El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha rebajado el tono, suavizando la tensión generada con el Gobierno de Pedro Sánchez y su partido a nivel nacional este miércoles, si bien ha defendido su posición dentro del seno socialista al respecto de la postura ante el independentismo y las políticas relacionadas, asegurando que aunque hoy su postura es minoritaria, “a lo mejor mañana no lo es”.
En declaraciones a los medios, a la salida del pleno parlamentario de este jueves en Toledo, ha dicho que en todo caso que no quiere “insistir más” y que ayer ya habló “suficientemente”, y ahora no quiere ser “protagonista”, toda vez que lo que importa “son las políticas y no los políticos”.
A las palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre si busca notoriedad, ha respondido frontalmente que es “buena amiga” y que está haciendo “muy buena política”, una política social y económica dentro del Gobierno con la que ha dicho coincidir.
Una coincidencia que en todo caso no le evita “discrepar claramente con el tema territorial y con los independentistas”. “Mi adversario no es ningún socialista, son los independentistas”.
“Llevo desde los 16 años defendiendo al PSOE e incluso haciendo todos los esfuerzos del mundo para que el PSOE gane las elecciones. Creo que en ese sentido no se puede discutir”, ha abundado.
Ha insistido en descartar que haya “ningún problema” en el seno socialista, en el que él empezó a militar “hace muchísimos años”.
POSICIÓN “MINORITARIA”
Sí ha reconocido que en el debate territorial tiene una posición “claramente minoritaria” en el PSOE, pero que ha de ser “respetable”, ya que “lo que hoy es minoritario a lo mejor el día de mañana no lo es”.
Ha dicho además que no ha hablado con nadie de la dirección socialista, y ha descartado que tema alguna sanción. “Yo no puedo temer nada de mi partido. Toda la vida he estado tranquilo. Sólo me pongo nervioso cuando hay que ganar elecciones”, ha indicado.
Tampoco ve nerviosismo en el partido a nivel nacional pese al “momento delicado”. “Están pasando muchas cosas y yo entiendo que hay un debate político muy agrio. Y que cualquier cosa, efectivamente, altera”.
Con todo, ha asegurado estar al 90% “de acuerdo” con todo lo que dice el PSOE, pero ha querido defender su discrepancia en “alguna cosa”.
“Y yo creo que se me tiene que permitir decirla, y decirla con respeto, porque yo no ataco nunca personalmente”; ha zanjado, evitando aclarar por último a qué hacía referencia en el corrillo con presidentes del PP donde hablaba de ser “extraditado” de su partido.Copiar al portapapeles