El Know-How (del inglés saber-cómo) o Conocimiento Fundamental es una forma de transferencia de tecnología. Una expresión anglosajona que se usa para denominar los conocimientos que se tienen sobre un asunto tanto de carácter teórico como práctico. Unos conocimientos que permiten desarrollar una actividad de carácter técnico, científico, social o cultural.
Cuando el fontanero, el electricista llegan a nuestras casas y levantan una tapa, cambian un tornillo y aquello funciona todos pensamos en lo sencillo que es, y en lo barato que debería ser. Pero lo que no valoramos es que hay que saber qué tapa levantar y qué tornillo apretar. Cuanto más compleja es la cuestión más conocimiento `previo es necesario tener para desarrollar una actividad. Y eso en el mundo actual, en lo comercial, en lo industrial, en lo logístico y en lo tecnológico cada día es más importante. El saber lo que hay que hacer y cómo hacerlo es una base esencial que se valora en la sociedad actual de una forma especial. El tener localizados los contactos, las personas que pueden tomar determinadas decisiones, aquellos interesados o conocedores de un asunto es un valor fundamental en la actividad actual.
Poner en marcha una feria con 166.790 contactos, con 77.400 personas acreditadas de las que 44.142 han sido profesionales, 12.830 compradores de los que 3.052 han sido internacionales procedentes de más de 60 países, y 9.778 nacionales, es una tarea compleja. Una feria con 1.214 expositores, de los que 619 eran de Castilla-La Mancha y 278 de Ciudad Real que han presentado sus productos con una calidad de stands que supone una superación constante año a año supone un conocimiento espléndido del tema. Una actividad en la que el programa Contacte ha permitido 6.137 reuniones, 3187 de ellas en el primer día de feria. Fenavin se consolida como una gran feria en la que es posible el contacto, el conocimiento y las relaciones comerciales para un sector como el de la industria vitivinícola que es uno de los ejes fundamentales de nuestra economía. Un sector que necesita una fuerte relación con el exterior y un volumen de exportaciones cada vez más cualificado para mantener su actividad.
Y para ello hace falta el know-how que la Diputación provincial tiene, ha adquirido y mejorado con la experiencia de las ediciones ya celebradas. Hemos llegado a un alto nivel de excelencia gracias al impulso del presidente Nemesio de Lara y al equipo que dirige Manolo Juliá. 452 personas empleadas directamente por la feria, y 25 empresas auxiliares, de las que 22 son de la provincia de Ciudad Real. Equipo consolidado a lo largo de las diferentes ediciones y con una preparación profesional que se ha ido consolidando y mejorando edición tras edición. Y ese saber hacer las cosas vale dinero y sobre todo vale porque es útil para nuestra sociedad, nuestra economía y nuestro desarrollo empresarial y laboral. La industria vitivinícola representa un mundo de trabajo en el cultivo de la vid de amplia tradición e implantación en Castilla-La Mancha, representa una estructura de bodegas repartidas por todo el territorio que día a día mejoran sus instalaciones y la calidad de sus productos y es, además de todo ello elemento esencial de nuestro paisaje. Un sector sostenible en sus cultivos, en su implantación medioambiental y en las posibilidades tecnológicas que debe tener.
Un saber hacer que es también “saber estar”. Se agradece a la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, al secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, a las consejeras de Agricultura y Economía y Empleo, María Luisa Soriano y Carmen Casero, respectivamente, por su presencia en la feria por reconocer la importancia que la misma tiene para el sector aunque su aportación económica al desarrollo de la misma haya sido de cero euros (esta última matización es mía personal).
Eso ya es más que know how, es “savoir faire”, es baile de salón. Pero tampoco está mal saber que la verbalización de la importancia de las cosas, de los responsables políticas de instituciones como la regional debe llevar a compromisos económicos para potenciar un sector que ya está consolidado y que es de lo más “emprendedor” de Castilla-La Mancha. Las visitas se agradecen, los compromisos se valoran y en este caso el compromiso con la feria ha sido más bien escaso, salvada sea su presencia por supuesto. Se anuncian eventos próximos en los que se dice que FENAVIN podría encuadrarse. Eso ya es no know-how y menos savoir faire, pero el tiempo envejece deprisa como decía Tabuchi en el título de su novela.