A las tres horas de duración se fue el XIV Festival del Cante “Posada Flamenca” y a buena parte del público se le hizo corto por el magnífico espectáculo que presenció en el Teatro Marcelo Grande. Hubo buena entrada, pero sin llegar al lleno, a pesar del asequible precio de las entradas y el altísimo nivel que demostraron los cantaores, guitarristas y bailaoras que participaron en un espectáculo formidable.
Juan Ortega Chacon presentó de manera impecable el festival, de una forma muy didáctica y amena. Organizado por el grupo flamenco Amanecer y patrocinado por el Ayuntamiento, el festival se consolida como uno de los mejores que se hacen en toda la región.
Energía y talento de Ricardo Fernández del Moral
Fue sencillamente impresionante lo que hizo Ricardo Fernández del Moral, todo un derroche de energía y talento al cante y la guitarra. El daimieleño, que ganó la prestigiosa Lámpara Minera en el 2012, realizó una exhibición en las dos vertientes y se metió al público en el bolsillo ya fuera con la primitiva caña, las alegrías, soleas, tangos, un cuplé por bulerías y otros palos del flamenco que recorrió en una primorosa actuación. Un cantaor puro que manejó el compás y un perfecto conocimiento de los estilos. Al baile estuvieron Prado Jiménez y Marta Serrano, inmensas también.
Apareció después en las tablas la extremeña Esther Merino, poseedora también de la Lámpara Minera en la Unión, el concurso de flamenco más reputado en la que llegó a ser finalista en tres ocasiones. Y demostró en Tomelloso que esos galardones no son fruto de la casualidad, luciendo una voz brillante, vigorosa y rica en matices, con una impecable conocimiento de los cantes que ejecuta siempre en la línea más ortodoxa y con una impecable honestidad. Estuvo bien acompañada por un guitarrista de altura, Álvaro Minero, Bordón Minero en este año 2022 y el cuadro de baile de las Hermanas Barba que atesora un gran palmarés de premios y apariciones en los programas más vistos de la televisión.
Flamenco de pedigrí
En medio de una gran ovación, al final llegó la hora de entregar los obsequios y recuerdos a los artistas que ofrecieron un flamenco de pedigrí en el Marcelo Grande. Puede estar contento el responsable del grupo organizado, Alejandro Lozano, que en el folleto del presentación del festival destacó la alegría de la vuelta de Posada Flamenca tras un paréntesis de dos años provocado por la pandemia. Tampoco olvidó dedicar unas hermosas palabras al gran guitarrista, compositor y concertista, Manolo Sanlúcar, fallecido el pasado 27 de agosto. “Mi deseo es que su obra sirva de inspiración y guía a los nuevos intérpretes de este arte tan apasionante que es el flamenco”.
