El Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (Scrap) Sigaus recuperó 6.626 toneladas brutas de aceites usados en Castilla-La Mancha durante el año 2020, de los que finalmente se trataron 6.071 toneladas.
Según ha informado Sigaus en nota de prensa, el 52% de los establecimientos en los que se realizó el servicio de recogida fueron talleres mecánicos (2.358 talleres), siendo además la actividad de mayor generación de aceite usado en la Comunidad Autónoma, con 3.191 toneladas generadas, cerca de la mitad del volumen total recuperado(48%).
Un gran número de recogidas tuvo lugar en una amplia variedad de actividades como la industria, la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, así como relacionadas con la Administración pública, las fuerzas armadas, presas, parques eólicos, empresas de alquiler de vehículos o autoescuelas, entre otras, que sumaron 2.213 establecimientos.
El aceite industrial usado es uno de los residuos peligrosos que se generan en mayor cantidad. Por su toxicidad y su escasa biodegradabilidad puede tener importantes efectos sobre la salud y el medio ambiente. Su vertido provoca graves problemas de contaminación y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos. Es, además, especialmente dañino en el medio acuático, ya que tan solo un litro de aceite industrial usado puede llegar a contaminar hasta un millón de litros de agua.
Dentro del medio rural de Castilla-La Mancha, en zonas especialmente vulnerables a la contaminación, como son las inmediaciones de espacios protegidos y recursos hídricos, se recuperaron 694 toneladas de aceites usados de 522 establecimientos.
En concreto, Sigaus recogió 641 toneladas en el entorno de 21 espacios protegidos en Castilla-La Mancha, incluyendo parques y reservas naturales, reservas de la Biosfera, zonas Ramsar y otras áreas de especial protección. Un ejemplo de ello es la recogida de 423 toneladas de aceites usados en la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda o de 2 toneladas en el Parque Natural del Alto Tajo.
Por su parte, en el entorno de recursos hídricos (ríos, lagos, embalses y zonas sensibles a la eutrofización) se evitó el potencial contaminante de 63 toneladas de aceites usados.
Por su parte, la actividad de recogida también fue intensa en zonas de montaña o escasamente pobladas (municipios de menos de 1.000 habitantes) de Castilla-La Mancha, con la prestación del servicio de recogida en 428 y 461 establecimientos productores respectivamente.
Una vez recogido, el aceite usado es analizado en centros de transferencia donde se determina su destino final para ser tratado a través de los diferentes procesos existentes. Castilla-La Mancha cuenta con 10 instalaciones de gestión de aceites usados, incluyendo 1 planta de gestión final de tratamiento previo a su valorización energética.
Un 78% del aceite usado neto recogido en 2020 en Castilla-La Mancha fue tratado mediante regeneración, un total de 4.761 toneladas. Un tratamiento que extrae del residuo una base lubricante válida para la fabricación de nuevos aceites, evitando tener que recurrir al refino del petróleo. El volumen de residuo destinado a este tratamiento permitió devolver al mercado 2.980 toneladas de lubricantes, y el ahorro de 1,4 millones de barriles de petróleo. Y, en términos medioambientales, este proceso hizo posible evitar la emisión de 3.175 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
Los aceites usados que no fueron regenerados se trataron para fabricar combustible de uso industrial, utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras o equipos marinos, evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo. A este tratamiento se destinaron el pasado año 1.311 toneladas, evitando con ello la emisión a la atmósfera de 718 toneladas de dióxido de carbono y la utilización de 135.112 barriles de petróleo.