Situada en un lugar privilegiado, Campo de Criptana, la bodega apuesta decididamente por el enoturismo y la cultura para hacer llegar al público sus grandes vinos. Elaborados con mimo, nos explica la presidenta, Julia Mercedes Leal, y con exigentes estándares de calidad, los caldos de Vinícola del Carmen compiten con los de otras regiones y países, obteniendo reconocimientos en los certámenes en los que participan.
—Nos encontramos ante una de las cooperativas más antiguas de la región, ¿no es así?
—Concretamente es la más antigua de Castilla-La Mancha. Somos el resultado de la fusión de dos cooperativas anteriores, Vinícola Manchega, fundada en 1896 y Vinícola del Carmen, creada en 1901.
—Con ese bagaje, decir que en Vinícola del Carmen se conjugan tradición y modernidad, no es una frase hecha…
—Pertenecemos a un sector, el vitivinícola, que está en evolución constante. En los últimos años hemos tratado de que la cooperativa tenga instalaciones punteras para poder hacer los mejores vinos. Evidentemente tratamos de que éstos tengan la mayor calidad para que el agricultor obtenga los mejores resultados.
—Calidad y también comercialización, claro…
—Indudablemente, llevamos muchos años de retraso con respecto a otras zonas porque aquí nos hemos dedicado, sobre todo, a producir. Ya llevamos bastante tiempo elaborando vinos con mucha calidad, pero estamos intentando ponernos al día con respecto a la comercialización. Somos nosotros los primeros que tenemos que creernos que estamos a muy bien nivel. Partiendo de eso, es necesario invertir mas en comercialización y marketing para que los consumidores de vino puedan apreciar los nuestros y descubran que pueden tener magníficos vinos a unos precios razonables.
—¿Han dejado los vinos de La Mancha de ser la cenicienta de los certámenes?
—Ahora vamos con orgullo, por supuesto, pero todavía nos queda mucha labor por hacer. Es necesario que logremos que quienes ven los vinos de La Mancha con recelo los caten. De esa forma descubrirán que se han estado perdiendo unos vinos muy buenos. No hay que olvidar que cuando comparamos nuestras elaboraciones con las de otras regiones o países, sobre todo en concursos, obtenemos importantes reconocimientos. Eso quiere decir que la calidad es muy buena, pero insisto, hay que trabajar mucho para quitarnos ese sambenito de grandes productores, pero no buenos embotelladores.
—En ese camino hay que apostar por figuras de calidad, ¿no es así?
—Por supuesto, nosotros apostamos claramente por la D. O La Mancha, por la IGP Tierra de Castilla. Y por supuesto por Campo y Alma, que es una forma de promocionar los buenos productos de la región. Pero, sobre todo, nuestra apuesta de una elaboración muy esmerada.
—Háblenos de esas elaboraciones.
—Acogidas a la D.O. La Mancha tenemos dos marcas, Albaicín en blancos, recordado en bellísimo barrio de Criptana, y en tintos, Infanto, que coje el nombre del molino más antiguo. Estamos muy orgullosos de las elaboraciones que comercializamos con esas marcas, que han triunfado en distintos concursos. Se trata de unos vinos acordes a los gustos que hoy predominan, sobre todo los de la gente más joven. Elaboramos con la marca D’Gigante vinos acogidos a la IGP, de los que hemos renovado recientemente su imagen con el concurso de etiquetas que llevamos realizando desde 2018. También tenemos unos vinos de aguja con la marca Carmen, blancos y rosados; además está nuestro vino de mesa con la marca Cardenio. También tenemos vermut, Moriscote y mistela con la marca La manchega. Y por último, elaboramos un brut con el método champenoise que se llama Alfaraz. Creo que tenemos una gama muy buena de vinos, para todos los públicos y calidades.
—Vinícola del Carmen apuesta claramente por el enoturismo…
—El turismo y el enoturismo son una apuesta decidida de nuestra cooperativa. De hecho, estamos en la Ruta de los Vinos de La mancha. Tenemos en proyecto la creación de un pequeño museo para aumentar los recursos de las visitas que ya recibimos en la bodega. Un centro ligado a nuestros orígenes, como decíamos, no en vano somos la cooperativa más antigua de Castilla-La Mancha. Queremos mostrar la evolución que ha tenido este sector y la bodega en particular.
—¿También la cultura está muy presente en Vinícola del Carmen?
—Participamos en el AirenFest, el singular festival veraniego de Campo de Criptana. Además, programamos conciertos en nuestras instalaciones, para que se vea la riqueza de la bodega y todo lo que han aportado cooperativas como esta en nuestra zona. La solidaridad también está presente en nuestras actividades, llevamos a cabo desayunos o vermuts solidarios a lo largo del año. También hacemos catas, en definitiva, intentamos llevar nuestro producto al todo el público.