Pascual Pérez tuvo la asamblea de socios más movida desde que está en la presidencia del CD Manchego. Hubo un conato de pelea con algún directivo, la que protagonizó un socio que dio su opinión crítica con una exagerada actitud de “la gestión nefasta” de los dirigentes, a los que calificó de “una banda”. Fue una de las dos personas muy críticas que se dieron lugar en el Antiguo Casino de Ciudad Real ante una treintena de socios, porque la otra fue Marcos Salgado. El ex vicepresidente, que hace meses se presentó como oposición, levantó la voz de nuevo para mostrarse en contra de la directiva y a la vez apuntar su deseo de poner 150.000 euros, hacer una auditoría y quedarse con el club. La respuesta de Pascual Pérez fue tajante y tuvo una propuesta: “Depositamos esos 150.000 euros en un banco ante notario, con eso se paga la auditoría, yo dimito y si la auditoría saca las cuentas que hemos dado, ese dinero se queda para el club”. Eso sí, el presidente le recordó a Salgado que “yo dimito, pero tienen que celebrarse unas elecciones para ver quién es el presidente. Yo no me presentaría”. La respuesta del otro lado ya no se produjo, al menos abiertamente.
Tras casi dos horas algo desesperantes al final, primero de exposición de la directiva y después de los enfrentamientos, los socios aprobaron, en asamblea extraordinaria, la autorización a la directiva para iniciar los trámites de conversión en Sociedad Anónima “cuando se den las circunstancias para ello”, matizó el secretario Carlos Bruno, que recordó que “habrá unos requisitos exigentes en el caso de que alguien quiera coger el club”. Una conversión, como se informó, no significa que vaya a ser a corto plazo.
Esa autorización fue dada por los socios sin ningún voto en contra, todo lo contrario que en los puntos previos de la asamblea ordinaria, que tuvo las voces disonantes de los dos socios contrarios a la directiva. En uno de esos puntos se aprobó el presupuesto para la próxima temporada, que alcanzará los 298.700 euros, unos 67.000 más que la pasada campaña (231.400). También se aprobó por unanimidad las cuentas pasadas, que cifran la deuda en 108.883 euros (incluida las subvenciones que quedan por recibir), casi 10.000 euros menos que el año pasado. El pasado curso hubo un superávit de 1.544 euros, con 253.893 euros de ingresos y 252.349 de gastos.
También se aprobaron los precios de los carnets, con un descenso notable hasta convertirlos, posiblemente, en los más bajos de los últimos años en Tercera División. Así, habrá un solo carnet general para todos a 50 euros y un abono mancheguista a 10 euros, con 5 euros por entrada a cada partido. Casi una reducción del 100% con respecto a los precios de la pasada campaña. Una medida tomada por la directiva y aprobada por los socios con el objetivo de “que crezca nuestra masa social, es un riesgo, pero así se dan más facilidades para hacer más socios”, señaló Pascual Pérez.
Volviendo a Marcos Salgado, el que fuera vicepresidente comenzó calificando la asamblea “de farsa”, al haber, en su opinión, socios votando sin derecho a ello según la lista que llevaba en las manos. Llegó a dirigirse a uno, que le mostró indignado su carnet, por lo que tuvo que disculparse. Después Salgado desgranó su crítica hacia la gestión de la junta directiva en temas sociales, deportivos y económicos, incidiendo en que los dirigentes no escuchaban sus consejos y en su aportación económica al club que valoró en casi 28.000 euros, con diversas aportaciones, entre ellas de género de su comercio. Al respecto, Pérez le respondió que “ya puedes valorarlo en 50.000 euros lo que has dado, pero al club no le ha servido de nada”, en alusión, por ejemplo, a los premios MVP que otorgaba “para salir en la foto” o a banderines bordados. También se habló de un jugador que Salgado quería traer con su propio dinero o de otras cuestiones relacionadas con el maestro Kim, para uno desaparecido del club y para los dirigentes todavía involucrado, o también de iniciativas para conseguir dinero. En este sentido, Salgado sacó de una bolsa tazas, camisetas y otros objetos como una forma de financiación.
Antes de esta rocambolesca crítica, esperpéntica y agotadora por momentos para los presentes, más convencidos de las respuestas del presidente que de las ideas del ex directivo, se habló de la denuncia que hace unos meses llevó a cabo la junta por difamaciones e injurias en redes sociales y webs. “Está en el Juzgado de Primera Instancia número 7 y sigue adelante. Con los perfiles anónimos es díficil, pero si hay algo informaremos”, manifestó Carlos Bruno, para quien “una cosa son críticas, pero no se pueden permitir estas acusaciones de chorizos o corruptos”.
