La Plataforma Ciudad Refugio de Ciudad Real ha organizado varias actividades con el objetivo de concienciar a la ciudadanía de la necesidad de convertirnos en una sociedad acogedora que reciba con respeto y solidaridad a las personas que han tenido que abandonar sus países empujados por diversas circunstancias, así como para exigir a las administraciones soluciones para esta gran crisis humanitaria.
En primer lugar, el martes día tendrá lugar un acto, a las 20.30 horas en la Tetería Pachamama, que bajo el título Palabras de Refugio, estará formado por un micro abierto de poesía y música, la actuación del grupo Classroom y una cena multicultural.
Círculo de acogida
Ya el miércoles desde las 19.00 horas en la Plaza Mayor de Ciudad Real tendrán lugar distintas actividades como talleres, performance, música, un círculo de acogida, así como la instalación de una haima. La Plataforma Ciudad Refugio quiere continuar recordando y sensibilizando, a través de este encuentro, que para ser la sociedad que queremos ser debemos tener una Europa acogedora, en la que los derechos humanos no se negocien.
La Plataforma Ciudad Refugio de Ciudad Real opina que “estamos viviendo en pleno siglo XX, la mayor crisis humanitaria de personas refugiadas y migrantes desde la Segunda Guerra Mundial”. Según el Informe 2017 de CEAR, 70 millones de personas se han visto obligadas a desplazarse forzosamente en todo el mundo a consecuencia de la persecución, los conflictos, la violencia o las violaciones de derechos humanos.
Solo en los últimos 17 años, 35.000 personas han perdido la vida en el mar Mediterráneo según la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), una media de 14 personas cada día en el 2016, entre las que se encuentran niñas y niños que se han quedado sin futuro. Estas muertes podrían haberse evitado si las personas hubiesen contado con vías legales y seguras en su trayecto para obtener protección.
En el origen de las causas para que estas personas busquen protección fuera de su país están las guerras provocadas por intereses económicos, la vulneración de derechos humanos, la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política, pertenencia a un determinado grupo social, por motivos de género o por la preferencia e identidad sexual.
Mientras Europa se blinda endureciendo las políticas de asilo y derivando su responsabilidad a terceros países donde se violan sistemáticamente los Derechos Humanos más elementales, el Gobierno español tampoco está siendo capaz de cumplir sus propios compromisos.
Ciudad Refugio insiste en que además del imperativo ético de acoger a personas refugiadas, su acogida supone para nuestras sociedades una oportunidad de crecimiento.
El asilo enriquece a las sociedades acogedoras
Diferentes organismos internacionales enumeran, entre los posibles beneficios de la acogida de solicitantes de asilo, que potencian el desarrollo del comercio local y el consumo, la creación de empresas, atraen mercado, se crean puestos de trabajo, y una inserción de mano de obra joven y cualificada que fortalece el crecimiento económico. Pero, sobre todo, traen consigo mucha riqueza a nivel personal, profesional y cultural y un interés muy alto para contribuir en la sociedad que les acoge.
Esta plataforma, formada por diversas entidades, colectivos y personas a título individual, cree que ahora más que nunca es necesario y urgente expresar a través de hechos que queremos ser una sociedad acogedora que favorezca la plena inclusión de estas personas en un entorno humano, integrador y positivo, que sensibilice sobre la importancia de que se proteja su derecho a la vida y al refugio, que cree lazos y redes de acogida, establezca medidas de integración y se implique en la solución a la problemática de aquellas personas refugiadas que están viviendo un tormento tanto en campamentos como en las fronteras.
Así, exige que se proteja el derecho a la vida y al refugio, que no que se vulneren los derechos de las personas que intentan llegar a nuestras fronteras huyendo de la muerte. Que el Estado español, y el resto de los países europeos, garantice para ello el acceso a unas vías legales y seguras, como corredores humanitarios o la posibilidad de solicitar asilo en embajadas.
Además, esperan que la tragedia vivida a bordo del Aquarius sirva para establecer las bases de una nueva política migratoria más sensible con los derechos humanos y que el Estado español y el resto de gobiernos de la UE adopten medidas urgentes de acogida, y las apliquen de inmediato, haciendo especial hincapié en las necesidades de protección de aquellas personas cuyos derechos son más vulnerados, como son las niñas y niños, mujeres, personas LGTBI, así como ancianas y enfermas.
