Un equipo del Grupo XVIII de Tercera División, el Villarrobledo, se encuentra en un situación más que delicada tras la dimisión este pasado lunes de su presidente, José Antonio Duro, y de su junta directiva.
El ya ex máximo mandatario anunció su marcha y a la vez la deuda que tiene el club con la Seguridad Social, que es de 204.000 euros. “El club está herido de muerte a nivel económico”, dijo Duro. Mientras que esa deuda no se salde, el Villarrobledo no podrá cobrar subvenciones, a lo que se une la deuda con los jugadores, unos 60.000 euros que se prevén hasta final de temporada. Varios de esos jugadores, como Perona, Piojo y Juanma Montero han denunciado al club y previsiblemente abandonarán esta semana la plantilla.
Una situación crítica la que pasa el club roblense. Y eso que el equipo es cuarto, dentro ahora de la zona de play off de ascenso a Segunda División B.