Carlos Carvento, bailarín y coreógrafo cordobés, llegaba este miércoles a la Facultad de Letras de Ciudad Real acompañado del delegado de Estudiantes del centro, Samuel García Ocaña, que le acompañó durante el desarrollo de la entrevista con este digital, celebrada antes de pronunciar su conferencia “Reapropiación del folclore nacional por el colectivo LGTBIQ+”, incluida en un ciclo en el que se abordan claves y retos del feminismo, género y orientación sexual en el siglo XXI.
Se considera profeta en su tierra, donde la gente le reclama, y se expresa con un pronunciado acento cordobés que ni su residencia actual en Madrid ha logrado matizar, pero con el que contribuye a retener la atención de la periodista que extrema la escucha durante el encuentro con este joven, amable en el trato, de 27 años (“aunque siempre miento para quitarme edad”) en el que habla de su formación en Córdoba y, después, en la capital del reino, donde cursó los estudios superiores en Danza, de su activismo y transformismo y de su proyecto “Maricón de España”.
PREGUNTA.- ¿Quién es Carlos Carvento?
RESPUESTA.- Soy un bailarín, coreógrafo, activista y drag que desarrollo mi trabajo dancístico dentro del marco activista utilizando varios lenguajes como el travestismo, la danza o la performance a través de los que canalizo mis mensajes para llegar donde quiero.
P.- ¿Es frecuente su participación en actividades universitarias?
R.- Últimamente sí. El año pasado estuve en un congreso en la Universidad de Jaén en el que se habló de feminismo y comunidad LGTBIQ+ en el arte y a finales de mes vuelvo a otra facultad. Dentro de que me muevo en un marco festivo por el tema drag, al final vengo de la danza profesional, nunca he desconectado del mundo del estudio y esto hace que este trabajo tenga seriedad e importancia y pierda el estigma que suele tener el drag o la conjunción de éste y la danza contemporánea.
Mensaje en la universidad
Para mí es significativo que mi mensaje aparezca en un marco universitario porque es aquí donde los jóvenes se forman y todos los discursos que aporten algo bueno o provoquen un chick en algún momento de su vida, bienvendidos sean.
P.- Tan importante como que la Universidad abra las puertas a todas las sensibilidades
R.- Si, si. Realmente dice mucho de la universidad y de quienes la dirigen que el contenido de una parte de su programación sea también este. Con independencia de las asignaturas que tengan, es “superbueno” que se abran a otro tipo de discursos porque también pertenecen a la propia vida y la educación, con independencia de la carrera que estudies.
P.- ¿Qué mensaje trasmitió a los estudiantes en la UCLM?
R.- El principal es demostrar que mi folclore como andaluz, que ha sido el que desde antes del franquismo se utilizaba para vender la marca España, no es realista porque hay muchísimo folclore en España, pero el andaluz tiene mucho más estigma. Demostrar también que el contenido del propio folclore es modernista y contemporáneo y que todo ese lenguaje en televisión, radio y libros puede ser revisionado y contemporanizado sin tener que irnos a otras partes de Península y dejar claro que hay mucha más modernidad de la que pensábamos dentro de este folclore.
P.- ¿Comparte su vida de bailarín con el activismo y el travestismo?
R.-Sí. Trabajo como drag, bailarín y coreógrafo. Como bailarín trabajo para producciones de danza. He estado trabajando con Mucha Muchacha, una compañía de danza española y flamenco muy contemporáneo en el Centro de Cultura Conde Duque de Madrid y con Pau Arán, que ha sido bailarín de Pina Bausch muchos años en Alemania, en una producción nueva que ha hecho en Teatros del Canal.
Como coreógrafo trabajo con creaciones propias y, actualmente, estoy llevando un proyecto en el Conservatorio de Córdoba donde he montado una coreografía para los alumnos.
Ocho travestis
Y como drag tengo un colectivo que nos llamamos “Las Niñas” de Andalucía. Somos 8 travestis que nos dedicamos a hacer fiestas temáticas muy trabajadas, a las que vas a pasártelo bien mientras ves ocho actuaciones diferentes; ocho performances muy trabajadas con una temática concreta y unos valores en común, de revisiones del folclore y con otro aire.
Mis creaciones en la danza tienen esta estética y valores del travestismo. Una de mis últimas actuaciones fue en el acto de clausura del Festival Flora de Córdoba (Festival Internacional de las Flores) con una pieza de danza contemporánea que incorporaba un lenguaje y estética drag y colaboré con el diseñador jienense Leandro Camas que también trabaja el folclore. Es hilar muy fino para estar en el punto medio.
P.-Impulsa el proyecto “Maricón de España”. ¿En qué consiste?.
R.- “Maricón de España. Puesta en valor del movimiento marica” fue mi trabajo fin de carrera como movimiento político y físico, es decir, abogar por la pluma o la feminidad en un cuerpo como el mío que, al final, ya sabemos que la feminidad está criminalizada.
Yo pasé por un caso de homofobia en la Universidad y decidí que mi trabajo de fin de carrera iba a ser sobre esto. Como no he sido una persona conflictiva en clase, decidí hablar sobre ello y estuve dos años con la pieza piloto. La Compañía Nacional de Danza me dio una residencia y allí la desarrollamos. Tras la pandemia, el proyecto derivó en un vinilo de danza; un vinilo de los de toda la vida en el que no hay disco sino un código QR a través del que accedes al espectáculo entero, grabado con una pieza de danza audiovisual, y al documental en dos partes: una mesa redonda de artistas queen y otra en la que hablo del proceso de creación y los orígenes de la pieza.
Vender y consumir danza
Ha sido una manera de vender y consumir danza y ponérmelo fácil como bailarín ya que levantar una pieza en un teatro es muy costosa y, aunque este proyecto lleva una inversión importante, aunque menor, pude hacerle frente a través de un mecenazgo.
El objetivo principal ha sido, por un lado, poner en valor que, igual que en la calle soy un mariquita, en el escenario, cuando me exigen ser un chico varonil me preguntaba ¿por qué? ya que si en la calle no lo soy ¿por qué lo voy a ser ahora en el escenario?.
Y, por otro, hablar de un legado folclórico mantenido por las mujeres, el colectivo LGTBIQ+ y esas travestís que han sostenido el legado de folclóricas que no vivían y, también, de la copla, el cuplé, las variedades en Barcelona, Valencia, Canarias, etc. etc. Me parecía importante que esa otra historia, más de los bajos fondos tuviera relevancia y no se quedara solo en el mariquita de barrio, muy gracioso y sin familia que vivía del barrio.
P.- El BOE ha publicado esta semana la Ley Trans. ¿Qué opina?
R.- Hay que entender que hemos pasado de la no existencia de las personas trans a que en menos de 5 años la gente se dé cuenta de que existe la infancia trans y problemáticas que se encuentran yendo al médico o en una aduana cuando vas de viaje. Yo lo único que pido es tiempo y un período de adaptación, incluso a nosotras mismas. Yo no soy trans, pero me considero una persona no binaria.
Era necesario ya tener un planteamiento de ley lo que no quiere decir que tu identidad de género vaya a cambiar. Ahora existe la posibilidad de respetar diferentes procesos y, una ley mal utilizada será castigada. Te aseguro, porque convivo con personas trans, que uno es desde que nace y tienes procesos donde te vas dando cuenta de lo que quieres en tu vida y cómo quieres que te reconozcan y ahora hay una posibilidad más en la que la gente puede reconocerse sin problemas legales.
P.- Es profeta en tu tierra
R.- Si. Por parte de la ciudadanía cordobesa sí. Le gente me reclama y me tiene mucho cariño pese a que en mi trabajo me mojo políticamente en cuanto a valores -no partidos políticos-. Tengo un público muy diverso, de muchas edades y estamentos y eso me alegra. Sin embargo, por parte de las instituciones me van llamando para algunas actuaciones, pero sí siento que sigo estando por debajo de otra gente. No sabemos si casualmente. Intento ser positivo y no malpensado. Pero la sociedad cordobesa me demanda y me apoya en lo que hago y con ello me doy con un canto en los dientes.
