Emilio Pérez Pizarro (1-10-1975) ha finalizado su vigésima temporada consecutiva arbitrando en la Liga ACB de baloncesto. Con una gran trayectoria a nivel nacional e individual y toda esa experiencia acumulada de más de 600 encuentros (debutó el 14 de octubre del 2.000 en un Breogán-Ourense), esta campaña reconoce que le ha enseñado más que nunca que “nunca se deja de aprender, esto es una realidad. Cuando crees que has llegado a tu tope, vuelves a caer y te das cuenta de que no es así”, asegura.
Lo dice el árbitro ciudarrealeño por las sensaciones que tuvo en la fase final de la Liga Endesa celebrada hace unas semanas en Valencia sin público en el pabellón. Con un formato inhabitual por la crisis sanitaria del COVID-19, con 12 equipos divididos en dos grupos y una fase previa de liguilla antes de semifinales y de la final, fue el Baskonia el que se coronó campeón de la ACB. En esa fase final estuvo Emilio Pérez Pizarro, que arbitró cinco partidos de la fase inicial y que admite que “me he encontrado bien, pero me costó mucho alcanzar el máximo nivel, no estuve al 100%”.
Consciente de ello, el ciudarrealeño se toma esa experiencia vivido en circunstancias extrañas como “algo que me ayudó a reflexionar para mejorar mi concentración ante esas situaciones externas condicionantes. Hay que seguir trabajando para mejorar en el futuro”, señala con esos 20 años de experiencia con su silbato en la máxima categoría del baloncesto nacional y también en Euroliga.
De “extraña y rara” califica Emilio Pérez Pizarro esta pasada temporada por todo lo vivido con el coronavirus: “Hasta donde pudimos con la competición fue todo normal. Estaba bien y centrado. Luego se volcó la cosa con el virus y me dejó sensaciones raras y distintas”.
Sensaciones como las que vivió en esa fase final por el título en Valencia, en donde todo era un ‘burbuja’, con máximas medidas de prevención e higiene para todos los protagonistas, entre ellos los árbitros. “Estábamos concentrados en un hotel y no salíamos para nada, solo para entrenar al gimnasio. Te llevaban a los partidos, arbitrabas y volvías al hotel. Así todos los días, era muy hermético”, relata, y confirma que “la organización sanitaria fue excelente”. Por supuesto, Pérez Pizarro hubiera preferido el formato normal de competición por el título, “pero éramos conscientes de que ya era un logro poder acabar la competición así”, añade.
Tras esa temporada, el árbitro ciudarrealeño, que también es director técnico arbitral de la Federación de Baloncesto de Castilla-La Mancha, descansa estos días junto a su familia y quiere así desconectar hasta el mes de agosto del arbitraje. “Es bueno hacerlo, tomarte también tiempo para reflexionar. Hay que llegar frescos a la próxima temporada”. Lo hará para sumar una campaña más arbitrando encuentros de la ACB y con todavía más experiencia que le servirá para mejorar.