Decisión drástica e histórica en el CF La Solana. El partido de liga del próximo domingo no se jugará en La Moheda, sino en el anexo de la Ciudad Deportiva. La junta directiva, de acuerdo con la opinión del cuerpo técnico y de la plantilla, ha decidido abandonar momentáneamente el estadio de hierba natural por su mal estado. Tan malo, que no se ha querido esperar más, a pesar de las dificultades que entraña el cambio de escenario por las limitaciones del campo anexo, fundamentalmente por su limitado aforo.
Más allá de lo arriesgado de tal decisión y de sus derivadas, la directiva tiene claro que no se podía seguir jugando en La Moheda, un terreno impracticable en este momento. El presidente, Julián Martín-Zarco, ha dado la cara para explicarlo, asumiendo las consecuencias de lo acordado por la directiva en pleno. “No nos apetecía dar este paso, pero por el bien del equipo tenemos que darlo”, subraya. Aduce razones estrictamente deportivas, es decir, cree que el equipo puede rendir mejor sobre el tapiz artificial, donde la plantilla entrena casi en exclusividad desde hace semanas.
Decisión difícil
Reconoce que no ha sido fácil decidir algo así y admite que es arriesgado. Por eso, se apresuró a pedir perdón a la afición “porque sabemos que La Moheda es muy importante para todos”, pero insistió en que el club está por encima y que “al equipo le perjudicaba las condiciones en las que está La Moheda”. “Vamos a comenzar la segunda vuelta y todos los puntos son importantísimos”.
Las condiciones del anexo, de césped artificial, tampoco son boyantes. Es un campo pequeño, mal equipado y con escaso aforo. Lo único favorable es que podrá circular el balón y los futbolistas no se pegarán al barro. La directiva ha agradecido el apoyo del Ayuntamiento. “Tanto por parte de la alcaldesa como del concejal de Deportes la predisposición es muy buena, así que hay que dar el paso aunque no nos guste”.
Se va a perimetrar la parte sin protección detrás de las porterías y de la banda de los banquillos, a fin de ampliar la capacidad y mejorar en lo que se pueda la comodidad y seguridad. La directiva también acepta el perjuicio económico.
Mejoras urgentes
El mensaje que se está dando es tan osado como potente. Es lo más parecido a poner por fin nombre a años de deterioro en las instalaciones deportivas en La Moheda. El estadio principal ha ido perdiendo su aura a base de hacerse viejo. Y el anexo tampoco está para tirar cohetes, ni reúne las condiciones deseables para acoger un partido de Tercera RFEF, y más un derbi provincial como el que llega el domingo ante el Atlético Tomelloso (16:30 horas). “Un pueblo de dieciséis mil habitantes, con una afición bárbara al fútbol, no se puede permitir unas instalaciones como estas”, dijo el presidente. Instó al Ayuntamiento a ponerse manos a la obra, aun sabiendo que es un equipo de gobierno recién llegado y que las deficiencias vienen de lejos.
Mudanza, ‘sine die’
Lo que no aclaró es cuánto tiempo durará la ‘mudanza’. Solo dijo que es algo ‘momentáneo’, así que es de suponer que dependerá de la evolución de la hierba natural en las próximas semanas, pero sobre todo del resultado de la experiencia de este domingo, y no solamente en lo deportivo. En este sentido, se ha querido dejar claro que el cambio no es garantía de nada en cuanto al resultado. Es absurdo pensar que cambiar será sinónimo de ganar. “Puede darse cualquier resultado, pero creemos que en el artificial tendremos alguna oportunidad más que en La Moheda”. Y eso, a juicio del club, ya es mucho, sobre todo porque La Solana lleva siete partidos en casa, no ya sin ganar, sino sin marcar un gol. La losa es demasiado pesada como para seguir bajo ella, cree la directiva, que secunda así el deseo de la plantilla.
“Mientras tengamos esta ilusión y entendamos que podemos darle algo al club seguiremos aquí, y el día que no tengamos esa ilusión nos iremos”. “Nos estamos dejando la vida y no podíamos permitirnos seguir así”, concluyó Martín-Zarco.