Hay tradiciones que están arraigadas en los pueblos de una fuerte manera y que el paso del tiempo, a veces, no hace posible que sigan adelante. En la localidad de Cabezarrubias del Puerto, el lunes de Carnaval siempre se ha vivido de manera intensa y ha sido gracias a la celebración del “Descabezo” una tradición en la que participaban los quintos antes de marchar al servicio militar obligatorio.
Los años han ido pasando, pero esta tradición sigue adelante en esta pequeña localidad del Valle de Alcudia, aunque ya no haya servicio militar obligatorio ni quintos, por eso se celebra cuando los jóvenes cumplen sus 18 años. Sin embargo, a veces hay épocas en las que resulta difícil continuar con esta tradición, pero siempre llega otro año y otra nueva celebración. No es el caso de este 2024, que esta localidad quedará sin su tradicional descabezo a falta de quintos que quieran participar. Ahora son los chicos que cumplen sus 18 años los que pueden participar en esta tradición, sin embargo no siempre es posible y habrá que esperar al próximo año para poder seguir viviéndolo y, sobre todo, disfrutándolo.
Una tradición que se ha celebrado durante décadas, que si bien en sus inicios eran unas carreras a caballo en las que se descabezaba un gallo para echarlo a la cazuela posteriormente, la evolución afortunadamente ha llegado también a estas tradiciones y ahora estas carreras se realizan con aros y cintas, mucho menos agresivo.
Confección del traje para participar
Para participar en este “descabezo” hay que elaborar, previamente, la vestimenta adecuada confeccionando un pañuelo bordado que se anuda al cuello del joven, pero también un puro que se hilaba con seda e hilitos de colores. Además, los jóvenes que van montados a caballo o burro llevan un sombrero tipo cordobés y visten un pantalón, camisa blanca, botas y chaleco negro. Todos los participantes llevan este típico traje para celebrar el conocido descabezo en esta localidad.
Tras la celebración del acto tradicional del descabezo, los jóvenes junto a sus familias harán un ágape en sus casas para todo el pueblo, posteriormente se marchan a la plaza del pueblo para vivir la “vaca romera” y luego se hace la cena de los quintos. En esa misma noche celebrarán el “baile de las madres” en el que cada uno de ellos baila un pasodoble con su madre. Este baile, antaño, era una forma de despedirse de las madres para marcharse al servicio militar, tenía un sabor agridulce, pero en la actualidad se ha convertido en un acto entrañable que viven las familias con mucha emoción.
Precisamente una de esas familias que ha participado en estos años pasados en el descabezo explica lo emocionante que ha resultado vivir este momento. Carlos Sánchez, padre de uno de los jóvenes participantes en estos pasados años, afirma que estas tradiciones “es importante que se conserven en estos pueblos, yo lo viví en el año 1985, los protagonistas son los que entran en quintos con 18 años, ahora se sigue celebrando y dando continuidad a la tradición, tratamos de conservarlo”.
Carlos recuerda que en su quinta fueron dieciséis chicos los que participaron en el descabezo, nada que ver con la actualidad, porque la despoblación en estos pueblos hace mella también en estos temas. “Pasamos nuestra quinta en su momento y luego hemos vivido con nuestro hijo esta tradición, en esta ocasión ya han sido ocho, organizamos el baile, se van organizando todas las actividades y así le vamos dando vida al pueblo también”, comenta. Es una forma de contar con todo el mundo y poder “echar el rato y que el pueblo esté animado”.
Los recuerdos, en estas fechas, siempre llegan a la memoria de los habitantes de Cabezarrubias del Puerto porque fueron momentos “emocionantes, a ti con tus 18 años, son los jefes del pueblo, los protagonistas de ese día, que te dieran dinero para estar de fiesta, que tu madre no te negara nada, que todo el mundo pudiera disfrutar, es un arraigo que te llena de satisfacción”, explica. Además, asegura que “es una cosa de los jóvenes con las madres, se genera un vínculo diferente al que tienes en casa, la complicidad es muy grande en ese día con la madre, no existe en la rutina del día a día y es un recuerdo para el hijo y la madre imborrable”.
Y así lo ha vuelto a vivir junto a su hijo y su mujer, María Ruiz, quien reconoce que este momento fue único, “entran en quinta y se te saltan las lágrimas, cuando te toca es lo más bonito que te puede pasar, ahora es algo que vives y encima se queda en casa, no se tiene que marchar como antes, los bailes de las madres en la noche del lunes de Carnaval son increíbles”, subraya con emoción.
Los jóvenes también siguen apoyando estas tradiciones, es el caso de Jorge Vázquez, un joven de Cabezarrubias del Puerto que vivió el descabezo en el año 2017 y que lo hizo, recuerda, “con emoción, es una tradición que se va perdiendo un poco, por falta de gente, antes había más quintos, pero no deja de ser una tradición emocionante aunque ahora sean pocos”, justifica, “es para vivirlo con tu familia”.
Para Jorge el mejor recuerdo de esta celebración pasa por ver a todo el pueblo unido y alegrándose por seguir celebrando esta tradición que, además, hace que el Carnaval se disfrute de otra manera, ya que al descabezo mucha gente sube disfrazada hasta el punto de encuentro en el pueblo. Jorge, como muchos otros jóvenes, ya no reside en Cabezarrubias del Puerto, el trabajo le ha obligado a tener que vivir en Puertollano y aunque regresa de manera habitual no vive igual que en su pueblo, “soy muy del pueblo, me ha costado bastante irme, la tranquilidad de estar allí me gusta y tengo la sensación de que me dejo algo allí”, explica.
Sin embargo, no deja pasar la oportunidad para animar a otros jóvenes vecinos a que participen en los próximos años en el descabezo y así poder seguir celebrando y cumpliendo con las tradiciones, “que se animen y pongan de su parte para que no se pierda esta tradición que tanto nos ha gustado a todos los que hemos pasado por ella”.
Trabajar para continuar con la tradición
Desde el Ayuntamiento de Cabezarrubias del Puerto se trabaja para que esta tradición pueda continuar en su localidad, a pesar de la despoblación y de la marcha de la gente joven hacia otros puntos geográficos. La concejal del Ayuntamiento de Cabezarrubias, Gema Ibáñez, explicaba que “es un orgullo poder seguir adelante con las tradiciones tan antiguas, las que todos hemos vivido, sobre todo para el pueblo y la vida que da en Carnaval estos actos que llaman a salir a la calle a celebrar todos juntos y convivir”.
El consistorio de Cabezarrubias siempre ha colaborado en estas tradiciones en la cesión de espacios para poder celebrarlo pero reconocen que “el Carnaval lo hace el pueblo y estas tradiciones tan arraigadas involucra a todas las familias, es emocionante vivir estos momentos porque siempre se han vivido de cerca en casa”, cuenta.
Gema Ibáñez habla también de la posibilidad de incorporar a las chicas en esta tradición para, así, poder contar con un mayor número de jóvenes participantes cada año y darle mayor vistosidad a este acto. Una posibilidad que siempre tiene gente a favor y detractores y que genera polémica cuando se plantea, pero que puede ser una buena opción para seguir rescatando y celebrando esta tradición. Habrá que seguir avanzado.
No obstante, esta apuesta por el arraigo de las tradiciones en estas poblaciones también supone el regreso de personas que tuvieron que marcharse del pueblo y que con estas celebraciones encuentran un aliciente para regresar y disfrutar de la vida en el pueblo. El descabezo no se vivirá este año en Cabezarrubias del Puerto y su población lo añorará esperando otras ediciones que tengan mejor final.