El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reclamado al Partido Popular que aparque «su soberbia, reconozca el error y frene el atropello» que a su entender supone la regulación de regadíos planteada por PP y Vox en Doñana.
El Partido Socialista ha rendido homenaje en la mañana de este sábado en Bilbao al histórico dirigente del PSE-EE Rodoldo Ares, fallecido el pasado 26 de enero a los 68 años de edad. La cita, que se ha desarrollado en el Teatro Campos Elíseos bajo el título ‘Rodolfo Ares. Un socialista imprescindible-Ezinbesteko sozialista’, ha contado presencia de su familia y las intervenciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como del portavoz del PSOE en el Congreso y lehendakari, Patxi López, del secretario general del PSE, Eneko Andueza, y de la concejal del Ayuntamiento de Bilbao Nora Abete.
En su intervención, el también secretario general del PSOE se ha referido a la proposición de ley de PP y Vox en el Parlamento andaluz para regularizar cerca de mil hectáreas de regadío irregulares en el entorno de Doñana, en Huelva.
En este sentido, Sánchez ha defendido que el Partido Socialista es una formación «feminista y ecologista» y ha lamentado el «conflicto abierto en canal por la derecha y la ultraderecha en Doñana».
Tras destacar que Doñana es, según la UNESCO, «el único patrimonio mundial que hay en la Península Ibérica» y supone un «paraíso natural» que hace de «sumidero de los gases de efecto invernadero», ha advertido de que no se trata «del cortijo de nadie sino del patrimonio de todos; de los andaluces, de los españoles y también de los europeos».
Por ello, ha defendido que «si lo dice la ciencia, la UNESCO, la Comisión Europea y sentencias de tribunales españoles y europeos», se debe frenar lo que a su juicio supone un «atropello».
«Yo lo que le pido a la derecha andaluza, porque a la ultraderecha andaluza no se le puede pedir nada, es que aparque su soberbia, reconozca el error y frene este atropello», ha emplazado.
Asimismo, Sánchez ha defendido que gobernar es «trabajar para el interés de la mayoría y no sentirse el dueño de ningún cortijo, y mucho menos en democracia».
