A las doce del medio día de este sábado, festividad de la Virgen de Los Dolores, se ha celebrado en la Iglesia Catedral Basílica de Nuestra Señora del Prado la Eucaristía conjunta por parte de la Hermandad del Ave María, -Dolorosa de la Catedral-, y la de Nuestra Señora de Los Dolores de Santiago, “La Perchelera”, con motivo del setenta y cinco aniversario del primer desfile procesional de ésta última, en el año 1943.
Con un templo repleto de fieles, y con asistencia de autoridades civiles y militares y representación de diversas hermandades de pasión y gloria de la ciudad, daba comienzo la celebración eucarística presidida por Bernardo Torres Escudero, presidente del cabildo y consiliario de la Hermandad del Ave María, acompañado de Marcos Sevilla Olmedo, formador del seminario diocesano, auxiliados por un numeroso grupo de acólitos de ambos sexos y distintas edades. La parte musical corrió a cargo del coro de la Parroquia de Santiago, Apóstol, aunque notablemente reforzado para la ocasión.
Homilía
Comenzó Torres Escudero la homilía recordando que es hoy el día más idóneo para celebrar a Nuestra Señora de Los Dolores. María, la Madre, junto a la cruz con el hijo muriendo, y luego, junto al Hijo muerto, el dolor de la Madre. María, decía el celebrante, sufre porque es humana. Y no solamente es la madre de Jesús, sino que es también nuestra madre, desde la entrega que Cristo le hace a Juan y la encomienda que le hace a ella misma.
Por aceptar el anuncio del ángel María entra en la Historia de la Salvación, decía Bernardo Torres, que es atravesada numerosas veces por el dolor. ¿Qué nos dice ésto a nosotros?, interpelaba el sacerdote, haciéndonos caer en la cuenta de que como ella hemos de estar dispuestos a aprender a amar desde el sufrimiento. A ser cireneos en el mundo que nos ha tocado vivir.