Rodeado de asesinos, ladrones y presos comunes, un actor de la Nueva España del siglo XVIII, encarcelado por acusaciones de vida licenciosa y participar en favor de la independencia de México, relata su vida para lo que se vale tanto de textos de autores españoles como americanos del teatro áureo combinándose en su exposición fragmentos de obras de Lope y Calderón, pero también de creadores como José Macedonio Espinoza y Luis de Sandoval.
Perseguido por un inquisidor, narra estos episodios ante los compañeros de celda para “quitarse los miedos”, expone el actor mexicano José Sefami, quien encarna al personaje ‘Divino Pastor Góngora’ ideado por el también mexicano dramaturgo Jaime Chabaud en el montaje que, bajo dirección de Mauricio García Lozano, se podrá presenciar este martes 17 y el miércoles 18, a las 22.45 horas, en el Corral de Comedias.
Divino Pastor es lujurioso, tragón y, en definitiva, cae prácticamente en todos los pecados capitales, pero al final no deja de ser un hombre de teatro y la pieza la teatralidad dentro de la teatralidad, comentó Sefami, que destacó que la obra es un “delirio muy rico” que habla de la vida del cómico con la carga política del inquisidor, su antagónico, que le persigue.
Con textos de autores de ambos lados del Atlántico, la obra es un “grito a la libertad” y en ella late una pasión desbordada por el teatro, comentó, por su parte, Chabaud, que confesó que se valió del nombre de un mimo alumno suyo de Yucatán que se llamaba así para bautizar al protagonista y que cuando escribió la obra, en el año 2000, subió al poder en México la ultraderecha, con lo que vertió en el texto a través del personaje del inquisidor la preocupación por el recorte de derechos.
También se vale en el texto, como detonante de la trama de ‘Divino Pastor Góngora’, del revuelo que supuso el estreno en 1792 de la obra ‘México rebelado’, que expone las atrocidades y torturas de los conquistadores españoles a la realeza indígena mexicana y que inmediatamente fue censurada, y nombra al inquisidor Diego Fernández de Cevallos, ya que hubo uno con esas señas en el siglo XVII, aparte del conservador político del siglo XX con un fuerte discurso contra los homosexuales y el aborto.
Traducida a cinco idiomas y con un amplio recorrido por toda Latinoamérica y muchos otros países, este bulubú del siglo XVII, en el que Sefami da vida a hasta trece personajes, está escrito en un español con una pátina barroca pero jugando a la vez con el lenguaje actual, indicó Chabaud, que destacó que le interesa como dramaturgo “las ficciones que impacten hoy”.