En el volumen, editado por Soubriet, Pilar Serrano enumera sucesos, cuentos e historias de su localidad natal que mediante la tradición oral han llegado hasta nuestros días. La escritora ha hecho un gran trabajo de recopilación e investigación para, como una orfebre de la palabra, ir engarzando en el libro que presentó este sábado, las tradiciones y leyendas más significativas de la comarca.
Pilar Serrano lleva mucho tiempo recogiendo las historias y sucedidos «que te cuenta la gente del pueblo», duelos de amor, fantasmas, duendes. Un trabajo meticuloso que ahora se ve plasmado en “Leyendas, ritos y sucesos de Argamasilla de Alba” y que impide que se pierda la rica tradición oral de nuestros pueblos. En ese sentido y a través de la Asociación de Amas de Casa de la localidad, la polifacética Pilar Serrano recogió hace pocos años los romances de esa villa y los plasmó en un disco.
El Duende
La escritora nos relata que la tradición oral, al menos la de la zona que nos ocupa, ha sido poco o nada investigada y recogida por los historiadores «lo que es una pena». El valor del trabajo, asegura, además del tiempo que le ha dedicado, es que «de algunas de las cosas que se cuentan he hallado referencias en las hemerotecas». Por tanto, «no es una leyenda, es una realidad que se convirtió en leyenda». En ese sentido, la autora refiere un paraje conocido como “El Duende”, en la zona de Herrera «en el cuento de “Los carros vacías García Pavón hace referencia a esa zona que ya era famosa por las cosas que sucedían por allí».
Se trata de un paraje en el que durante las Guerras Carlistas «sucedieron hechos tremendos y en la época de los franceses ya tenía su historia». Es decir, que se trata de «un lugar que se va retroalimentando». Pilar Serrano ha encontrado reseñas de algunos de esos hechos en los periódicos de la época «y un romance graciosísimo que yo no relacionaba con esa zona. Pero, ¡dios mío!, cuantas cosas se han perdido».
La hija del molinero
Hay otra de esas circunstancias que se han convertido en leyenda con el paso del tiempo y que la propia Pilar creía que no era real, «sucedió en una de esas riadas que asolaban Argamasilla y Tomelloso». Fue en el molino del Curro «la hija del molinero tenía 17 años, el agua se lo llevó todo por delante y la chica acabó sobre un ribazo». Pilar incide en la mentalidad que había sobre la “pureza de mujer”, «un pastor que la oyó gritar acudió a socorrerla. Le pidió la mano para salvarla y ella no se la dio. Se la llevó el agua y se murió». Eso, sí, la enterraron de blanco y en un ataúd blanco por haber salvaguardado su pureza, pero «¡hombre, por favor!». El suceso, cuenta Serrano, tuvo una gran notoriedad «no sabía la fecha en que ocurrió, pero investigando he logrado datar el hecho exactamente, el 25 de mayo de 1920».
La autora está muy contenta con el libro y, también de la presentación en Argamasilla —el acto contó con la presencia de José Antonio Navarro, Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Argamasilla de Alba, Obdulio Hilario, vicepresidente de Los Académicos de la Argamasilla y el editor del libro, Jaime Quevedo— «la gente respondió muy bien a lo que contaba y se divirtió con alguna de las cosas que conté».
La hechicería de la agujeta
Y Pilar, todo un torbellino, nos refiere uno de los sucesos que relató al público durante la presentación «algo que ha pasado en toda La Mancha». Y es que un novio dejó embarazada a su novia, el mozo cuando descubrió la circunstancia abandonó a la chica «que era hija de una viuda». Y al zagal, relata la escritora según le contaron a ella, «le hicieron una hechicería y comenzó a tener problemas en el estómago y de ahí, los problemas bajaron “más abajo” hasta que “se quedó como si lo hubiesen capado”». La hechicería tiene nombre «la agujeta, algo que no había oído en mi vida» y consistía en atar una cuerda a la cola cortada de un lobo o un perro lobo. Y, como pasa en algunas películas, Serrano nos cuenta como acabaron los protagonistas de la historia «la joven tuvo el hijo y se fue del pueblo, la madre de la chica nunca más salió a la calle de la vergüenza y el novio murió impotente porque no le quitaron la hechicería».
Un huevo en la vagina
La escritora asegura que las cosas que cuenta en “Leyendas, ritos y sucesos de Argamasilla de Alba” «han pasado y son una realidad». Pilar sigue con su vehemencia relatándonos más hechos, pintorescos, como poco, de los que refleja en su libro que han sucedido «no hace tanto». En esta ocasión se trata de una costumbre que había después de los partos «tras echar la sangre postparto le “ponían a la parturienta un huevo en la vagina, sin cascarón”». Una circunstancia que ocurría, según las investigaciones de la autora «en 1920, no hace tanto».
Un duelo de amor, a resultas del cual tapiaron la puerta de una casa, a resultas del cual, años más tarde, se produjo una terrible matanza en la misma casa «la casa de los Calcerradas», es otro de los sucesos incluidos en el volumen.
Las «historias de los fantasmas» es lo que más llama la atención a Pilar Serrano. Los fantasmas son —nos explica— «esos que se echaban una sábana a la cabeza e iban a acostarse con la casada o la soltera». Y de las historias de fantasmas, la que más ha llamado la atención a la escritora es la de la Fermina. «En un finca hubo un incendio y la Fermina dice que se le ha aparecido un viejo con una calavera en la mano y ha sido el que ha prendido el fuego». Pero poco tiempo después hubo más fuegos en otros sitios de la quintería y los gañanes de la finca se conjuraron «y pillaron al fantasma trepando a la ventana de la Fermina».
Actualmente, nos cuenta Pilar Serrano, está trabajando en la Inquisición en Argamasilla de Alba, que actuaba «fundamentalmente con los blasfemos y las curanderas, las “mujeres de mal vivir».