La ubicación geológica de la provincia de Ciudad Real es muy distinta y distante al dominio del sureste peninsular donde, desde finales de enero, están sintiendo más profundamente los efectos del acercamiento entre la placa africana y la euroasiática, por lo que “no estaríamos en predisposición de sufrir la influencia de estos terremotos recientes”, explica a este digital el profesor del Departamento de Ingeniería Geológica y Minera de la UCLM, José Luis Gallardo Millán.
Sin embargo, pese a que Ciudad Real está más distante de la zona donde se produce este acercamiento de placas, los efectos producidos por el choque también se han manifestado de forma sísmica en la zona oriental de nuestra provincia, aunque de diferente forma. Esos son, por ejemplo, los casos de los terremotos ocurridos en Ossa de Montiel de 2015 o el de Pedro Muñoz 2007.
Dirección paralela al alineamiento de las lagunas
Estos terremotos están asociados a movimientos de fallas profundas y ocultas que están orientadas favorablemente a la dirección de colisión que se produce en el sureste peninsular. Se trata de fracturas antiguas que, mayoritariamente, tienen una dirección paralela al alineamiento que muestran las Lagunas de Ruidera, aclara el profesor de la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén.
Preguntado por las causas que propician el conocido como “enjambre de terremotos” en la provincia de Granada, el profesor Gallardo explica que están asociados con el proceso global de tectónica de placas. Estas, que se formaron en un momento dado de la historia de la Tierra, son las que se manifiestan en la parte superficial de nuestro planeta como es la litosfera terrestre.
Dos de estas grandes placas, la africana y la euroasiática, se encuentran en contacto e interacción y, en este en caso, el movimiento se traduce en un acercamiento hacia el norte de la placa africana que choca con la euroasiática, en cuyo extremo está la Península Ibérica.
Más actividad geológica en el borde las placas
Hoy en día –explica el experto- se sabe que la mayor actividad geológica se concentra en los bordes de placas, donde están las zonas de volcanismo activo o mayor actividad sísmica del planeta, como es el Cinturón de Fuego del Pacífico. En otras ocasiones –continúa- entre estos límites de placas solo se producen choques y fricciones entre ellas, cuyos efectos más sensibles son los terremotos. Y esto es lo que ocurre en el sureste de España y en el norte de África donde se localizan la mayor parte de estos terremotos.
Como la litosfera, -parte superior de la Tierra-, tiene un comportamiento rígido va a condicionar que al chocar las placas, los empujes se transmitan horizontalmente en forma de esfuerzos hacia el interior de las mismas, las cuales se van a acomodar y originar estructuras tectónicas como son la rotura de grandes bloques rocosos (fallas) o la formación de pliegues. Las primeras son la respuesta más común en ambientes superficiales de la litosfera y el efecto inmediato a la rotura son los terremotos.
Esfuerzos que se transmiten al interior
En cuanto los efectos que ejerce la presión de la placa africana sobre la euroasiática, el profesor de la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén señala que por los datos precisos de los que se dispone, se sabe que se aproximan unos 4-5 mm al año y este empuje se convierte en esfuerzos que se transmiten hacia el interior de la península.
Cuando esa tensión se acumula en las zonas de fracturas y se libera bruscamente se producen los terremotos, como son los recientes de Santa Fe, más próximos a los bordes de placas, pero que hay otros que se manifiestan en las zonas más alejadas, como son los mencionados en la zona este de la provincia.
En ocasiones, como fue el caso del terremoto de Lorca (Murcia), que se cobró la vida de 9 personas en mayo de 2011, y dejó decenas de heridos y desplazados, a la vez que cuantiosos daños materiales, la deformación se liberó a favor de una falla perpendicular, la falla de Alhama, que es muy activa sísmicamente. En aquel caso, el hipocentro fue más superficial y afectaron otras causas geotécnicas.
Cierre del mar Mediterráneo
Preguntado por las razones de este fenómeno geológico de acercamiento de placas, el profesor de la UCLM explica que tiene que ver con el hecho natural que origina el movimiento de las placas tectónicas entre sí y que, en ocasiones, se produce por separación, como ocurre en la Dorsal Atlántica y se puede observar en Islandia.
Otras veces chocan de frente, como es el caso del Cinturón de Fuego del Pacífico y, finalmente, se produce como fricciones laterales con acercamientos menores, como es el caso entre el norte de la placa africana y el sur de la euroasiática y que, posiblemente, acabará cerrando el mar Mediterráneo.
Desde el Norte de África, se prolongaría hacia la zona oeste de la Península Ibérica, ya en el océano Atlántico donde, por ejemplo, se originó el terremoto de Lisboa de 1755, en la denominada falla de Azores-Gibraltar y que es continuación con la zona de Alhucemas y Granada, donde están sufriendo una repercusión continua y más directa, sostiene José Luis Gallardo Millán.