J. Y. y Ciudad Real
Lanza.- Los primeros resultados de la V edición de Fenavin han sido espectaculares, ¿Es ya una feria consolidada a nivel internacional?
Manuel Juliá.- Destacaría tres fases de especialización, una en actuaciones de negocio en el sector internacional, otra en el concepto del vino dentro de la cultura del vino y la tercera en la generación de sistemas de gestión novedosos. En esta cuarta edición, además de los crecimientos, de los 1.200 expositores, de un pabellón nuevo y de las cifras, el sector comprador nacional ha apostado de forma decidida. Hasta ahora se le había dado un poco la espalda y nosotros le hemos ido dando espacio contextualizándolo con los compradores internacionales. Estoy muy orgulloso porque el sector nacional de la compra (grandes superficies, distribuidores, cadenas de restauradores,..) ha apostado en Fenavin, y han venido 3.780 compradores de un total de 9.000 enlaces realizados.
L.- La calidad de la feria a través de las oportunidades de negocio, reconocida por la propia ministra de Medio Rural y por todos los participantes, le hará sentirse orgulloso como organizador, ¿pero le supone un reto para próximas ediciones?
M.J.- Con los componentes de mi equipo he comentado que hemos llegado al liderazgo porque las estrategias de trabajo planteadas han funcionado, pero ahora viene lo difícil que es consolidarse. Cuando alguien ocupa la máxima posición se pone en el objetivo de quienes lo persiguen y comienza el problema de mantenerse. Ahora, tenemos que estudiar estrategias no en el ámbito cuantitativo, porque hemos ocupado el 100% de las posibilidades de crecimiento, sino en la posibilidad de implantar sistemas innovadores en la gestión dirigidos a potenciar la feria con la finalidad de negocio y para introducir el vino en la cultura social. La promoción es importante en un momento en el que observamos que hay cierto descrédito de las bebidas alcohólicas, aunque el vino tenga un arraigo cultural en nuestra historia.
L.- En este sentido, ¿hacia dónde pueden ir las investigaciones sobre el vino como alimento y producto nutricional impulsadas por varias instituciones, sin olvidar que es una bebida alcohólica?
M.J.- Serán muy importantes porque todos tenemos un sello genético del vino y si, como se ha demostrado, los seres humanos nos transmitimos información a través de los genes y lo que nuestros ancestros aprendieron nos ha llegado, las antiguas sociedades se desprendían del sufrimiento de su vida cotidiana con el vino. En su tiempo de ocio bebían vino y se ha transmitido genéticamente como algo relacionado con el placer y el disfrute. Por ello, hay que promocionarlo como un producto cultural y social, pues hay una cultura vinícola que no podemos despreciar y hay que concebir desde la mercadotecnia esa realidad relacionada con la salud y la nutrición.
L.- ¿Está de acuerdo con la opinión del presidente de la feria, Nemesio de Lara, en que hay que invertir más en mercadotecnia para introducir el producto vinícola de forma más eficaz en los mercados nacionales e internacionales?
M.J.- Sí, hay que invertir más con el fin de que se consuma. Y en la presente edición, me está encantando que en la galería del vino haya mucha gente joven que está adquiriendo hábitos de consumo de vino.
L.- El consumo interno es una de las asignaturas pendientes, ¿qué habría que hacer desde el sector y las administraciones con las nuevas generaciones para introducirlas en este mundo?
M.J.- Tenemos que entender que las responsabilidades son colectivas y tanto las instituciones como el sector tienen que llevar a cabo actuaciones promocionales. Por ejemplo, las bodegas podrían celebrar el Día de la Juventud, siempre estableciendo su consumo de forma moderada. Creo que ha de ser una labor común y de creación de mentalidad, a través de la conversión del vino en un valor de negocio.
L.- ¿Y desde Fenavin, cómo se podría luchar contra la progresiva caída de ventas y de consumo? ¿No cree que se podrían abrir las puertas a personas de a pie que se sientan atraídas por este mundo, además de a los profesionales?
M.J.- Fenavin juega un papel pero repito que ha de ser una labor conjunta. Aquí, en la feria hemos desarrollado un total de 56 actividades divulgativas, culturales y de carácter social, pero no hay que olvidar que es una feria de negocios con unos conceptos claros. Por ello, deberían celebrarse a lo largo del año actuaciones convocadas por el propio sector y por las administraciones de este campo.
L.- Usted es poeta, hágame un canto al vino para los que son paganos con esta cultura
M.J.- Creo que esta feria ha sido un sueño desde el principio porque nació en un entorno de incredulidad y escepticismo. Y cuando algo es muy difícil y lo deseas mucho, se termina convirtiendo en un sueño. Y el vino es también un sueño porque es una forma de tener otra visión ante la vida. Hay que tener en cuenta que nuestro estado mental lo transmitimos al exterior, y el vino es un licor que te hace ver la vida de otra manera y de sentir otras sensaciones.