A. R.
Ciudad Real
Dicen que “el amor mueve montañas, pero en realidad mueve a los seres humanos”, asegura la escritora miguelturreña Diana Rodrigo, que presenta hoy en la Biblioteca Pública del Estado su tercer poemario titulado ‘Laurel’, una obra sobre el poder transformador del amor.
Con un título que alude al mito de Dafne, que se convirtió en laurel, el libro describe con una poesía muy sensitiva una deconstrucción y una construcción del interior de un ser humano.
La obra se abre con dos poemas introductorios que dan la llave de acceso a las tres puertas o tres reconocibles partes en las que se divide el poemario. En la primera, se arranca de una inestabilidad emocional, situación en la que se descubre una emoción y un sentimiento amoroso. En la segunda, se entiende y asimila lo que ocurre y hay una decisión de “formar parte de ello”, desprendiéndose de miedos, con lo que el ser humano empieza a volver a edificarse. Y en la tercera, llega el esplendor que proporciona el amor al hacerse partícipe de forma plena de esa emoción.
Parte de “estar muy abajo” y como si fuera una pirámide invertida va de un punto muy chiquitito para culminar en una cúspide extendida, indica Rodrigo, que asegura que es un libro escrito desde las entrañas y tras recibir el visto bueno del oído. Se trata de una obra “muy sonora” con un verso libre de arraigada melodía que sigue el ritmo intrínseco de las palabras, aunque también, a veces, incluye poemas discordantes que son muy “abruptos” tanto por la temática como por el ritmo interno.
Poesía de los sentidos
Es poesía para ser “dicha y escuchada” y hay palabras muy recurrentes como crepúsculo, plenilunio, caleidoscópico o palíndromo en un libro también “muy esdrújulo”. De hecho, uno de los poemas se llama ‘El amor esdrújulo’, cuyos primeros versos se reproducen en la contraportada de un “obra encendida”, con una relevante carga erótica y sensual, y en la que se tocan todos los vértices del amor: la pasión, la añoranza, la ausencia y la ansiedad.
Eugenio Arce, presidente del Grupo Literario Guadiana, al que también pertenece Rodrigo, participará hoy, a las 19.30 horas, en la presentación de ‘Laurel’, en cuya puesta de largo la propia escritora miguelturreña recitará poemas junto a las poetisas Elisabeth Porrero y Míriam Ruiz.
En la presentación en Ciudad Real del libro, publicado por la editorial Amargord en la colección ‘Hecho en Lavapiés’ dirigida por Hipólito García ‘Bolo’, sonará parte de la música -la banda sonora de ‘Amélie’ que “te trae y te lleva de la melancolía a la alegría”- con la que Rodrigo escribió ‘Laurel’ y se recitarán poemas a dos voces.
Previamente, ‘Laurel’ fue presentado en el I Festival Internacional de Poesía de Miguelturra celebrado en mayo que reunió a autores de los cinco continentes y que Rodrigo coordinó con Hipólito García, el Ayuntamiento de Miguelturra y la Editorial Amargord.
Así mismo, Rodrigo, autora también de los poemarios ‘Origen’ (2006) y ‘Parque de sombras’ (2010), ha presentado en Madrid y Asturias ‘Laurel’, poemario que además ha transformado en espectáculo de poesía, música, danza y audiovisuales el colectivo artístico ‘Ojos Venecia’.
Grupo Guadiana
Por otra parte, la puesta de largo en octubre del número 50 de la segunda edición de la revista literaria Manxa del Grupo Guadiana irá acompañada de la edición del primer poemario que escribió Rodrigo, ‘En los andenes del tiempo’, una obra escrita en homenaje a su abuelo que era ferroviario y que traza un paralelismo entre la vida y el viaje de un tren que arranca en la infancia y termina en el destino final con paradas en distintas estaciones como la amistad y el amor.
Gestora cultura y coordinadora el pasado año de la iniciativa ‘Poemas en la luna’, Rodrigo reconoce que se crió con “la poesía de la Generación del 27, la desmesura de Pablo Neruda y la obra de poetas tan estupendas como Alfonsina Storni, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik y Delmira Agustini”. De sus compañeros del Grupo Literario Guadiana asegura haber aprendido mucho y se siente próxima a la poesía que se crea actualmente en el entorno de Madrid.