El balance de la actividad cinegética en la temporada 2016-2017 ha estado marcado por la abundancia y calidad de los trofeos, sobre todo de jabalí, en caza mayor, mientras que en la modalidad de menor ha sido más irregular. Portavoces de las principales organizaciones de cazadores, promotores y gestores cinegéticos de la provincia y Castilla-La Mancha, coincidieron en apuntar hacia la recuperación de un sector, cuya actividad comercial se vio lastrada en los años de crisis, sobre todo entre los participantes de las monterías medias (con precios más asequibles). Subrayaron el peso específico de esta actividad en las economías de provincias como Toledo o Ciudad Real, con una facturación anual de 600 millones de euros en la región, según la Consejería de Agricultura, cinco veces inferior a los números reales
J. Y.
Ciudad Real
El presidente regional y nacional de la Asociación de Propietarios Rurales, Productores de Caza y Conservadores del Medio Natural (Aproca), Luis Fernando Villanueva, recordó la necesidad de hacer una radiografía sobre la actividad cinegética sostenible en España, por lo que valoró uno de los próximos proyectos de investigación que iniciará la Fundación Artemisan en este sentido para recoger “la realidad de lo que la caza aporta al PIB y su importancia económica y social”.
Sobre la temporada, Villanueva recordó que ha habido una “alta densidad” de animales en Castilla-La Mancha, debido a unas condiciones climatológicas favorables, especialmente en ciervo y jabalí, que propiciaron más repoblación, con más crías y mejores pastos, además del mantenimiento en las fincas.
Así, con una cifra similar de cacerías, “el volumen de piezas abatidas se ha incrementado”, al igual que la calidad de los trofeos “ha sido buena”, en más medida en los cérvidos (corzos, venados y gamos).
El portavoz de Aproca reconoció un “aumento de la afición”, con más actividad comercial, “aunque hay cotos gestionados por sociedades locales y otros con más puestos”.
Igualmente, al parecer, hay parte de los cazadores trasvasados desde la actividad de caza menor, debido a la situación de algunas de sus especies.
Precisamente, la perdiz, una de las tres especies emblemáticas de la temporada de menor, “ha sido un desastre”, aseguró Villanueva, quien pidió a las administraciones “medidas drásticas de apoyo real a esta especie”, tras la “oportunidad perdida” que han tenido para haber respaldado la actividad cinegética en el Programa de Desarrollo Rural (PDR).
“La caza aporta mucho al PIB pero los diferentes gobiernos no lo tienen en cuenta y no hacen inversiones para fomentar el sector”, se quejó.
En cuanto el anteproyecto de reforma de la Ley de Caza de 2015 del Gobierno regional, dijo que “queda trabajo interno”, aunque han recogido “bastantes” alegaciones aportadas por su organización de manera individual y de manera colectiva por la Mesa Regional en Defensa de la Caza, aunque hay déficits como la prohibición de las autorizaciones por control de daños, y el control de predadores en los Planes de Ordenación Cinegética, que supondrá “un incremento de la burocracia administrativa y un impedimento para reparar de manera efectiva los daños producidos en parcelas agrícolas o en la recuperación de las especies de caza menor”.
Empeoramiento
El presidente de ATICA Castilla-La Mancha, Juan Caballero, se expresó en el mismo sentido al ser preguntado por la normativa que en unos días llegará la Consejo de Gobierno y a las Cortes. “Con la nueva ley, empeorarán las gestiones en el sector”, sobre todo en temas puntuales como los permisos para el control de predadores.
De la temporada de monterías, destacó el óptimo balance en el número de piezas, por la buena primavera y otoño, que han favorecido el buen estado de jabalíes y ciervos, incluso este último “por encima de lo normal”.
En el tema de la venta comercial del sector “ha habido un pequeño repunte”, pero “lejos de lo que había antes de la crisis”, una pérdida que dejó huella “en los cotos de pueblo”.
En caza menor “en general ha bajado”, tanto la perdiz, con poca cría, como la liebre, una especie que, a su juicio, está mermando mucho.
Por ello, también habló de “una reconversión” de los amantes de la caza hacia especies de la modalidad de mayor. “Ha habido más licencias”, dijo.
Calidad moderada
Agustín Rabadán, presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, confirmó, en similar sintonía, “un aumento del número de reses”, tanto de jabalí, como de venado y gamo, si bien precisó que su calidad “ha sido moderada” por el calor del inicio de temporada.
Sobre las especies de menor, aseguró que la presencia de liebre ha sido irregular, con zonas “de abundancia y otras con escasez”, y en el caso de la perdiz “se ha mantenido en las capturas de años anteriores”, por lo que, a su juicio, “hay síntomas de recuperación” al haber “quedado parejas”. Sin embargo, Rabadán se mostró a favor de políticas agroambientales para recuperar el esplendor de esta especie, y que se sumaran a “los criterios de mesura” de los cazadores, con fechas y cupos cierres de temporada, porque “somos responsables”.
También destacó el incremento de la actividad, tras el alza en el número de licencias más hasta las alrededor de 140.000 en la región, “un dato significativo una recuperación del sector”.
Respecto a la futura Ley de Caza, Rabadán dijo esperar que “no sean un brindis al sol” cuestiones como el concepto de caza social que defiende la Consejería, y que haya mayores bonificaciones fiscales que beneficien este modelo.
Conejos
De otro lado, los portavoces de las diferentes organizaciones cinegéticas consultadas señalaron que la sobrepoblación de conejo de monte que ha llevado a activar la emergencia cinegética en la región (en 23 pueblos en Ciudad Real) hasta finales de verano por los daños en la agricultura se debe al abandono de sus hábitats naturales (en el caso de la provincia, en los Montes de Toledo y en la comarca de Montiel) por la presencia de predadores. “Hay que jugar con el equilibrio poblacional”, que en el caso del conejo tiene “mucha presión”. Por ello, defendieron “más facilidades en la tramitación administrativa” para controlar a los predadores y otras medidas agroambientales para evitar enfermedades en la especie.
