Cuando las verjas se bajaron, las calles se despoblaron, los cerrojos se echaron, las agendas se cancelaron, todos los semáforos estaban en rojo y los balcones cobraron un uso previamente inimaginable, la poesía sirvió a muchos de vía de escape, de conexión con las emociones más profundas y de reflexión en relación con la inédita y sorprendente situación generada por la pandemia, además de sencillamente entretener para sobrellevar lo mejor posible el convulso año 2020.
Justo una primavera después de la que “nos robó” mucho más que el mes de abril, llega la celebración del Día Mundial de la Poesía, conmemoración que David Gómez, escritor de Villamanrique, no sabe si le pillará trabajando en el campo o quizás “preparando” su 41 cumpleaños que festejará el miércoles 24 y para el que ya ha escrito un poema que se remonta a sus raíces.
Para él, autor de una obra “humanista ante todo”, la poesía es “una forma de vivir, como respirar”, que ha ayudado, al igual que “muchas artes”, a “expresarnos” y “aguantar y dar ánimos” ante una situación “jodida”.
‘Bajo Techo’
A juicio de Cristina Díaz Aragón, de Puertollano, la poesía ha sido “una ventana para salir de este caos de la pandemia” y, a nivel personal, de su uso surgió el nacimiento del libro ‘Bajo Techo. Poemas de cuarentena’ que ha coordinado y que ya va por la segunda edición.
Con portada de Chema Gallardo y publicado por Ediciones Puertollano, el libro reúne la obra de 63 autores, entre escritores e ilustradores, que hablan, sobre todo, de temas relacionados con el Covid, como “el confinamiento, el miedo a perder a un ser querido, el dolor por haberlo perdido y el hastío de estar ‘bajo techo’, pero también hay sitio para poemas de otra temática como el amor y cosas hermosas”, comenta Díaz Aragón, que resalta que los fondos que se obtengan de su venta irán a la Asociación de Mujeres afectadas por Cáncer de Mama Santa Águeda que “hacen una labor impresionante sobre todo a nivel psicológico”.
Al estar más tiempo en casa durante este año de restricciones, “mucha gente se ha dedicado a cocinar, bailar, hacer ejercicio,….”, y también “mucha gente que escribe, a raíz de estar bajo techo, se ha atrevido a leer sus poemas por las redes sociales con el fin de entretener”, aprecia Díaz Aragón, que cree que la poesía “ha valido como entretenimiento y chaleco salvavidas”.
Asidero
A Alfredo Jesús Sánchez, de Castellar de Santiago, la poesía le ha servido, junto con la música, de vital “asidero” para no volverse loco, le ha aportado “luz” y ha sido un “recurso para seguir sabiendo que había vida fuera de nuestras casas”. “El golpe que nos dio esta peste nos pilló tan de improviso que teníamos que acogernos a aquello que más nos fortaleciera” y, en su caso, han sido su “familia, mujer e hijas, la poesía y la música”.
La poesía, resalta, ha sido “siempre básica” para que el hombre “se entienda a sí mismo, dónde vive y qué es lo que late dentro de él”, de ahí que, “en este tiempo en el que se nos ha hurtado el contacto con la gente”, la poesía sea “más fundamental que nunca” porque habla de las emociones y pensamientos que compartimos, y sirve como “vínculo, unión y argamasa de una sociedad que esperemos que sea mejor que la que estamos dejando”.
“Cuando nos encerraron hace un año”, vino “deprisa y corriendo de Cartagena” donde había ido a recoger el Premio Nacional de Poesía de los Juegos Florales y enseguida “nos metieron en el calabozo”, pero, pese a las dificultades de este año, publicó en noviembre el poemario ‘Como el felino ansía la gacela’ y acaba de salir su nueva entrega ‘Entre tú y el mar’, un libro “limpio, lleno de amor, ilusión y fe en la vida”.
Cara B, poetas recitan a poetas
Como un psicólogo
La poesía, en opinión de la ciudarrealeña Elisabeth Porrero, “ha sido una forma de terapia más. El arte nos sirve para expresarnos, para transmitir nuestras emociones a los demás y, como ha sido un año tan intenso a ese nivel, a los que amamos y practicarnos la poesía nos ha servido mucho para expresarnos y mostrar lo que hemos sentido”.
En el caso del poeta, sirve para sacar lo que “uno lleva dentro”, y en del lector verse identificado en el poema. “No te sientes solo porque estás leyendo un poema en el que te ves reflejado. Es como tener un psicólogo, alguien que te está entendiendo”.
Se ha escrito mucho este último año del sufrimiento, pero también de la esperanza, y, como en muchos otros terrenos, las pantallas “nos han servido de sustitutivo de las reuniones presenciales”, expone Porrero, que se pregunta “quién no ha estado hipersensible, quién no ha llorado con los aplausos cuando salía al balcón o cuando veía el telediario, era muy difícil sustraerse a esta situación”.
Refugio
Como “un refugio” para mucha gente, al igual que el resto de lecturas para “paliar la soledad y la tristeza”, califica Eugenio Arce, de Torrenueva, la labor que ha ejercido la poesía que “tiene mucho de terapéutica en ese sentido”.
“Algunos proyectos se han truncado porque durante la pandemia no se han podido presentar libros ni hacer recitales pero dentro de todo los poetas nos hemos ido adaptando a la nueva etapa que nos ha tocado vivir”. El Grupo Literario Guadiana, por ejemplo, “está manteniendo sus tertulias literarias online, el 9 de marzo se hizo un recital de poesía con motivo del Día Internacional de la Mujer, este lunes 22 tendrá lugar en el antiguo Casino un recital con motivo del Día Internacional de la Poesía y el martes 23 se celebrará ‘El Festival de la Palabra’”.
“Porque no sólo de pan vive el hombre”, la poesía sirve “como alimento del alma”. Si fuera solamente “comer, dormir, trabajar,… Creo que hay más cosas” como la sensibilidad, la belleza y el sentido de la palabra que “ayudan mucho a sobrevivir”, expone Arce, para quien, con la irrupción de jóvenes poetas en las redes, “la poesía está en su mejor momento”. Quizás haya que perfilar o seleccionar, “pero eso no quita para que los jóvenes amen la poesía, les guste y expresen sus sentimientos a través de ella”.
Bálsamo
“Enfrascada en una tarea muy curiosa” como son las Efemérides Literarias de recordar por las redes sociales cada día de 2021 a un autor o escritora y su obra, para Diana Rodrigo, de Miguelturra, la poesía “ha sido una especie de bálsamo, de cura para todos los poetas y amantes a las letras, una manera de refugiarnos y salir de esta realidad que hemos estado viviendo en el confinamiento. Hemos podido leer y disfrutar con muchos autores, por lo menos en mi caso. Yo me he refugiado mucho en ella”.
Rodrigo suele escribir “más bien” cuando está “revuelta”; le interesa “toda la poesía” que le transmita, le llegue al alma, la que le haga “vibrar y sentir”; y considera la poesía como “algo más que un modo de vida. Igual que un miembro de mi cuerpo, un brazo, una pierna, es una parte más, la llevo en la sangre desde que nací, o sea es parte de mí”, y le sirve para sacarse “todos los demonios y todas las cosas buenas de dentro” y poder mostrarlas, para “curarme y exhibir lo positivo”.