El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha reconocido la posibilidad de que la economía de la zona euro haya ingresado en una recesión técnica durante el cuarto trimestre de 2023, al registrar dos trimestres consecutivos de decrecimiento. Sin embargo, destaca que no se trata de una recesión profunda, a la espera de los datos preliminares que Eurostat publicará este martes.
“Una recesión técnica puede haber”, ha admitido el exministro español de Economía en una entrevista en RNE, minimizando la diferencia entre una décima de caída o el estancamiento y enfatizando que “no hemos entrado en una recesión profunda”.
Guindos ha señalado que la recesión no será profunda y que el mercado laboral está resistiendo, señalando el proceso de desinflación en curso, que ha frenado el aumento de los precios a menos del 3%, mientras que el mercado laboral sigue mostrando un buen comportamiento.
“De acuerdo con nuestras proyecciones, va a continuar la desaceleración de la inflación y el proceso desinflacionista sin haber generado una recesión profunda, porque eso se puede descartar, y con un buen comportamiento del mercado laboral”, ha resumido Guindos, destacando que, a pesar de las sombras, también hay aspectos positivos en la evolución de la economía europea.
Eurostat tiene previsto publicar este martes su primera estimación del crecimiento del PIB de la zona euro en el cuarto trimestre de 2023, tras la caída interanual del 0,1% registrada entre julio y septiembre, dejando la posibilidad de una recesión técnica.
Guindos muestra preocupación por el riesgo de que el crecimiento débil se prolongue en la eurozona, ya que la pérdida de crecimiento potencial podría traducirse en una disminución de la influencia internacional de la región. Aunque señala que este problema fundamental no depende de la política monetaria, sino de reformas económicas y la integración económica en Europa.
“Que durante los próximos cinco, seis, siete, ocho, cinco años, el crecimiento en Europa esté por debajo incluso del 1% de media pondría de manifiesto que existen problemas estructurales”, ha advertido Guindos.
A pesar de los desafíos, Guindos ha defendido las ventajas de la diversidad en la eurozona y destaca el contrato social europeo. “Creo que en última instancia, con los retoques y mejoras de productividad relacionadas con la inversión, la digitalización y la economía verde, desde el punto de vista social y político, el modelo europeo es superior”, ha concluido.