Carlos Gómez Guerrero (Ciudad Real, 1992) pensó que le gastaban una broma cuando a finales de septiembre sonó su teléfono y una persona de Ediciones Atlántis le dijo que estaban interesados en publicar su manuscrito, ‘El legado de Ferum’. Recuerda las palabras exactas: “que era publicable”, por ahora y según dice con modestia, la mejor crítica que ha recibido.
No se lo creía primero por la rapidez (envió su trabajo a mediados de ese mes) y segundo por acertar a la primera. A la obra, de género fantástico, ha dedicado años de su vida, pero hasta finales de este verano no se había planteado publicarla. Su familia –principal público y crítica- le animó a hacerlo, pensaron autoeditarla, pero lo descartaron por costoso hasta que alguien les informó de que existían editoriales que aceptaban manuscritos, lo mandó a varias y Ediciones Atlántis le contestó.
El viernes 1 de diciembre en el Villaseñor
No han pasado ni dos meses y la novela ya es una realidad tangible que presentará el próximo viernes 1 de diciembre en el Museo López Villaseñor (20.00 horas). A partir de ahí y dependiendo de los ejemplares que venda en la presentación su recorrido será más o menos largo (si son más de cincuenta habrá una tirada de cien para distribuirla en librerías), pero el caso es que “me la han editado, esa es la ilusión”, enfatiza mientras sonríe para esta primera entrevista de una mini-gira por medios de comunicación provinciales previa al “estreno”.
Gómez Guerrero, que por ahora cursa un módulo de electricidad, ni siquiera tiene claro que quiera ser escritor, tampoco es un gran aficionado a la lectura, pero sí a la escritura y la fantasía, “me gusta encerrarme en mi mente”, asegura. De ahí ha salido una “desbordante” novela según quienes la han leído, que bebe de las influencias del autor: juegos de rol como ‘Anima: beyond Fantasy’, videojuegos y películas de aventuras y superhéroes.
Descubrió que valía para escribir historias cuando empezó a jugar a rol, con 18 años. «El máster nos pedía desarrollar una historia sobre nuestro personaje y mientras mis amigos escribían uno o dos folios yo me presentaba con noventa”.

Éretic, el héroe de ‘El legado de Ferum’
Pero además se dio cuenta de que disfrutaba creando, mejor por la noche: “He llegado a pasar seis horas seguidas escribiendo, desde las doce hasta las seis de la mañana”. En una de esas partidas se enganchó a un personaje Éretic y el resultado es esta “novela tocho”, admite, para aficionados a la magia, la fantasía y la lucha, de entre quinientas o seiscientas páginas (cuando se hizo esta entrevista no tenían claro el formato final).
Este ciudarrealeño de 25 años ha desarrollado todo un mundo, mapa incluido, en el que este personaje es el único que cree saber cómo acabar con la tiranía que representan los avizores, seres inmortales que llevan quinientos años gobernando, pero que pueden morir. La magia está muy presente “pero no al estilo Harry Potter con varitas, lo mágico está en el entorno y hay que saber el conjuro”.
«Me evado del mundo cuando escribo»
La ambientación es medieval, “pero con muchos anacronismos, por ejemplo existen comodidades de la época actual como la electricidad pero sólo para los más ricos”, y como en este tipo de sagas hay peleas, combates y violencia, “pero nada gratuita, no es gore, por así decirlo”, aclara. Amigos y familiares le han dicho que se han “picao” con su lectura otra opinón que le anima. “Si que me gustaría dedicarme a la literatura, siempre que me pongo a escribir me evado del mundo, me meto en el mío propio, pero dependerá de cómo funcione esta novela”.
En cuanto a su estilo dice que va al grano, “no pierdo el tiempo en descripciones”, y como la gente de su generación reconoce que le cuesta hincarle el diente a los clásicos, que le parecen lentos, “muchas de las lecturas obligatorias en la educación secundaria son un tostón, se tirán páginas y páginas describiendo cosas”.