El antiguo Casino alberga este jueves la presentación en Ciudad Real del informe de Cáritas realizado en 2018 sobre ‘Vulneraciones de derechos laborales en el sector agrícola, la hostelería y los empleos del hogar’ en el que se denuncia la “normalización” de situaciones de vulneración en los tres sectores con trabajadores desprotegidos y que no se sienten “legitimados” para acceder al estado de derecho en buena parte de los casos por miedo a perder el empleo o porque estiman que la denuncia de estas situaciones no va a servir para mucho o no les va beneficiar.
El estudio realizado en más de una treintena de provincias a partir de más de 900 entrevistas a personas participantes en programas como los de formación y acogida de Cáritas indica que las vulneraciones se producen independientemente de la situación administrativa en la que se encuentre la persona, aunque la situación irregular es factor de mayor vulnerabilidad, y la importancia de desarrollar estrategias de sensibilización y defensa del trabajo decente.
Hilde Daems, de Acción Social de Cáritas Española, explicó los datos y conclusiones del informe, así como propuestas para evitar abusos como un convenio del campo estatal, tipificar como delito autónomo en el Código Penal el trabajo forzoso, una Ley integral contra la trata con la que se aborde la relacionada con fines de explotación laboral, flexibilizar las autorizaciones y renovaciones de los permisos de residencia y trabajo, y la equiparación plena con el resto de los trabajos en el hogar que no cuentan actualmente con derecho al desempleo.
Se trata de un estudio sobre una realidad “visible-invisible” que se percibe de manera cotidiana y de la que, al mismo tiempo, se desconoce la situación personal y familiar de las personas que la sufren, comentó el secretario general de Cáritas de Ciudad Real, Ángel Ruiz Moyano, que resaltó que son ámbitos productivos que tienen que ver con la alimentación y el ocio y tiempo libre de los que disfruta la mayoría de la sociedad, y animó a buscar soluciones de manera coordinada entre todas las partes –agentes sociales, organizaciones agrarias y sindicales, administraciones y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado-.
En Ciudad Real, el mayor impacto es el del temporerismo en tareas agrícolas con un perfil mayoritario de afectados fundamentalmente rumanos, búlgaros y marroquíes, aunque hay de 17 nacionalidades, indicó Ruiz Moyano, que abogó por colaborar para evitar abusos en relación con las condiciones de trabajo y habitabilidad de los temporeros, así como posibles mafias de intermediarios.
La jornada de presentación incluyó una mesa de trabajo para exponer experiencias con representantes sindicales, agrarios, Inspección de Trabajo y la Delegación Provincial de Economía, Empresas y Empleo para construir entre todos “un camino de mejora de los derechos de los trabajadores”. En el encuentro, Florencio Rodríguez, de Asaja, destacó el pionero plan para prevenir actuaciones irregulares impulsado en esta provincia, resaltó que se ha avanzado mucho en esta materia, valoró la intermediación que se realiza a través de una organización que vela por la legalidad y subrayó la importancia de la formación en favor de la profesionalización para fidelizar la relación entre el trabajador y empresario. Por su parte, José Manuel Muñoz, de CCOO, elogió el informe de Cáritas que refleja situaciones de vulnerabilidad en ámbitos de gran relevancia en la provincia como el agrícola y el hostelero, a cuyos empresarios animó a mejorar estos sectores y hacerlos más fuertes en favor de un trabajo más estable.
Varios responsables de Cáritas como Teresa, de Tomelloso, expusieron que el informe presentado muestra las realidades de las personas con las que trabajan e instó a una mayor “coordinación, entendimiento y buena voluntad” entre todas las partes para luchar contra las situaciones de vulnerabilidad laboral.