El barrio del Pilar de Ciudad Real, sacudido desde el lunes por la noche por un tiroteo que le ha costado la vida a un hombre de 46 años, José Ramón Torres, una “buenísima persona”, según el vecindario que se atreve a dar su opinión sin cámaras de por medio, ha amanecido este martes bajo una tensa calma propiciada por la presencia policial y la ausencia de familiares directos de los implicados en la reyerta.
“Han matado al infeliz del pueblo, José Ramón era un hombre buenísimo, vecino de aquí de toda la vida”. Quien habla para Lanzadigital.com es un vecino de este barrio de casitas bajas de protección oficial al lado de la estación del AVE, respetado por personas más jóvenes. Ni él ni los chicos que le acompañan fueron testigos directos del tiroteo en la calle Virgen de la Carrasca en el que según la policía hubo entre 25 y 30 disparos, pero tienen claro que el fallecido “es el que menos culpa tenía, como pasa siempre”.
“Se enfrentaron muchos para una sola persona”, asegura este hombre seriamente compungido por lo ocurrido en un barrio en el que según dicen “siempre nos hemos respetado todos”, hasta que según dicen vinieron “esa gente de la Eras del Cerrillo que no saben convivir”.
Salió a poner paz
Otro varón más joven aporta una opinión parecida e introduce un matiz sobre las circunstancias de la muerte de José Ramón Torres: “Salió a poner paz”. Según este testimonio el fallecido era un hombre “buenísimo, una de las personas más buenas y más gitanas de Ciudad Real”. “Confiamos en la justicia terrenal pero sabemos que por encima de ella está la de Dios”, afirma en declaraciones a varios medios en las que pide que si se utiliza su voz se distorsione por miedo a posibles represalias.
No merecía esa muerte
Una mujer de mediana edad, nacida y criada en el barrio, comparte la opinión de estos dos hombres y remarca que el fallecido, de 46 años, era un padre de familia, con hijos, dos de ellas niñas con discapacidad. “Este muchacho no merecía esa muerte”, dice, mientras lamenta cómo ha cambiado el barrio de su infancia en los últimos cinco años, desde que vinieron “esas familias de las Eras del Cerrillo”.
A esta mujer el tiroteo del lunes en la calle Virgen de la Carrasca le pilló en la cochera de la vivienda de su madre, “oímos los tiros y lógicamente nos asustamos, además luego no me dejaban volver a mi casa”, explica.
Reventa de casas a “conflictivos”
En su opinión el clima de convivencia en este barrio de gente obrera y familias mixtas, payas y gitanas, se ha estropeado desde que en las calles de las casitas de protección oficial frente al AVE se han ido revendiendo casas. De hecho asegura que los autores de los disparos son “los nuevos”, apenas llevaban dos meses asentados en el barrio, y tenían mala relación de vecindad con José Ramón, “que se hizo una puerta por detrás para no tener relaciones con ellos”. “Este chico era una bellísima persona, no se metía con nadie”, insiste.
La Policía sigue recogiendo vestigios
Mientras los pocos vecinos que permanecen en sus casas en la zona del tiroteo liberan tensión relatando lo que vivieron, este martes la brigada de la Policía Judicial de la Policía Nacional seguía en el barrio recogiendo vestigios de lo ocurrido en las viviendas del fallecido y los supuestos atacantes (a pocos metros unos de otros).
Un cartucho perdido
A la espalda de la calle Virgen de la Carrasca un cartucho perdido, sin detonar, sigue en el suelo, “se ven que no lo han visto”, comentan. Fuentes policiales han confirmado que han recogido casquillos compatibles con los entre 25 y 30 disparos que creen que se produjeron.
Hay siete detenidos, al menos hasta el mediodía, uno de ellos sorprendido con dos pistolas y armas por la Policía Local, que colabora en la investigación, los otros seis fueron arrestados de madrugada, al parecer estaban ocultos en una vivienda de la zona.
En cuanto al herido de 42 años, R.F.E., con una fractura en el tobillo, parece que no tiene relación directa con los hechos, sino que salió corriendo para librarse de la refriega, tropezó mientras corría, se golpeó con un hierro y se lesionó.
Tiroteo de 2018 en el polígono de Carrión
Los responsables de la investigación no descartan ninguna hipótesis. Al parecer el nuevo enfrentamiento podría tener que ver con el tiroteo de agosto de 2018 en el polígono de la carretera de Carrión de la capital, cuando una bala perdida impactó en un mecánico ajeno a la disputa. También cabe la posibilidad de que esté relacionado con la reyerta del pasado Miércoles Santo en la puerta de los juzgados de Ciudad Real.
La Policía Nacional ha reforzado la vigilancia para garantizar la seguridad del barrio con miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), desplazados a Ciudad Real desde Toledo.
La autopsia ya ha concluido
Por otra parte, forenses del Instituto de Medicina Legal de Ciudad Real le han practicado la autopsia al fallecido esta mañana (ha concluido a las 13.30 horas), el informe arrojará algo de luz sobre las circunstancias de la muerte.
La jueza que se encarga de la investigación es la titular del juzgado de instrucción y primera instancia número 6 de Ciudad Real que ha decretado el secreto de sumario de las actuaciones.
Los detenidos siguen en dependencias policiales en las que se les tomará declaración para intentar aclarar algo de lo ocurrido y el motivo de la bronca hasta que psen a disposición judicial.