El atleta Ismael Quiñones (17/2/1994) ha dejado atrás un duro 2019 marcado por una grave lesión. Y lo ha hecho a lo grande, firmando el pasado domingo su mejor marca personal en un 10.000 en ruta, un 28:54 que le llevaron a una gran 27º posición en el 10K de Valencia, siendo uno de los mejores españoles.
Después del sufrimiento vivido los meses atrás, el mebrillato celebra ahora con más alegría su recuperación total y el gran momento de forma que ha adquirido. “Se pasa mal y cuando vuelves y te encuentras bien, los disfrutas el doble”, explica.
El calvario de Ismael Quiñones comenzó el 2 de diciembre de 2018, cuando en el 10K del Maratón de Valencia notó un fuerte dolor en su pie izquierdo. “Pensé que me había roto la fascia”, cuenta el atleta del club Cárnicas Serrano, que trató de seguir entrenando los siguientes meses, pero ese dolor persitía. Y lo que se le diagnosticó luego fue un neuroma de Morton, es decir, un engrosamiento del tejido alrededor de un nervio del pie que le llevó a pasar por el quirófano en el mes de abril.
En julio comenzó a hacer ejercicio físico sin impacto. Pero la recuperación no era buena, iba muy lenta. “Se me inflamaba mucho el pie, más de lo normal. Tuve también problemas de descompensación muscular”, señala. Afortunadamente, poco a poco la articulación respondía mejor y a mitad de octubre comenzó a hacer entrenamientos normales con cargas. “Iba cogiendo confianza y ritmo. Día a día me iba encontrando mejor, asimilaba los entrenamientos y recuperaba mejor”.
Así comenzó a competir en diciembre, con una prueba de 10 kilómetros en la que ya hizo 30:13. El último día del año ganó la San Silvestre de su localidad, Membrilla, y este pasado domingo en Valencia su mejoría ya salió a relucir con ese tiempo de 28:54, su marca personal de siempre en la distancia del 10.000 en ruta. “Siempre valoro el poder correr, pero sí que ahora tengo muchas más ganas después de un año parado”, sentencia.
Quiñones, internacional años atrás con las categorías inferiores de España y campeón nacional, mira ahora hacia este 2020 con optimismo. Su objetivo principal se centrará en preparar bien los 10 kilómetros en pista, aunque también quiere correr antes algún cross con cierta incertidumbre por cómo responderá su pie en un terreno más inestable. Pero el membrillato, tras esa experiencia de una lesión, ha ganado en confianza, fuerza y motivación. Y lo quiere demostrar en las próximas carreras.