es uno de los cosos más representativos en la carrera de Víctor Puerto. No solo porque en ella tomó la alternativa ya referida, sino porque en su ruedo ha trenzado más de veinte paseíllos como matador de toros, en los que ha alternado, tanto en feria como en la desaparecida Corrida de Beneficencia, con toreros como Enrique Ponce, El Juli, Rivera Ordóñez, Finito de Córdoba, Luis Miguel Vázquez, Aníbal Ruiz, Morante de la Puebla, o José Tomás (en dos ocasiones), amén de varias actuaciones como novillero.
P: Somos conscientes del compromiso en el que le ponemos si le pedimos que nos dé un cartel ideal para su despedida este año, pero ¿puede decirnos algo al respecto?
R: Efectivamente, me pondrías en un compromiso porque, afortunadamente, se me vienen muchos nombres a la cabeza, pero si tengo que decirte uno, sin duda, es el de mi tío Antonio Sánchez Puerto. Pero claro, decir esto ya es un compromiso, porque ponerse un traje de luces y plantarse delante de un toro son palabras mayores. Sin embargo, estoy seguro de que vamos a compartir tardes bonitas este año, bien sea en una plaza de toros o en el campo, y, por supuesto, me encantaría que Lanza estuviera presente para dar testimonio de las ocasiones, porque vamos a intentar que todas sean especiales.