Desde que en 1933, técnicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) iniciaran el estudio en la cuenca del Guadiana, la comarca de influencia fluvial del río y sus zonas anexas conectadas por vía subterránea con el Acuífero 23, han atraído a los investigadores por la singularidad de sus humedales.
En concreto, la meseta manchega es un espacio “único e importante” por la relación de humedales que reúne y que, al igual que la meseta castellano-leonesa presidida por el Duero, se ubica desde el punto de vista hidrogeológico “en una zona endorreica (hidrografía que no desemboca en el mar) difícil de encontrar que caracteriza el paisaje”.
El director del IGME, Francisco González, ha resaltado esta mañana durante la presentación de la publicación ‘Lagunas mesetarias de La Mancha: funcionamiento hidrológico, cultura y medio ambiente’ en Alcázar de San Juan la importancia del espacio que ha dado a conocer “como un privilegio” y que, a su juicio, “será referencia obligada en la cuenca alta del Guadiana”.
HA destacado la consolidación del rico y amplio espacio soterrado desde la zona cordobesa de Fuenteovejuna hasta Toledo, con un espesor dela corteza terrestre que no ha variado, a pesar de los movimientos sísmicos de entre 2005 y 2007.
González ha subrayado la importancia de la publicación como un elemento de divulgación de “lo que pasa a 50 metros por debajo de nosotros”, y para que los ciudadanos “pongan los pies en la tierra”, frente a los estudios de otros planetas, más lejanos y menos influyentes.
Cuidar las masas
La presidenta de la Comunidad de Usuarios de la Masa de Agua Subterránea Mancha Occidental II, Araceli Olmedo, también presente en la presentación, ha pedido a la máxima autoridad del IGME hacer realidad uno de sus sueños desde hace 30 años, como es cuidar las masas de aguas de la comarca manchega y “contar con los regantes” para elaborar una publicación sobre la relación de masas de la zona occidental manchega.
Olmedo, que en enero dejará la presidencia de dicha entidad tras más de tres décadas, ha valorado el compromiso de los comuneros a la hora de ejercer sus “derechos privados” y hacer un uso sostenible del agua subterránea, que han demostrado que “no hemos saqueado el acuífero”.
Ha animado a leer el libro de alta divulgación científica, que acerca a regantes, agricultores y ciudadanía en general a acercarse a unos ecosistemas “que hay que proteger y poner en valor”.
Olmedo ha instado a los editores que esta obra “rigurosa” se enseñe entre los escolares y estudiantes de institutos “para que amen este patrimonio”, así como ha pedido a las administraciones a que impulsen excursiones, “con bancos y arboledas”, para que las familias y público en general puedan “redescubrir estos parajes únicos con sosiego”, frente “a la diáspora de las prisas”.
Escuela viva
Por su parte, la alcaldesa de Alcázar de San Juan, Rosa Melchor, se ha mostrado orgullosa de ser la anfitriona de la puesta de largo de una publicación “necesaria” para poner negro sobre blanco un patrimonio natural único.
Ha reflexionado sobre el complejo lagunar de la comarca, poco conocido y que contrasta con la idea de “La Mancha seca”, pues solo en el caso del amplio término de Alcázar hay siete lagunas datadas. En el libro se ha estudiado el complejo de la Laguna de las Yeguas, con tres espacios, uno de ellos el de la Laguna de la Veguilla, en el Camino a Villafranca de los Caballeros, antes vertedero de residuos sólidos y ahora “escuela viva” tras su recuperación medioambiental.la Laguna de las Yeguas, la Laguna del Camino de Villafranca y la Laguna de la Veguilla.
Melchor ha puesto en valor la rica diversidad de flora y fauna de la zona, con presencia de patos colorados, flamencos o malvasías, además de las cigüeñales y otras especies migratorias que pueblan los espacios en los meses cálidos.
Concienciación y sensibilización
Agapito Portillo, viceconsejero de Medio Ambiente, ha asegurado que la riqueza de los espacios lagunares en la meseta castellano-manchega, se debe tanto a la gestión de la administración como a la “concienciación y sensibilización” de agricultores y habitantes de los diferentes pueblos “que viven al lado de los humedales”.
Ha explicado que “hay cerca de 500 humedales en la región, algunos de importancia internacional y hace unos años se declararon reserva de la Biosfera más de 400 hectáreas”.
En este sentido, ha recordado las sucesivas normas y planes públicos de gestión de estos recursos hídricos como el plan de Conservación de los Humedales, o la inclusión de esos enclaves en el convenio Ramsar, que han permitido mejorar el estado de conservación y calidad de las aguas, a pesar de las bajadas puntuales de los niveles.
En la actualidad, ha resaltado los buenos niveles del acuífero 23, gracias, entre otros agentes como las “eficaces” lluvias de los últimos meses, al Plan de Conservación del Medio Natural y a la contribución del sector agrícola con la modernización de sus explotaciones.
Mejores instantáneas
‘Lagunas mesetarias de La Mancha: funcionamiento hidrológico, cultura y medio ambiente’ ha sido elaborado por distintos investigadores como Miguel Mejías, Carlos Camuñas y Bruno Ballesteros, quienes han concebido el libro como un compendio de las mejores instantáneas de los paisajes, geología, flora, fauna y patrimonio recopiladas a lo largo de estos últimos años, dentro de un pormenorizado estudio del balance del agua con datos inéditos hasta ahora, pero también de usos, costumbres e historia, “porque contamos cómo vivía la gente de cara o de espaldas a la laguna, qué actividades hacían, de ocio, religiosas, culturales…”.