María Luisa Merlo Colomina (Valencia, 1941), una de las mejores actrices de cine, teatro y televisión de España sigue en la brecha con un entusiasmo que contagia. Culta, independiente y heredera de una saga artística de la que es tercera generación, apuesta por la producción y la interpretación de espectáculos “con alma”, un género que le llena, sobre todo si con comedia. Está más alejada del cine porque no la contratan (“ellos se lo pierden”), una industria donde debutó de la mano de José María Forqué
Hija de Ismael Merlo y María Luisa Colomina, también es el fruto de una completa y disciplinada educación (habla cuatro idiomas) que su padre, al que sigue adorando, proyectó para que fuera una mujer libre e independiente. Con más de 60 años de carrera a sus espaldas, este sábado visita Almagro para inaugurar el XIX Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo, donde actuarán compañías de España, Chile, Bolivia, Argentina y Venezuela.
Protagonizará junto al también reconocido actor Jesús Cisneros la comedia ‘Conversaciones con mamá’ en el Teatro Municipal, una obra “que es auténtica y de verdad” porque habla de temas cotidianos y reales de la relación entre hijos y madres. Y “además es muy divertida”, apunta en esta entrevista.
PREGUNTA.- He oído que a usted le gusta interpretar obras con alma. ¿Es el caso de ‘Conversaciones con mamá’?
RESPUESTA.- Sí, pero tiene un alma muy alegre porque hace reír, a la vez que emociona muchísimo. Va pasando de la emoción a la risa en un segundo, que es lo que al público le hace la obra tan llevadera, aparte de que es una historia muy real (una madre de 76 años conversa durante 80 minutos con su hijo, de 50, sobre las preocupaciones de éste cuando es despedido de un buen trabajo). Me lo dicen muchas madres al final cuando se hacen fotos conmigo, me dicen que es muy auténtica y muy de verdad.
P.- Viene a Almagro al Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo, pero Almagro también tiene el Festival Clásico, y usted vino con Adolfo Marsillach y la CNTC a mediados de los 80. ¿Qué recuerdos tiene?
R.- Fui pionera de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) e hice con ’Antes de todo es mi dama’ de Calderón de la Barca, y ‘los Locos de Valencia’, de Lope de Vega. Lo pasé bomba porque vaya ciudad tan teatral …
P.- ¿Y desde entonces no ha vuelto?
R.- No, y estoy encantada de volver y de actuar allí este sábado.
P.- Siempre ha hecho más teatro que cine, ¿ha sido por decisión suya o porque los directores prefieren a actrices más jóvenes…?
R.- Ha sido por dónde la vida me ha llevado. Pertenezco a una familia muy teatral, soy tercera generación y mis hijos son la cuarta. Empecé en el cine en Italia en una época en la que no había actrices con imagen de niñas bien, solo mujeronas como Sofía Loren, y les hacía mucha falta. Me llevó uno de los mejores representantes italianos pero hubo un momento en que me vine a España a casarme con el padre de mis hijos (Carlos Larrañaga) y dejé el cine. Una vez en España hice menos películas y empecé a dedicarme a la televisión (protagonizó 25 espectáculos en los Estudios 1 entre 1966 y 1981). Luego tuve otra época de cine en los 80, y en la actualidad ellos se lo pierden porque veo películas con papeles para mí, pero le han llegado a decir a mi representante que soy demasiado elegante, pero soy actriz y si no tengo que ser elegante, no lo soy. Y otro dijo que era demasiado conocida, otra tontería. Pero no me importa nada porque estoy encantada con mi teatro, lo domino y hago lo que me gusta. ‘Conversaciones con mamá’ me entusiasma y me entusiasma mi compañero, Jesús Cisneros, también socio empresario. Ahora, en enero vamos a estrenar otra obra muy buena, ‘Mentiras inteligentes’, del dramaturgo norteamericano Joe DiPietro. Habrá cuatro actores, aparte de Jesús y yo, estarán Javier Praderas y Ana Escribano, la última mujer de mi exmarido, con la soy muy amiga y es una excelente actriz.
P.- ¿Y le ha quedado en cartera trabajar o haber trabajado con algún director o directora?
R.- A mí me gusta siempre lo último que he hecho, y como director guardo un recuerdo maravilloso de José María Forqué, con quien debuté. Yo era bailarina y me llamó para el cine y tengo un gran recuerdo porque tuvo mucho que ver en mi carrera.
P.- ¿Seguirá la saga de intérpretes en su familia?
R.- Pues precisamente va a continuar con Paula, la hija de Ana y Carlos, que tiene 11 años y está haciendo cine, la están llamando y le gusta. Porque mis cuatro nietos han decidido que no, uno está en Canterbury estudiando dos carreras, otro también ha estudiado, otro está trabajando y Carlos, el mayor, hijo de Pedro, es productor como su padre.
P.- Ha trabajado con sus hijos y apuesta por textos actuales escritos por dramaturgos de esta generación, ¿por qué? ¿Le gusta el lenguaje renovado?
R.- Exactamente, me gusta que los personajes sean reales y tengan alma. Como ‘Mentiras inteligentes’, que es muy curiosa, con alma y muy inteligente.
P.- ¿A usted nunca le han dicho que es la Diane Keaton española? Porque a mí me lo parece, por su independencia, elegancia, inteligencia interpretativa …
R.- (Risas) Qué maravilla, ojalá, porque la admiro muchísimo, muchísimas gracias. Es una señora estupenda en todos los sentidos.
P.- ¿Y se ha sentido discriminada en su carrera por ser mujer?
R.- No, al revés. En esta profesión, las mujeres han sido empresarias desde hace 100 años. Han sido muy importantes y se las ha considerado. María Fernanda Ladrón de Guevara y Amparo Rivelles, madre y hermana de Carlos Larrañaga, han sido empresarias toda su vida, de sus propias compañías. El feminismo en el teatro era total, gracias a Dios porque era una época bastante dura. Me encontré que el mundo que yo vivía estaba al margen, era un mundo liberal, el mundo de los actores siempre ha sido liberal.
P.- ¿Pero en su caso, usted si que fue adelantada a su época, no?
R.- Sí, totalmente, mi vida y mi educación fueron muy adelantadas a mi época.
P.- La educación que le impartió su padre (Ismael Merlo), a quien usted adoraba…
R.- Locura y frenesí sentía por él, todavía me levanto pensando en él. Era una maravilla de actor. Cuando murió, Fernando Fernán Gómez escribió “Ismaelito, eras el mejor de todos nosotros”. Y además también era muy buen padre. Junto a mi madre (Luisa Colomina) supo organizar mi educación. Hablo cuatro idiomas y estudié muchísimo. Mi madre se retiró del teatro para que pudiera estudiar en Madrid lo que mi padre quería.
P.- ¿Y qué estudió, además de interpretación?
R.- Cuando llegué a Madrid desde Valencia ya no me admitieron en el colegio y así mi padre pudo filtrar lo que él consideraba que me sobraba, relacionado con el Franquismo. Tuve profesores particulares para todo. Aprendí Filosofía, y a los 12 años estudiaba el libro de primero de Historia de la Filosofía. Tuve mucha suerte. Así, hablo francés, italiano e inglés y también entiendo el valenciano.
P.- ¿Qué espera del público almagreño?
R.- Espero una reacción como en otras funciones, que notas cómo los espectadres se ríen, cómo se emocionan y cómo luego al final aplauden encantados.
