Desde que se empezaron a contabilizar los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas en 2003 -que antes simplemente eran considerados como “crímenes pasionales” y no por violencia machista-, en España han sido brutalmente asesinadas un total de 972 mujeres, más ya de las víctimas que se cobró el infame terrorismo de ETA -durante 50 años y la violencia machista en tres lustros-, de forma que el terrorismo machista ya puede ser considerado como el más grave que ha afectado a nuestro país porque ha matado a más personas -contabilizando solo a las mujeres y no a los hijos que también han asesinado esos mal llamado hombres”-.
Pero no son una estadística: Son mujeres con nombre, con rostro, de edades muy diversas a partir de los 20 años, con perfiles profesionales y situaciones económicas muy diferentes. Todas tienen sólo una cosa en común: Ser mujeres, lo que para sus asesinos significaba tener el poder de decidir sobre sus vidas. Ese ha sido el único motivo real porque sus parejas se han creído con el derecho de estrangularlas, descuartizarlas, acuchillarlas, acribillarlas y, en definitiva, asesinarlas de las formas más dolorosas posibles ante sus hijos -una nueva forma de violencia que el hombre usa, asesinándolos para destrozar a la madre-, su familia o sus amigos. Y en otros casos, en la más absoluta intimidad para que nadie pudiera escuchar jamás sus gritos de terror y ayuda.
Se trata de una lista de mujeres avergonzante para la sociedad y que, pese a ello, a veces ocupa menos tiempo en los medios de comunicación que otro tipo de noticias, lo que debería llevar a una seria reflexión en un país que lejos de avanzar, se está retrocediendo en materia de igualdad, hasta el punto de que cada vez más chicas jóvenes sufren violencia de género, en la mayoría sin ser conscientes de ello ya que se ejerce a través del control constante y se asume confundiéndolo con un mal entendido ‘amor’ que, desde luego, de amor no tiene nada, como también se refleja en el suplemento especial contra la violencia machista publicado por Lanza.
Como reconoce también la Fiscalía General del Estado, hay un “notable incremento” de la violencia de género digital entre adolescentes y jóvenes ya que las redes sociales constituyen el principal medio de comunicación entre ellos y, a la vez, facilitan el control, la vigilancia y la presión sobre la pareja, aprovechando además el anonimato y la “gran repercusión” que la red tiene.
Por ello, este organismo advierte de la “necesidad” de que las administraciones competentes adopten las medidas precisas para garantizar en el ámbito de la educación la transmisión de valores de “igualdad, respeto y no discriminación”, de forma que se siga avanzando, en lugar de retrocediendo, en la lucha por la igualdad.
Algunas estadísticas de la violencia de los machistas
Según las estadísticas oficiales del Ministerio de Igualdad en España han sido asesinadas -porque los medios de comunicación deberían aprender que no se mueren solas sino que las matan- 44 mujeres, de las que 12 residían en Andalucía, 2 en Aragón, 3 en el Principado de Asturias, 1 en Islas Baleares, 2 en Canarias, 2 en Castilla y León, 2 en Castilla-La Mancha, 6 en Cataluña, 2 en la Comunidad Valenciana, 3 en Galicia, 4 en Madrid, 1 en Murcia, 2 en Navarra y 2 en País Vasco.
Y todo ello teniendo en cuenta que no existe una estadística de las miles de mujeres que están sometidas por parejas machistas a violencia física y psíquica, pero que en muchos casos no denuncian o luego deciden retirarlas.
Estas mujeres víctimas de la violencia de género, por edades, la mayoría tenía entre 41 y 50 años (16), seguidas de las de entre 31 y 40 años (12), entre 21 y 30 (5), entre 51 y 60 (3), entre 61 y 70 (3), entre 71 y 84 (3), más de 85 (1) y entre 18 y 20 años (1). La mayoría de estas mujeres, el 65,9% (29) eran españolas; frente al 34,1% (15) que eran de otro país.
Por lo que se refiere a los agresores, que tienen en común ser hombres que consideran a las mujeres objetos de su propiedad, la mayoría tenía entre 41 y 50 años (13), seguidos de los de 51 a 60 años (10), de entre 31 y 40 (8), de 61 a 70 (5), de entre 71 y 84 (3) y de más de 85 (2). Además, frente al mito extendido de que muchos de los maltratadores son personas extranjeras, lo cierto es que el 61,4% (27 eran españoles frente a los 38,6% (17) de otras nacionalidades.
Respecto a la relación entre víctima y agresor, en el 65,9% de los casos (29) eran pareja y en el 34,1% (15 ) ya eran ex pareja o estaban en proceso de ruptura; además, de los 44 casos, en el 59,1% (26) convivían, en el 34,1% (15) no y en el 6,8% (3) no constaba. En el 29,5 de los asesinatos (13) existían una o varias denuncias previas interpuestas en todos los casos por la víctima al agresor; mientras que en el 70,5% de los crímenes (31 ) la víctima no había denunciado al maltratador pese que en algunos de ellos incluso el entorno era consciente de que algo ocurría.
Tras cometer el asesinato, el 70,5% de los agresores machistas no intentaron suicidarse, el 13,6% lo intentaron sin conseguirlo, y el 15,9% (7) consumaron el suicidio. Y, todos estos asesinos, dejaron huérfanos a un total de 35 menores de 18 años, que han tenido que soportar que su padre matara a su madre.
Además, a 17 de octubre, dos asesinos machistas fueron capaces de acabar con la vida de 3 menores, en uno de los casos con sus 2 hijos propios y en otro con el hijo de una relación anterior de su pareja, con el único objetivo de infligir el mayor sufrimiento posible a la mujer considerando que éste no era la muerte, sino arrebatarles lo que más querían.Eran tres chicos españoles, dos de la Comunidad Valenciana y 1 de Andalucía, y los tres menores de 8 años -uno entre 1 y 2 años, otro entre 5 y 6 y el tercero entre 7 y 8 años-.
Necesidad de una respuesta contundente
Aunque es cierto que durante los años de la crisis, algunas administraciones cebaron sus recortes en el presupuesto correspondiente al avance de la igualdad y a la lucha contra la violencia de género, lo cierto es que en los últimos años se ha empezado a recuperar esa inversión. Pero es que en este problema, la sociedad civil también tiene su parte destacada de responsabilidad como consecuencia de un machismo más enraizado de lo que parece, que a veces pasa inadvertido pero que está ahí, tal y como se puede comprobar en cientos de ejemplos micromachistas que se asumen como normales en la vida cotidiana.
Los postulados del neomachismo, que trata de criminalizar movimientos como el feminista confundiendo sobre lo que significa -que no es ni más ni menos que la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres- tampoco contribuyen demasiado a sensibilizar ni a erradicar el machismo mientras se escucha a los sectores más ultraconservadores cómo califican de “feminazis” a quienes denuncian esta situación, continuando así con el uso del término que fue popularizado por el locutor de radio estadounidense Rush Limbaugh, conservador ligado al Partido Republicano, para referirse a las mujeres que defendían el derecho al aborto y que él parecía asociar al Holocausto.
Y, además, quizá esa insensibilización provocada por el lento pero constante avance de la violencia machista hace que una gran parte de la sociedad permanezca algo adormilada mientras está claro que algo no se hace bien si el 70,5% de las víctimas mortales no habían presentado ninguna denuncia (se ha reducido ligeramente frente al 81% del año pasado).
En definitiva, la violencia de género es un problema realmente complejo que requiere de la complicidad de todos -hombres y mujeres; instituciones y ciudadanos- para tratar de minimizar sus consecuencias hasta lograr su erradicación definitiva a través de la educación y de la inversión en recursos que permitan alcanzar una igualdad real y plena a las mujeres para que, en caso de topar con un maltratador, dispongan de las herramientas necesarias para separarse de él.
44 mujeres con nombre y rostro
De momento, por esas 44 mujeres que ya no pueden alzar su voz gritaremos quienes sí podemos hacerlo, como representantes de las instituciones, de la sociedad civil o medios de comunicación para decir “ya basta” que TODOS les vamos a plantar cara a la violencia machista porque es más necesario que nunca la complicidad de todos –hombres y mujeres, instituciones y sociedad- para erradicar esta lacra machista que, en lo que va de 2008 nos ha arrebatado a:
Jennifer Sofía Hernández Salas, 46 años. Tenerife
Celia R. A., 90 años. Mazarambroz (Toledo)
María del Pilar Cabrerizo López, 57 años. Guadix (Granada)
María Adela Fortes Molina , 44 años. La Viñuela (Málaga)
Paz Fernández, 43 años. Navia (Asturias)
Dolores Vargas Silva, 41 años. Toledo.
María del Carmen Ortega Segura, 48 años. Albox (Almería)
Patricia Zurita Pérez, 40 años. Blanes (Girona)
Doris Valenzuela, 39 años. Murcia
María José B. J., 43 años. Vitoria
Silvia Plaza Martín, 34 años. Burgos.
Mar Contreras Chambó, 21 años. Las Gabias (Granada)
María Soledad Álvarez Rodríguez, 49 años. Las Palmas de Gran Canaria
Josefa Martínez Utrilla, 44 años. Guadahortuna (Granada)
Magdalena Moreira, 47 años. O Porriño (Pontevedra)
Raquel Díez Pérez, 37 años. Zaragoza
Marta Josefina Arzamendia, 47 años, Madrid
Maribel Fuente Antuña, 84 años. Langreo (Asturias)
Cristina Marin, 24 años. Lepe (Huelva)
Ali I., 49 años. Collado Villalba (Madrid)
María Judite Martins Alves, 47 años. A Coruña
María Isabel A.L., 63 años. Astorga (León)
Mari Paz Martínez, 78 años. Barcelona
Leyre González Justo, 21 años. Dúrcal (Granada)
Ana Belén Varela Ordóñez, 50 años. Cabana de Bergantiños (A Coruña)
Estela Izaguirre, 35 años. Barcelona
Ivanka Petrova, 60 años. Orihuela (Alicante)
N.B., 38 años. Huarte-Arakil (Navarra)
Lola, 67 años. Zaragoza
Eva B. F., 35 años. Borriol (Castellón)
Yésica Menéndez Fernández, 29 años. La Caridad (Asturias)
Joeh Esther López Rosario, 40 años. Madrid
Mujer de 71 años. Barcelona
María de los Ángeles E. J., 40 años. Úbeda (Jaén)
Nuria Alonso Mesa, 39 años. Maracena (Granada)
Maguette Mbeugou, 25 años. Bilbao
Manoli Castilla S., 44 años. El Morche (Torrox, Málaga)
Anna María Giménez, 48 años. Sant Joan les Fonts (La Garrotxa, Girona)
Aicha B., 30 años. Almería
Fátima, 36. Sevilla
Yolanda Jaén Gómez, 50 años. Pamplona
María José Pallarés, 67 años. Montoro (Córdoba, Andalucía).
Yolanda Jaén Gómez, 50 años. Pamplona (Navarra, Navarra).
Sacramento Roca Martínez, 36 años. Palma de Mallorca (Baleares, Islas Baleares)