Pregunta: Recientemente, el epidemiólogo Richard Pebody, jefe del equipo que vigila los patógenos de alta amenaza en la Organización Mundial de la Salud, ha manifestado que los ciudadanos tienen que estar preparados por si el virus de la gripe aviar se propaga de persona a persona. ¿Comparte esta opinión o considera que puede alertar a la población?
Respuesta: Comparto esta opinión plenamente siempre y cuando se interprete en su justa medida. ¿Qué quiero decir con esto? Los virus de gripe, y entre ellos los de gripe aviar, son en general de los que tienen más potencial para causar pandemias por su rápida evolución, capacidad de mutación y ocasionalmente intercambio de segmentos genéticos. Esto lo prueban además eventos históricos como la mal llamada ‘gripe española’. Sin embargo, no significa que actualmente nos encontremos en un escenario pandémico. La necesidad de alerta viene del hecho de que actualmente estamos en un escenario de panzootía es decir de casos de gripe en aves silvestres y domésticas y esporádicamente mamíferos a nivel prácticamente global. Esto significa que hay mucha circulación de este virus de gripe aviar, en concreto, en muchos ambientes y especies diferentes. Por lo tanto, hay muchas posibilidades de mutaciones o recombinación de este virus con un virus de gripe humana o porcina si infectan a un mismo animal (solo puede ocurrir en algunas especies concretas como cerdos, visones, etc.). Y esto puede resultar que en algún momento surja un virus que pueda infectar a y transmitirse entre humanos. No significa que vaya a pasar necesariamente, pero a más oportunidades, mayor probabilidad que ocurra. Por eso hay que estar muy vigilante y no bajar la guardia para reconocer enseguida si algo así ocurriese. A esto es a lo que se refiere el señor Pebody.
P: ¿De qué manera puede afectar la gripe aviar a los humanos?
R: En este momento no lo conocemos, ya que no sabemos los cambios que podría adquirir el supuesto virus que se podría propagar entre personas. Esto es porque cada cambio tiene un coste. Si una variante adquiere alguna mutación que resulte en una mejor adaptación a infectar humanos, a cambio se podría volver mucho menos patógena (causar menos o ninguna enfermedad) – esto por ejemplo ocurrió con la gripe porcina H1N1 que surgió en 2009 y se propagó ampliamente, pero causó en general solo síntomas leves. Por lo contrario, el virus H5N1 que circulaba en 2005 nunca consiguió transmitirse de forma eficiente entre personas, y por lo tanto, no afectó a muchas personas, pero causaba síntomas graves y la muerte en más de la mitad de los casos.
P: Parece que la gripe aviar está rebrotando, aunque aún está lejos de los niveles alcanzados durante la oleada de los años 2004 y 2015. Desde su punto de vista, ¿Es preocupante la situación? ¿Puede derivar en un riesgo pandémico importante?
R: Es muy importante diferenciar muy bien lo que está pasando en la actualidad. Existen dos situaciones diferentes. Por una parte, hay un brote de gripe aviar sin precedentes entre aves silvestres y domésticas en prácticamente todo el mundo, pero especialmente Eurasia, las Américas y Africa, con casos esporádicos en mamíferos, principalmente por consumir aves infectadas. Asociado hay casos esporádicos en personas, excepto en el de la niña en Ecuador generalmente con síntomas leves o sin síntomas – de hecho, en algunos casos (los dos trabajadores de España) se considera que lo que se detectó en el análisis preventivo fue material genético del virus procedente del ambiente sin que se tratase de una infección real.
Por otra parte, en el sureste asiático hay una situación de circulación continua y en paralelo de diferentes virus de gripe aviar (H5N1, H7N9, H5N6, etc.) en la población de aves domésticas y silvestres y transmisión ocasional a personas como el caso reciente en Camboya. Concretamente en este caso se trata de un virus H5N1, pero diferente al que circula entre las aves en el resto del mundo.
P: ¿De qué forma puede ayudarnos todo lo aprendido con la pandemia de la Covid para tener más vigilada y controlada la gripe aviar?
R: En primer lugar, a tener claro que, sin alarmar, hay que tomarse las cosas en serio y no bajar la guardia. También hay que entender la necesidad de la investigación como arma (en este caso la generación y comparación de secuencias compartidas por investigadores en todo el mundo permite seguir el virus muy de cerca).
En segundo lugar y a nivel práctico, recordar la importancia de las medidas de bioseguridad – no me refiero a volver a las mascarillas, pero si al cuidado de la higiene (lavado de manos) tras el contacto con animales y el no tocar animales (aves) enfermos o muertos.
Finalmente, la experiencia con la Covid, por una parte, y la maquinaria existente de vacunas frente a gripe estacional humana/gripe aviar debería permitir una cierta rapidez de respuesta en caso de que fuera necesario contar con vacunas para la protección de las personas.
P: La detección de varios casos de gripe aviar en mamíferos ha hecho saltar las alarmas en varios países. ¿Hasta que punto deben preocuparse las personas por este hecho?
R: En comparación con la panzootía que hay en aves silvestres que no tiene precedentes, los casos en mamíferos son esporádicos y se deben principalmente al consumo de aves infectadas. Hay una excepción clara que es el caso del brote de la granja de visones en Galicia en octubre de 2022. En este caso hay indicios de una adaptación a una transmisión entre visones por una mutación concreta. Sin embargo, no significa que esta mutación posibilite el salto a las personas y el brote fue erradicado y esta variante no se ha detectado después en España.
El otro caso llamativo, como la gran mortalidad de lenes de mar en Perú, actualmente no cuenta con datos suficientes para obtener conclusiones. Dado el comportamiento de caza y gregario de los leones de mar y la cantidad de aves afectadas en las playas, se puede deber tanto al consumo de las aves como a una transmisión entre los leones de mar.
Es decir, de nuevo, todos estos casos reflejan la alta capacidad de evolución y mutación del virus, e indican que existe la posibilidad de infección en especies que podrían actuar como vasos de mezcla en los que podrían surgir recombinantes y por lo tanto urgen a mantener una vigilancia muy activa. Sin embargo, el hecho que hay casos de mamíferos en zonas muy diferentes, especies diferentes y espaciados en el tiempo indica que por el momento no existe un virus con transmisión sostenida en estas especies. En conclusión, se requiere de mucha vigilancia y precaución, pero no es necesario alarmarse. Lo que si es muy importante es toda la protección posible al sector de producción avícola que es donde está el riesgo real.
