Miles de kilos de cordero se asarán y freirán este fin de semana en los numerosos corros de familiares y amigos que se instalarán en los rasos del entorno de la ermita de la Virgen del Monte, Patrona de Bolaños, para celebrar una romería que “es, sobre todo, una celebración de hermandad entre vecinos y gente que viene de fuera a acompañarnos”, describe el alcalde bolañego, Miguel Ángel Valverde, que destaca la devoción con la que se celebra este encuentro y “la proyección y dimensión que ha alcanzado”.
Cuando él tenía veinte años iba bastante gente pero “hoy en día todo se ha desbordado” con más de 30.000 personas el domingo, el ‘día grande’, ampliándose la celebración a las jornadas anteriores, desde este viernes ya hay romeros inmersos en el festejo, y al lunes, fiesta local desde hace unos treinta años. Antes “se recogía” el acabar el domingo la procesión y el sorteo por el estadal de oro de la Virgen, pero ahora es el lunes, con tantas personas como la jornada anterior, cuando culmina este encuentro romero que, incluso algunos años, cuando el 1 de mayo, fiesta nacional de los trabajadores, cae en martes se prolonga un día más.
“Hay testimonios de que se viene celebrando esta animada romería en honor a Santa María de los Ángeles del Monte de la Moheda, conocida como la Virgen del Monte, desde la Edad Media y los bolañegos acudimos fieles a nuestra cita con nuestra Patrona a honrarla, venerarla y pasar no ya sólo un día, sino varias jornadas en hermandad y familia”, destaca el primer edil, que resalta que este viernes por la tarde se impone el estadal de oro a la Virgen, medalla donada por un vecino, para lo que suele haber lista de espera, que porta la imagen en su mano el fin de semana para que el domingo se subaste entre los fieles una vez que acaba la procesión, llegándose a alcanzar en las pujas los ocho, nueve e incluso diez y once mil euros. Se ofrecen “cantidades económicas muy altas” por el estadal, “dinero que la Hermandad utiliza para seguir manteniendo las instalaciones que son de su propiedad para disfrute de todo el pueblo, de todos los vecinos que acuden a lo largo del año”.
Es una romería “muy esperada, celebrada por todas las generaciones, desde los más jóvenes hasta las personas más mayores, congregándose en torno a los tradicionales corros familias enteras y grupos de amigos para comer, merendar, cenar y, en definitiva, pasar buenos ratos todos juntos”.
El Ayuntamiento colabora en los preparativos iniciales con dotación de personal para tener lo mejor posible el entorno y con medios materiales y económicos en su desarrollo, pero es fundamentalmente la Hermandad la que se encarga de preparar “con mimo” los eventos de una romería que congrega, “tanto en las catorce hectáreas de los terrenos de la Hermandad como en el conjunto de viviendas y chalets de alrededor, a unas 30.000 personas el domingo y a lo largo de los días previos a entre 40.000 y 45.000 personas”.
“Es sin duda una de las romerías más importantes de la región, posiblemente una de las más importantes de España y demuestra la profunda devoción a la Virgen del Monte a la que los bolañegos veneran y quieren como intercesora ante Cristo. De hecho, es muy llamativa la parte de la ermita dedicada a los exvotos a la Virgen que están alojados la mayor parte en el Coro y también es muy interesante, por ser un recurso etnográfico de primera calidad, la visita al Museo de la Virgen del Monte, remodelado hace dos años, donde hay objetos en torno a la Patrona como vestimentas, joyas, cartelería y exvotos incluso del siglo XIX con una valiosa artesanía en bordados y fotografía de la época que describen la petición que en su momento se hizo para la concesión de una gracia”.
“Este año, como novedad y con el apoyo del Ayuntamiento, la Hermandad va a inaugurar las nuevas instalaciones de lo que era el Mesón de la Virgen, que se han remodelado con la intención de que algún hostelero pueda quedarse con su explotación”, expone Valverde, contento ya que “nos esperan unos días de disfrutar con la familia y amigos, nos visitan miles de personas provenientes de muchos sitios y es un momento idóneo para el regreso de muchos bolañegos”.
Así mismo, “siempre ha habido una diversión exenta de problemas o de circunstancias indeseadas, y espero que este año también sea así”, aprecia el alcalde, que destaca el amplio dispositivo preparado por parte de la Hermandad, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y operarios municipales para que “todo transcurra de la mejor manera posible y sin incidentes, de manera que cuando acabe la romería podamos volver a decir que la Virgen nos ha protegido a todos, que no ha habido ningún incidente digno de reseñar y que esperamos que con prontitud vuelva a llegar el año que viene para volver a disfrutar de esta romería”.
Entre las particularidades de esta celebración, se encuentran la “muy llamativa y profusa” decoración del altar de la ermita con claveles blancos donados por miles de devotos y la tradición de colocar billetes en el manto de la Virgen como manera de agradecer, cada uno con lo que podía aportar, su intercesión por alguna petición. Para evitar dañar los mantos de la Virgen que son “auténticas obras de arte”, con pinchazos por ejemplo de alfileres e imperdibles para sujetar los billetes, se colocan unas cintas en los que enhebrarlos y con el tiempo también se han ido incorporando urnas para depositarlos. “Todavía se puede ver que cuando la Virgen es bajada del Camarín para que la gente la pueda observar antes de la procesión hay mucha gente que pone esos billetes en las cintas pero luego los propios miembros de la Hermandad, las camareras, los cogen y echan en esa urna como donativo”.
En la tarde del domingo, a partir de las 18.30 horas y tras el rezo del rosario, se celebra la procesión, alrededor de los santuarios tanto de la ermita nueva como la vieja, la románica, situada en la parte de abajo, de la Patrona, que sale tocada con “sombrero de pastorcilla” porque “dice la leyenda que se apareció a unos pastores en este paraje del Monte de la Moheda y a partir de ahí se la conoce como la Virgen Pastora”.
Precisamente el cordero, que es uno de los iconos principales del escudo de Bolaños de Calatrava, es la base del menú tradicional que, “junto a otras muchas viandas”, se prepara y consume en esta romería. “Por la mañana se suelen almorzar asaduras, luego se incorporan una chuletas a la brasa, a mediodía la típica caldereta de cordero o carne en salsa, acompañada de carne frita y, para quien se quede con hambre, chuletas, mientras que, por la tarde, se vuelve a asar parte de lo que ha sobrado”. De ahí que sean “miles los kilos de cordero” que se consumen en esta fiesta, acompañados de otro tipo de exquisiteces propias de esta tierra como el queso, el jamón y los embutidos.
También en la base de esta celebración está “la tradición centenaria” de compartir, puesto que la Hermandad asistía a quienes tuvieran pocos recursos proporcionándoles una comida. Actualmente, la Hermandad sigue ofreciendo una comida de hermandad más institucional y desde los corros se ofrece “lo que cada uno tiene” a quienes lo visitan, de manera que “cualquier persona proveniente de cualquier parte no es ajena, a todo el mundo se le invita a tomar o comer algo, a echar un trago de vino, una cerveza con una chuleta, con cualquier vianda”.
“Nadie es desconocido y todo el mundo es bienvenido” en una “fiesta total en el sentido de que es común ver en cualquier corro desde niños recién nacidos a personas de noventa años”, acudiendo “pertrechados de sistemas para la protección del sol pero también de la lluvia con chozos muy bien hechos que evitan los estragos del calor o que si llueve la gente se moje, incluso con braseros de picón, neveras y todo tipo de material y muebles para pasar allí dos o tres días juntos” en una “diversión en hermandad”.