Quijote es la palabra más conocida del español y ya, con ironía, Cervantes predijo que su novela sobre las aventuras del ingenioso hidalgo manchego se utilizaría hasta en China para aprender español, lengua actualmente hablada por 550 millones de personas, además de presentir que no habría ninguna nación ni lengua a la que no se tradujera, recordó este viernes el historiador medieval, Francisco Ruiz Gómez, en su discurso de ingreso en el Instituto de Estudios Manchegos, en el que resaltó que el término quijote, ya en desuso y un arcaísmo en tiempos de Cervantes, se refería a la parte de la armadura que protegía el muslo, de manera que el caballero de la Triste Figura como Don Quijote también podría haber sido el caballero Muslete o de la Muslera.
Así mismo, el carácter humorístico, familiar o incluso grotesco del sufijo –ote y la similitud sonora final con Lanzarote podrían haber determinado en la elección del nombre de Don Quijote, partiendo posiblemente, como se indica en la novela, de apellidos como Quesada, Quijada, Quijana o Quijano, comentó Ruiz Gómez, que indicó que hubo varios caballeros reales en la zona del Campo de Montiel que pudieron contribuir a “elaborar el modelo de Don Quijote”.
Apadrinado en su ingreso como consejero de número del Instituto de Estudios Manchegos por los también historiadores Juan Ramón Romero Fernández Pacheco y Raquel Torres, Ruiz Gómez relacionó la figura de Don Quijote con los caballeros de finales de la Edad Media y disertó sobre el origen de la palabra quijote y cómo influyó en la figura del propio personaje.
El término quixote como muslera de la armadura es un galicismo procedente de coxa que significa cadera en latín y cuissot que es muslete en francés y que pudiera haber llegado desde Cataluña de la palabra cuxots, expuso Ruiz Gómez, que aludió respecto a los motivos por los que se dejó usar este término el paso de la monta a la brida, con caballos más robustos, armadura completa y largas bridas, a la monta a la jineta, con monturas más ágiles, y en este sentido recordó los versos de Góngora “Cantemos a la gineta y lloremos a la brida”.
En su intervención, Ruiz Gómez disertó sobre las dos grandes épocas de la caballería, una clásica, del XI a finales XIII, que es altruista, con vocación de defender la justicia y a los indefensos y abierta a cualquier persona, lo cual cambió a finales del XIII y XIV imponiéndose un modelo distinto de caballería restringida a la nobleza y orientada a un acto de servicio a la Corona.
Ruiz Gómez destacó su ilusión por incorporarse al IEM y ganas de colaborar con esta institución de prestigio y resaltó la importancia de la Edad Media, “una época heroica en la que se crearon las ciudades, universidades y las naciones que son realidades en las que vivimos nosotros, de manera que algo le debemos”.
Por su parte, su madrina en el ingreso al IEM, Raquel Torres, destacó la curiosidad insaciable y amor por la historia de Ruiz Gómez, que cuenta con una amplia trayectoria investigadora en ámbitos como las órdenes militares, La Mancha con su sociedad y espacios y la historia rural, así como muchos otros aspectos como Ciudad Real su fundación y repoblación, el reinado de Alfonso X, las juderías castellanas, los consejos y fueros, la guerra y los animales y sus símbolos en la Edad Media.
El diputado provincial responsable de Cultura, Dionisio Vicente, felicitó al nuevo consejero numerario del IEM y expresó su satisfacción por que este acto se realizara en el salón de plenos de la Diputación.