Ya Horacio proclamó ‘Como la poesía, la pintura (Ut pintura poesis)’. Son artes que “se buscan y atraen”, trabajando una el color y la otra la palabra, destacó el poeta manchego Francisco Caro en la inauguración del V Salón del Poema Ilustrado, inaugurado este viernes con cuarenta y cinco obras expuestas en la galería superior del patio del Museo López-Villaseñor.
Pero además, la conjunción de ambas disciplinas artísticas “libera” a sus autores, ya que ni el pintor ni el poeta se sienten tan observados como en solitario, al enfocarse la mirada en la conexión entre la obra pictórica y la lírica, cuyas propuestas se retroalimentan. Así mismo, estas obras de creación conjunta hacen que “se busquen unos a otros’ y compartan sus universos creativos, agregó Caro, quien participará este sábado en una mesa redonda sobre la poesía en la ilustración, junto al poeta Manuel Juliá y el escultor y pintor Kirico.
Obras de ochenta y un autores, entre poetas y pintores, integran esta nueva edición del Salón del Poema Ilustrado, impulsado por el Celcit que dirige Luis Molina y coordinado por Mayu Redondo, así como Diego Farto, que resaltó el valor de “la integración entre la imagen y la palabra, la creación conjunta y la inspiración mutua”.
Como novedad este año, se realizarán visitas guiadas con recitales los viernes durante la estancia a lo largo de un mes en el Villaseñor de la exposición, cuya puesta de largo contó con la actuación del cantautor Alfredo Sánchez, quien versionó a Serrat tocando ‘Se equivocó la paloma’ ya que el emblemático dibujo de Rafael Alberti de este ave es el símbolo del Salón del Poema Ilustrado, y ‘Llegó con tres heridas’ de Miguel Hernández, a quien se homenajea en esta edición con motivo del 81 aniversario de su muerte.
También entonó, con estribillo coreado por los presentes, ‘El poeta y el pintor’, tema de su autoría que se ha convertido en la canción del Salón del Poema Ilustrado, que muestra obras muy diversas a nivel temático, técnico y estilístico. Óleos, acuarelas, dibujos, collages, composiciones hechas por ordenador y fotografías, todas con su poema, integran la exposición con una mayoría de autoras femeninas, ya que participan hasta cincuenta y siete mujeres.
En la muestra, como ejemplos, están desde ‘Partida a medias… Papá’ de la poeta y pintora granadina Mari José Muñoz, que plasma su obra en piedra; o la obra de Nacho de la Rubia, diseñador del cartel del V Salón, que repite tándem con el poeta Juan José Guardia Polaino, hasta la confluencia creativa entre la propia Mayu Redondo como poeta y la pintora ucraniana Nelya Pinchuk; la de Diana Rodrigo con la pintura de Kirico, y el collage ‘Mosaico de voces’, con rostros de personas de distintas latitudes, de Akaida Libertad Orozco como ilustradora y la poeta Hilda Virginia Pérez Rodríguez.
‘Un arco de esperanza’, con texto de Luis Romero de Ávila e ilustración de Toñi Badillo para la que emplea virutas de lápices de colores, lana, plantas y un pincel, es otra de las obras expuestas en un salón que recupera desde la actualidad la tradición antiquísima de conjugar pintura y poesía, algo que ya se hacía, por ejemplo, en los propios murales romanos en los que se plasmaban escenas de vida cotidiana contadas con algún verso, comentó Caro, que en su intervención de este sábado hablará de pintores que escribieron poesía en sus cuadros como un recurso o necesidad, desde Rafael, que escribía sonetos en sus cuadros, o los prerrafaelistas como Dante Gabriel Rossetti que acostumbran a pintar asuntos literarios hasta los autores de la Generación del 27 como Rafael Alberti, Federico García Lorca y Gregorio Prieto y posteriores como José Hierro.