Con tan solo 13 años y 1’90 de altura, Daniel Caraballo ya espera a que llegue el 31 de agosto, si la pandemia de la COVID-19 lo permite, para comenzar su beca de formación en la que es una de las mayores canteras del baloncesto español, en el Movistar Estudiantes. Tras realizar las pruebas para entrar en el club, recuerda que cuando llamaron a su padre para comunicarle la buena noticia “salté del sofá y apenas podía creérmelo”, y aunque los nervios por mudarse de ciudad y emprender esta beca formativa están a flor de piel, las ganas de aprender y llegar a jugar en la ACB son mayores en sus planes de futuro.
Continúa así la carrera baloncestística de Daniel, que ya había sido convocado por la selección regional o por la española el pasado verano, donde se codeó con canteranos de toda España. Ya en ese momento soñaba con entrar en una cantera con la del “Estu”, un deseo que 365 días después se ha hecho realidad. Quién sabe si dentro de un tiempo su sueño de jugar en el Magariños con el primer equipo no será también una realidad.
Futuro prometedor que afronta con ilusión, ganas y los pies en el suelo, sabe que tiene que ser un poco más constante en los estudios, aunque confiesa que de momento saca buenas notas y así espera seguir. Valores dentro y fuera de la cancha los de Daniel Caraballo que le han servido para que el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, y el propio club que le ha visto crecer, le hayan mostrado su apoyo incondicional con un sencillo reconocimiento este viernes.
