A través de las redes sociales, los agentes medioambientales han dado a conocer el proceso de rescate y posterior recuperación en un centro de fauna silvestre de este ejemplar, que, finalmente, ha sido liberado en el medio natural y que pronto iniciará su migración a África.
Los agentes medioambientales han recordado que la colaboración del sector agrícola es fundamental para la conservación de la población del aguilucho cenizo.
También han destacado el papel que juegan los centros de recuperación de fauna silvestre, dependientes de la Consejería de Desarrollo Sostenible del Gobierno regional, para atender, tratar y cuidar la fauna de la región.
El aguilucho cenizo fue elegido como Ave del Año 2023 en la votación popular anual organizada por SEO/BirdLife para llamar la atención en favor de las especies en peligro por su declive poblacional o las amenazas a su conservación.
Catalogada como especie vulnerable, esta rapaz migratoria, que pasa el invierno en tierras africanas y puede observarse en la Península Ibérica desde primavera hasta finales de verano, se considera “un buen representante de la singularidad y el valor ecológico de los ambientes agrarios cerealistas”, en los cuales habita, ya que está “muy ligada” a las actividades humanas y “depende estrechamente” de las grandes extensiones cultivadas con cereal.
A cambio de instalar sus nidos en los cultivos, el aguilucho cenizo elimina “ingentes cantidades” de topillos, ratones, langostas, pequeños reptiles y aves granívoras, sus presas habituales, que pueden afectar a las cosechas, por lo que resulta beneficiosa para éstas.
Castilla-La Mancha es una de las cuatro comunidades autónomas que acogen gran parte de la población de aguiluchos cenizos en España.
Esta especie está vinculada mayoritariamente a hábitats agrarios de cultivos herbáceos con preferencia por las grandes extensiones de cebada y trigo, donde ubica sus nidos y saca adelante las nuevas generaciones.
Según el último censo coordinado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) en 2017, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura son las comunidades que más población acogen de esta rapaz, si bien es la provincia de Badajoz el lugar preferido por esta especie para la cría, ya que supera el medio millar de parejas reproductoras