¿Hay mucha ‘basuraleza’ en el parque forestal de la Atalaya de Ciudad Real?, probablemente no tanta para la cantidad de gente que practica deporte o acude a diario, pero bastante más de la que se podría pensar. Lo han comprado este sábado niños y adultos voluntarios, en una batida mañanera por las inmediaciones en las que han recogido bastantes desperdicios: latas (diez años en degradarse), plásticos (cuatro siglos) y mascarillas (cuatro siglos).
Cuatro siglos en degradarse
“No es solo una cuestión estética, hay desechos biodegradables pero otros restos que pueden hacer mucho daño al medio natural como las pilas”, ha explicado José Manuel Hernández, de la asociación Ojos del Guadiana Vivos, que ha participado en la iniciativa de la Universidad Popular y la Concejalía de Sostenibilidad, con una charla previa a la recogida.
Iniciativa de la Universidad Popular
Mariana Boadella, la concejala de Sostenibilidad, ha celebrado el éxito de la convocatoria, más numerosa que la del pasado 18 de diciembre en el pantano del Vicario. Es la primera en la Atalaya organizada por el Ayuntamiento, de una serie de talleres de concienciación ambiental sobre los residuos que tendrán continuidad.
Hay que implicarse
Boadella, una voluntaria más, ha animado a la ciudanía a implicarse más en la protección del medio natural. “Incluso cuando vengamos a pasear individualmente está bien recoger lo que encontremos”. La concejala ha felicitado también a los chavales del grupo scout Silex por apuntarse a la salida, “los niños tendrán que cuidar este parque en el futuro, está muy bien que nos acompañen”.
Operario específico para la limpieza del parque
Con papeleras y contenedores orgánicos y de reciclaje, el parque forestal de la Atalaya cuenta con un operario de parques y jardines encargado de su mantenimiento. “La gente por lo general cumple, pero a pesar de poner los medios hay personas que siguen tirando residuos”.
Los chavales scouts
David Robles, coordinador del grupo scout Silex 361 y otras compañeras como Ana Beatriz González han decidido apuntarse a la jornada de ‘basuraleza’ como actividad del fin de semana del grupo: “Nosotros educamos en valores a los niños, vimos esto y decidimos apuntarnos”, afirman.
Con guantes, bolsas y tras unas indicaciones previas los chavales se han desplegado por las zonas más transitadas del parque (entrada, aparcamientos) para recoger desechos, en una mañana gélida de niebla en la que la concejala de Sostenibilidad ha valorado más el esfuerzo.
“Hemos traido dos secciones de niños, los Castores de 6 a 8 años y los Lobatos de 8 a 10, la gente es descuidada, está muy bien traer a los niños para que se conciencien”, comenta Ana Beatriz.
Luisa, Mónica y Prado
Entre los voluntarios adultos está Luisa, que ya participó en la jornada de ‘basuraleza’ en el Vicario. “Siempre se encuentra algo, en el Vicario me sorprendió que hubiera zonas con escombros de obra, es más fácil deshacerse de todo eso en el punto limpio que llevarlo hasta el entorno de la presa, no me lo explico”.
Para Mónica la jornada de recogida de ‘basuraleza’ en la Atalaya ha sido su primera experiencia, “me parece muy interesante y más a este parque al que se puede venir andando”. Prado, otra voluntaria habitual de las actividades de la Universidad Popular, que estuvo en el Vicario dice que participa por conciencia personal, “me gusta hacer senderismo, salir al campo, y que no haya contaminación. Es muy chocante encontrar mascarillas y otros desechos”.
Los voluntarios de recogida de ‘basuraleza’ se han dividido en dos grupos, uno de adultos que ha hecho una batida en la parte baja del parque, en una de las zonas más perjudicadas y con más desperdicios, y otro grupo con los niños junto al merendero.