La noche de los viejos rockeros del Quijote Arena tuvo como protagonista estelar a Alberto Entrerríos, que contó como “teloneros” nada menos que con los Hispanos, entre los que se encontraban rostros tan conocidos para los aficionados que abarrotaron el pabellón como Joan Cañellas, Viran Morros, Julen Aginalgalde, los hermanos Dujshebaev…
Alberto Entrerríos recibió el homenaje del balonmano español y la Federación anunció que se retiraba el dorsal número dos, el que lució el asturiano a lo largo de su carrera: “Me ha sobrepasado. No soy merecedor de algo tan importante como la retirada de una camiseta. Creo que nadie se lo merece porque la selección es el equipo de todos y debe haber camiseta para el que venga siempre. Estoy muy agradecido a la Federación, a Paco (Blázquez), entre otras cosas porque ha sido en Ciudad Real, delante de mucha gente que ha sido una parte importante de mi vida”.
Fue el reencuentro de Alberto con un pabellón muy importante para él. “Estaba seguro de que iba a haber buen ambiente, pero ha sido mucho más de lo que pensaba. La selección tiene tirón y más ahora después del Europeo. Ciudad Real es la casa del balonmano y la selección podría instalar aquí su base central”, decía Entrerríos, que también quiso dejar su deseo de que Ciudad Real recupere “un equipo en Asobal. Falta el ascenso y creo que ahora es el mejor momento, porque no hace falta grandísimas inversiones para mantener un equipo en Asobal hoy en día, por desgracia, porque ojalá fuera distinto. Esta temporada parece complicado, pero a ver si se consigue”.
El presidente de la RFEBM, Francisco Blázquez, afirmó que Entrerríos había sido el mejor jugador de la historia del balonmano español. “Me viene grande. Lo agradezco, pero recibo esas palabras con toda la humildad del mundo. Me conformo con que se acuerden de mí de vez en cuando. Lo de hoy ha sido más de lo que merecía”, respondía un Alberto Entrerríos que es el segundo entrenador del Nantes, aunque él afirma que “los que me conocen saben que el hecho de que hoy sea entrenador es inesperado para mí. No es algo con lo que soñaba. No tengo la ambición hoy en día de llegar tan lejos como entrenar a la selección. Me conformo con mejorar poco a poco, ir haciendo las cosas lo mejor que pueda”.
Más viejos conocidos
No fue Alberto Entrerríos el único viejo conocido en el Quijote Arena. Con los Hispanos llegaron muchos de los que hicieron historia con la camiseta del BM Ciudad Real y otros a los que la crisis no se lo permitió. Julen Aginagalde es de los primeros. El pivote vasco considera que el reencuentro con el Quijote Arena fue “muy emotivo. Regresar a Ciudad Real, con el pabellón lleno, la despedida de Alberto… Hemos tenido una semana muy movida, pero hay que apoyar al balonmano en lo que podamos. La guinda ha sido este partido con Quijote Arena lleno”. Álex Dujshebaev es de los segundos: “Para mí es un placer volver a Ciudad Real, que es volver a casa. Es un gustazo jugar aquí. La afición ha empujado mucho, lo que es importante en partidos como estos. El balonmano mueve mucho y más en Ciudad Real. Yo siempre me lo paso bien con la selección, pero más aquí, donde cuando acaba el partido, todo el mundo quiere una foto, un poco de cariño y lo mínimo que podemos hacer es intentar devolvérselo. Ojalá Ciudad Real regrese pronto a la Asobal”.
Viran Morros, al que nombraron jugador del partido, explicó que “ha sido muy bonito. Ya cuando hemos saltado a calentar había mucha gente. Siempre es un placer regresar aquí. Tuve la oportunidad de jugar la Supercopa, pero con la selección ha sido especial, hemos sentido el calor. Espero que los que estuvimos por aquí hayamos dejado un poquito de huella. Hace ya tiempo, pero vivimos grandes momentos de balonmano y disfrutamos mucho todos, los jugadores y la afición”.