Seguramente, todos hemos oído decir a nuestros mayores aquello de que “el agua tiene sus escrituras”. Esta sencilla metáfora que nace de quien está apegado a la tierra, no viene a decir más que por donde una vez fluyó el agua, volverá a fluir. La empírica y la estadística han llevado este saber popular hasta tenerlo en cuenta para el cálculo de las construcciones más complejas. Así, en función de si un fenómeno natural se va a repetir cada año, cada diez, cada cincuenta o quizás cada quinientos se optimiza la seguridad de la estructura sin derrochar material, pero siempre teniendo en cuenta que el fenómeno, indefectiblemente, se repetirá.
Recientemente, hemos asistido a la proclama del gobierno del Ayuntamiento diciendo que se va a intervenir en la Plaza de Cervantes para solventar, según ellos de manera definitiva, el problema de los hundimientos. Pero no han querido contar, que ya en el año 2017, un gobierno socialista responsable en su labor, tuvo que enfrentarse a este asunto y acatar lo que en aquel entonces decían los estudios técnicos: un colapso accidental del suelo debido a pérdidas en las redes de saneamiento. Ahora somos conscientes de que se hizo bien ese trabajo, así lo dicen los informes, pero faltaba resolver otro problema: un flujo de agua subterránea constante y natural que ha provocado los nuevos hundimientos.
A toda prisa, ahora, el gobierno de PP-VOX del Ayuntamiento, han realizado unos estudios y un proyecto de reparación del hundimiento. Demasiado rápido. En pocas palabras, nos proponen sustentar nuevas estructuras donde se ha detectado suelo firme, e inyectar hormigón para tapar oquedades. ¿Nos dicen algo del control del flujo del agua existente? No.
Poniendo un tapón al flujo de agua con hormigón inyectado, ¿no estaremos llevando el problema de donde está a otro lugar impredecible de determinar en lugar de resolverlo? ¿Podría ser quizás aguas arriba, a la calle General Aguilera?, donde los edificios no han sufrido hasta hoy ningún proceso derivado del flujo existente de agua. Somos conscientes de que es un tema complejo, por tanto, ¿no sería más conveniente evitar el titular rápido de la intervención en pos de unos estudios más extensos que nos indiquen si se debe drenar el agua en lugar de obstaculizarla?