Todo aquel que no vea los partidos del Atlético Tomelloso y se guíe por una simple tabla de números y de resultados podrá tirar de titulares y opiniones fáciles como que “el Atlético Tomelloso no levanta cabeza”, “problemas para el Atlético Tomelloso”, “Darío no da con la tecla”, o cualquier otro aspecto que se quede en eso; en solo números, en resultados que, todo sea dicho, al fin y al cabo, es lo único que cuenta.
Sin embargo, los que vean al equipo auriverde dentro y fuera de casa, e incluso en algún entrenamiento, podrá valorar que la suerte es una de las partes más importantes del fútbol por encima del trabajo, de los goles y de los resultados. Porque si estás con la flecha para arriba, todo sale. Pero si estás con la flecha para abajo, ni fútbol, ni goles, ni resultados. Y aquí, el Atlético Tomelloso aparece como principal protagonista.
El pasado miércoles, en Mora, Darío planteó un partido táctico rozando la perfección. Le dejó el balón a su rival y juntó las líneas. Pese a la posesión del rival, los auriverdes mordieron cuando tuvieron que morder y coleccionó las mejores ocasiones del partido. Manu Monteaguado tuvo dos cabezazos; uno por encima del larguero y otro rozando el palo. Y luego Gallego vio cómo tres balones se paseaban entre la línea de gol y a escasos centímetros de su frente. Para colmo, también Gallego, envió un zapatazo al larguero. Concretamente al larguero y al palo y se salió. Y más tarde fue Luque el que envió con su pierna menos buena otro balón al travesaño.
Sin embargo, el Mora, que no se acercó a la portería de Mena en todo el partido, se adelantó en el marcador al minuto de la reanudación con un disparo de Marcel que se coló pegado al palo. Entonces reaccionó el Atlético Tomelloso y se puso a jugar en busca de la igualada para poner contra las cuerdas a su rival. Y lo hizo hasta que cayó una tromba de agua para romper el partido y convertirlo en una auténtica piscina. Ahí se igualaron las fuerzas y a diez minutos del final, a Mena se le escapaba un balón de las manos para que Cristian pusiera el 2-0. Fin del partido. Impotencia y rabia en los pupilos de Darío. Una vez más, la historia se repetía.
“El sabor que te queda es muy amargo”, reconocía Darío ya que “una vez más se repitió la misma historia”. “Yo puedo decirte cómo está el vestuario y es muy jodido porque se dejaron todo, hicieron casi todo bien y no llegó la recompensa. Y es que trabajamos mucho para la poca recompensa que estamos teniendo”, indicaba el mister.
Haciendo una valoración del partido, el técnico aseguraba que “el partido lo controlamos tanto con el 0-0 como con el 1-0. Hicimos un trabajo táctico muy muy bueno. Luego, el gol nos cayó como un jarro de agua fría por lo tempranero que fue. A partir de ahí, dimos un pasito adelante y fuimos a por el empate, pero con la tromba de agua que cayó dificultó nuestro juego”.
Sea como fuere, “estoy muy orgulloso de mis jugadores porque están trabajando muy bien y se están dejando todo” y finalizaba diciendo que “el fútbol no va a ser siempre así. Jugando así seguro que llegarán los resultados. Así es que ahora, toca apoyar y animar a estos jugadores porque se lo merecen y están defendiendo a muerte el escudo del Atlético Tomelloso”.
Mientras tanto, la plantilla auriverde descansará hoy jueves y volverá al trabajo mañana viernes para preparar el partido del domingo ante el Madridejos.
