Al profesor del departamento de Historia del Arte de la UCLM, Enrique Herrera Maldonado, le pareció interesante hablar de mecenazgo en Ciudad Real porque es un tema “que apenas se ha tocado” según señaló a este digital antes de comenzar su conferencia “Arte y mecenazgo en Ciudad Real en el siglo XVII” que se celebró este jueves en Ciudad Real dentro del ciclo “El Convento de la Merced (1622-2022): Cuatro siglos de historia”, que organiza la asociación Amigos del Museo de Ciudad Real.
Herrera comenzó su intervención hablando del origen del término “mecenas”, de cómo se usa para definir a quienes impulsan y protegen las artes a partir del Renacimiento y de esa sociedad laica que permite el humanismo y el desarrollo de una nueva cultura en la que el antropocentrismo deja de lado el teocentrismo.
El profesor del Departamento de Historia del Arte de la UCLM centró su intervención en lo que significó el Concilio de Trento, en cuanto a imágenes y “novo mobiliario litúrgico” y recorrió los mecenazgos y mecenas en Ciudad Real.
Según dijo, durante el barroco se construyeron grandes obras pías con el objetivo de la salvar el alma e intentar coger un puesto en el cielo. En este contexto, situó acciones de gracias de ciudarrealeños en América como fue el caso de Juan de Villaseca, el más emblemático. El que fue secretario del virrey del Perú y Méjico, se acordó de su patrona y dio 10.000 ducados para un retablo, mil ducados para la corona de la Virgen y otras cantidades para la ermita de Alarcos y un retablo para las concepcionistas franciscanas (las terreras).
Oligarquía y aristocracia
En este sentido, señaló a la oligarquía y la aristocracia del momento como las clases que llevaron a cabo la construcción de sus tumbas, en el espacio religioso, para pervivir en el tiempo a través del arte y recordó a los ciudarrealeños que dejaron su huella y mecenazgo en la ciudad en el siglo XVII haciéndose eco de los postulados de arquitectura y arte barroco.
Enrique Herrera se refirió al patrimonio que ha llegado hasta nuestros días destacando el propio retablo de la catedral de Ciudad Real de Juan de Villaseca -no así la corona imperial de la virgen del Prado-, destacando la importancia de la obra que se realizó entre los siglos XVII y XVIII, como el camarín de la virgen del Prado en la catedral, sufragado por el mecenas Felipe Muñiz Salcedo, contador real.
También hizo referencia a las familias que, de alguna manera, estuvieron vinculadas a la construcción del momento, como fueron los conventos de los carmelitas descalzos y las carmelitas descalzadas por parte de oligarcas pertenecientes a Ordenes Militares entre quienes señaló el mecenazgo que ejerció don Antonio Galiana, caballero de la Orden de Montesa que, al no tener hijos, vincularon su capital, dinero y testamento a una fundación religiosa, en este caso los conventos de carmelitas descalzos –en los terrenos del antiguos hospital del Carmen, extramuros de la ciudad- y las carmelitas descalzas.
Arte y mecenazgo
“Arte y mecenazgo en Ciudad Real en el siglo XVII” es la cuarta conferencia del ciclo “El Convento de la Merced (1622-2022): Cuatro siglos de historia” que ha organizado la asociación Amigos del Museo de Ciudad Real con motivo del aniversario de este centro centro que fue convento, instituto y ahora museo.