El geólogo y arquitecto Diego Peris Sánchez considera que afirmar que el hundimiento que recientemente se ha producido la Plaza Cervantes de Ciudad Real pueda deberse a que se encuentra en el fondo de un cráter de explosión hidromagmático, también conocido como maar, es “arriesgado” y puede generar una “alarma social” innecesaria, al indicar que hay otras edificaciones en la misma plaza que “están en perfecto estado”. También apunta que cuando se analiza un edificio o una urbanización “hace falta acercar más la lente con los estudios geotécnicos”, que consisten aplicar los principios de ingeniería a la ejecución de obras según las características de los materiales de la corteza terrestre.
A este respecto apunta que algunos edificios que se han levantado en la misma plaza Cervantes, como por ejemplo el del Gobierno Civil (que ahora alberga a la Subdelegación del Gobierno), y que tiene ya 50 años, u otros que poseen una antigüedad de 40 años “se encuentran en perfectas condiciones y no tienen problemas”.
Al hilo del estudio que ha realizado Geovol sobre el maar, Peris opina que hay una primera afirmación “muy importante”, ya que considera que “decir que Ciudad Real está dentro de la zona volcánica del campo de Calatrava resulta interesante y útil”, puesto que “la geografía nos sitúa para concretar todo un poco más. Y decir que hay un maar en la zona donde se construye Ciudad Real nos va acercando al centro de la cuestión”, aunque aclara que los temas de edificación y urbanismo “requieren aproximar un poco más la lente”.
Según recuerda Peris en los años setenta se hace el mapa geológico de Ciudad Real, un mapa que, desde su punto de vista, “tiene el mejor y más completo estudio geológico que se ha realizado sobre Ciudad Real en muchos años”, a lo que añade que dentro del citado estudio “se dice que Ciudad Real tiene una gran zona en la parte sur que está ocupada por rocas de origen volcánico, precisando su origen hidromagmático. Sin embargo, el estudio también refleja que toda la zona norte de Ciudad Real es una zona de sedimentos calizos y calcáreos”.
Abordando la situación y ubicación de la Plaza Cervantes, Peris matiza que se encuentra “en ese límite de la zona de origen volcánico y de la de sedimentos calizos y calcáreos”.
Por ello, Peris considera arriesgado afirmar que parte de la plaza Cervantes se hunde por estar edificada sobre un terreno de morfología volcánica, al indicar que cuando se analiza un edificio o una urbanización “hace falta acercar más la lente con los estudios geotécnicos”, puesto que “la geotecnia nos dice que en un determinado solar hemos hecho un sondeo, y que tenemos un tipo de suelo y una estratigrafía (parte de la geología que estudia la disposición y caracteres de las rocas sedimentarias estatificadas), lo que nos da un tipo de resistencia y unas condiciones con las que se puede construir”.
En este sentido indica como a pesar de que hasta hace diez años los arquitectos y los urbanistas realizaban esta labor con “una observación casi visual”, pues “sabíamos lo que había”, desde hace diez años “es obligatorio hacer un estudio geotécnico para realizar cualquier actuación en un edificio”.
Por este motivo, destaca la importancia de que en la Plaza de Cervantes así como en el resto de la ciudad, los técnicos realicen los estudios geotécnicos necesarios para “hacer las cosas con rigor”, aunque aclara que, por ejemplo, la zona norte de Ciudad Real, que no está edificada sobre un terreno de morfología volcánica, sino sobre un terreno calizo “puede haber problemas de cuevas y de apoyos inferiores”. Al hilo de esta afirmación, indica que en la zona de la Universidad, concretamente donde se encuentra el edificio Politécnico “tuvimos que cimentar con una losa todo el edificio al ser una zona caliza, pues se produjo un problema muy puntual dentro de un área determinada. Pero, sin embargo, en la Facultad de Letras o en la Biblioteca, que se encuentran muy cerca, no fue necesario realizar esa actuación. Por tanto, hay que descender a un nivel de detalle importante porque el suelo presenta variaciones en determinadas zonas”.
Siguiendo con el reciente hundimiento que se ha producido en la Plaza de Cervantes, Peris considera primordial que el Ayuntamiento o la administración responsable “disponga de la información necesaria y con un nivel de detalle suficiente para poder decidir lo que tiene que hacer”.
Por este motivo, indica que, en primer lugar, es “importante recabar una información pormenorizada de la geotecnia del lugar para saber lo que hay debajo”, aunque matiza que dentro de las urbanizaciones de las ciudades hay otras circunstancias a tener en cuenta pues, además de los aspectos meramente geológicos, “existen redes, trazados y actuaciones que se han hecho en determinados momentos y que pueden influir en el estado de conservación”.
En este sentido, considera importante que el Ayuntamiento de Ciudad Real recabe información sobre qué tipo redes pasan por allí, pues “en ocasiones ni siquiera tiene que haberse producido una rotura, pues cuando se hace una zanja y luego se rellena, se le añaden elementos. Y a veces el nivel de compactación no es lo suficientemente bueno”.
Por ello, Peris recomienda al Ayuntamiento que los trabajos o estudios que tenga que realizar los lleve a cabo con “celeridad”, siempre desde “un asesoramiento técnico”, al indicar que “si se tienen que hacer tres sondeos, que se hagan. De hecho, cuando se realizó la reparación de la Plaza de Cervantes, se hicieron una serie de estudios y se llevaron a cabo unos refuerzos. Toda esa información tiene que estar en el Ayuntamiento y la tienen que tener los técnicos. Y, si hace falta completarla, que se complete y se haga con los sondeos que sean necesarios, pero en este caso concreto, además de tener en cuenta la geología, hay que acercar el microscopio un poco más cerca y no hacer grandes valoraciones porque no son útiles, pues se necesita un detalle más fino para acercarnos a que es lo que realmente está pasando allí”.
Acumulación de agua en la Plaza del Pilar
También se ha referido a que históricamente la Plaza del Pilar ha tenido problemas de acumulación de agua, pese a que “los niveles freáticos en Ciudad Real han ido bajando mucho, debido a la construcción de sótanos y a su trazado”.
Recuerda como la zona de la Plaza del Pilar se inundaba bastante a comienzos del siglo XX: “Es una parte muy baja de Ciudad Real y siempre ha sido una zona de recogida de agua. Las personas que tenemos más edad nos acordamos que algunas edificaciones de Ciudad Real requerían estar bombeando continuamente el agua acumulada. Otra cuestión importante es que la subida de los niveles freáticos puede incidir seriamente en los edificios. Pero es precisamente cuando los edificios de la Plaza del Pilar van teniendo sótanos, cuando ese problema logra controlarse y limitarse de alguna manera”.
Analizando la situación y las características del suelo en el resto de la capital, Diego Peris sostiene que en términos generales “donde pueden haber surgido ciertas dificultades es precisamente en la zona norte de la ciudad, donde el terreno es más calizo y es más fácil que se produzcan problemas por las lluvias o por las aguas subterráneas que en algún momento pueden producir oquedades, aunque son temas que pueden ser controlados muy fácilmente desde el sector de la construcción”.
Por todo ello considera que globalmente el suelo de Ciudad Real “es un terreno que ha sido perfectamente válido para la construcción, y que desde el punto de vista de la geología nunca ha tenido problemas de estructuras y de conservación de los edificios”.
