El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue detenido hoy, día de su polémica consulta popular, por el ejército hondureño y bajo las órdenes del Tribunal Supremo del país, que ha justificado su decisión en la agresión al orden constitucional que el presidente hubiera llevdo a cabo en caso de haberse realizado el referéndum con el que pretendía modificar la constitución del país.
Unos 200 militares han deportado al presidente Manuel Zelaya a Costa Rica, informó su secretario privado, Eduardo Enrique Reina. Mientras, su esposa y Primera Dama de Honduras, Xiomara de Zelaya, informó que se encuentra escondida “en una montaña” del oriente del país.
En sus primeras declaraciones desde el país centroamericano al que ha sido deportado por el ejército, Manuel Zelaya condenó enérgicamente el golpe de Estado en Honduras y llamó a la comunidad internacional a poner todo su empeño en la restitución del orden y el estado de Derecho.
“Estoy en el aeropuerto de San José (…) he sido víctima de un secuestro brutal de parte de algún grupo de militares del Ejército” de Honduras, declaró Zelaya en entrevista telefónica con la cadena multiestatal Telesur, transmitida en simultáneo por la estatal venezolana VTV. “Estoy aquí en San José como presidente de Honduras.
Voy a ir a Managua (Nicaragua) como presidente de Honduras. Voy a ir a exigir los derechos del pueblo hondureño (…) Mi período termina hasta el 2010″, resaltó Zelaya, después de aclarar que no ha pedido asilo en Costa Rica.
Zelaya fue detenido entre las 05.00 y 06.00 horas locales (11.00 y 12.00 GMT) en su residencia por militares, que mantienen rodeado el lugar. Unos 300 efectivos rodean la Casa Presidencial en la capital en la colonia Tres Caminos de Tegucigalpa.
La ministra de Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, también está detenida y hay orden de captura contra los miembros del Gobierno de Manuel Zelaya, informó el secretario personal del presidente.
Reina indicó que la ministra de Exteriores se puso en contacto con él en horas de la mañana para decirle que su casa estaba rodeada por efectivos del Ejército y que iban a interrumpir las comunicaciones.
La ministra fue arrestada horas después de la detención de Zelaya por militares que le enviaron por la fuerza a Costa Rica. Reina agrego que hay una orden de captura contra todos los ministros del gobierno de Zelaya. El secretario privado de Zelaya dijo que pudo contactar con algunos ministros “que se habían movido a lugares más o menos seguros”.
Entretanto, miles de personas se han concentrado frente a la Casa Presidencial, en Tegucigalpa, para hacer una “resistencia pacífica”. Alrededor de 3.000 simpatizantes de Zelaya han protestado frente a la sede de Gobierno, que permanece acordonada por un fuerte dispositivo militar, sin que hasta el momento se haya producido ningún incidente, informaron los organizadores.
La detención del presidente se ha producido unas dos horas antes de que se iniciara la “consulta popular” convocada por Zelaya para reformar la Constitución pese a haber sido declarada ilegal por organismos como el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia. La programación de las emisoras de radio fue interrumpida por unos instantes, alrededor de las 07.00 hora local (13.00 GMT), pero tras unos minutos retomaron su actividad habitual.
Las reacciones a nivel internacional no se han hecho esperar. Tanto desde EE.UU. como desde la UE se ha condenado el golpe militar. Desde Corfú, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, pidió la inmediata restitución del orden constituciona. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha pedido respeto a las normas democráticas. La OEA, por su parte, ha mantenido una reunión convocada de urgencia para analizar la crisis y defender la estabilidad democrática del país.
También el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha expresado su “más enérgica” condena por la detención y expulsión “ilegal” de Zelaya y ha exigido su “inmediata” reposición en el cargo para el que fue democráticamente elegido.
En latinoamérica, el presidente venezolano, Hugo Chávez, condenó y repudió el “golpe de Estado troglodita” contra su colega de Honduras, Manuel Zelaya, y alertó que “llegó la hora del pueblo” y de los movimientos sociales de ese país centroamericano.
Su homólogo y aliado boliviano, Evo Morales, ha llamado también a repudiar el “golpe”. Morales llamó a organismos internacionales, a sus colegas de Latinoamérica y a dirigentes de movimientos sociales “a condenar y repudiar este golpe de Estado militar en Honduras”.