El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha expresado su firmeza este lunes frente a lo que considera un “gran fraude” impulsado por el jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, en sus negociaciones con los independentistas. Asimismo, ha cuestionado abiertamente qué beneficios aporta a la democracia española la “capitulación” que el presidente del Gobierno podría estar dispuesto a aceptar para mantenerse en el poder.
Feijóo ha hecho estas declaraciones durante la presentación de la presidenta de las Islas Baleares, Marga Prohens, en un desayuno informativo organizado por Europa Press. Al evento han asistido importantes figuras del Partido Popular, como el presidente del Senado, Pedro Rollán, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y varios miembros destacados de la dirección del PP, entre ellos Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Miguel Tellado.
El líder del PP ha destacado que España atraviesa una situación “anómala”, comenzando por el hecho de que una “coalición de izquierda populista” forma parte del Gobierno del país. Asimismo, ha asegurado que es una “anomalía” negociar con aquellos que buscan “romper el país” y permitir que Bildu se convierta en un “pilar” de apoyo a la investidura de Sánchez.
Feijóo se ha comprometido a actuar con “contundencia” frente a las decisiones de Sánchez, especialmente cuando los ciudadanos se sienten “asombrados” por lo que está sucediendo. Presentó al PP como un partido de Estado “fuerte” dispuesto a “utilizar todos los recursos a su disposición para proteger la nación, la Constitución y la igualdad de los ciudadanos”.
El presidente del PP ha señalado que los españoles “merecen respeto” porque no votaron a favor de una amnistía el 23 de julio. Feijóo se ha pregutnado abiertamente “qué beneficios aportaría la capitulación de Sánchez” a la democracia española, planteando si esta traería estabilidad, seguridad jurídica o garantizaría que el independentismo aceptaría las reglas democráticas, para concluir que “nada de eso” se obtendría y que el independentismo lograría “casi todo” mientras España obtendría “nada”.