A. R.
Ciudad Real
Un total de 32 óleos sobre lienzo conforman la muestra del creador natural de Moral de Calatrava y residente en Ciudad Real que capta con sensibilidad y precisión la frescura de frutos y hortalizas en bodegones llenos de vida. Su obra es realista, apreciando detalles que se le escapan a la fotografía, aunque a veces también opta por composiciones que funden dos realidades como un bodegón de frescos y apetecibles alimentos de la tierra con la iglesia de San Andrés de su pueblo y el vuelo de una cigüeña.
El dinamismo del agua lo incorpora a estos bodegones que rezuman la belleza y esplendor de frutas y hortalizas como ciruelas, membrillos, melones, uvas, alcachofas y zanahorias.
Así mismo, la muestra incluye una colección de diez escenas sobre pasajes del Quijote y un cuadro de mayor tamaño dedicado a Cervantes, en el que aparecen elementos que aluden al autor y su obra como la pluma con el tintero, pergaminos, una figura de madera del ingenioso hidalgo y un yelmo, además de un pequeño retrato del escritor. Don Quijote velando armas en la venta, la aventura de los molinos, el equívoco del rebaño de ovejas con un ejército -con un paisaje de Moral-, la conquista del yelmo de Mambrino, la historia de la pastora Marcela y el encuentro con Aldonza Lorenzo –también con Moral de fondo- son algunas de las universales escenas que recrea en composiciones de formato ovalado, tanto horizontal como vertical, con un marco de grecas o cenefas.
Paisajes manchegos
Otra interesante serie de la muestra, de relevante valor etnográfico, está conformada por cuadros de labores agrícolas que se realizaban en el Campo de Calatrava como la vendimia con capachos de esparto bajo un cielo otoñal, la siembra con un carro de lanza tirado por mulas con un cielo más frío y gris, la salida al campo del ganado en un amanecer primaveral en el que todavía se percibe la presencia de la luna y las luminosas escenas de la trilla con mulas y la siega con hoz llevando los haces de mies a la galera.
García Gómez también incluye varias obras más centradas en la figuración y el retrato como un cuadro de la muñeca Mariquita Pérez, una idílica y surrealista representación de una figura femenina convertida en musa y relacionada con motivos agrícolas y una Virgen, además de una obra sobre el antiguo Casino de Ciudad Real y un gran cuadro realista y costumbrista de dos capachos junto a una pared desconchada rodeados de cardos.