Los lectores a los que les gusten las buenas novelas históricas, de investigación y terror deben acercarse a ‘La boca del diablo’ porque se “sorprenderán”, asegura el escritor sevillano Teo Palacios, que presentó este miércoles en la librería Serendipia su quinta novela sobre los intrigantes sucesos que acuden a investigar dos inquisidores escoltados por un soldado en el municipio de Casarrubios del Monte, poco después del fracaso de la Gran Armada en sus aspiraciones de doblegar a los ingleses.
El soldado Juan Lobo, un hombre valiente que acaba de regresar a España tras el fiasco de la armada sarcásticamente llamada ‘Invencible’, tiene la particularidad de presentir cuando algo malo va a suceder y se encuentra entre las disquisiciones del dominico Fray Gonzalo, quien ve posesiones por todas partes, y el franciscano Fray Bernardo, “más amigo de la razón” y de encontrar explicaciones terrenales a lo que ocurre en Casarrubios del Monte, donde se encuentran con un “tremendo clima de terror” entre sus habitantes que ven brujas caminar sobre el río, demonios en las calles y asisten estupefactos a una serie de muertes inexplicables.
Palacios, natural de la localidad sevillana de Dos Hermanas, residente en Galicia y cuyo padre de 90 años es de Ciudad Real, ofreció en la puesta de largo de su novela la conferencia ‘Inquisición, hechicería y posesiones en el Siglo de Oro’, en la que resaltó que en este período se produjo la gran eclosión de la demonología hasta el punto de que se llegaron a publicar diccionarios con millones de nombres atribuidos a diablos y demonios, y los escalafones en el infierno que ocupaban y sus funciones. Influyen las grandes guerras de religión y el cisma entre el protestantismo y catolicismo, así como los deseos de controlar a través del miedo, comentó Palacios, que citó las ‘epidemias’ de casos de posesión que se produjeron en países como Francia y Alemania, cómo las ‘Relaciones de sucesos’ de la época daban cuenta de algunos de estos acontecimientos y cómo traspasaron estos temas a la literatura en obras como ‘La Celestina’ o ‘El rufián dichoso’ de Cervantes.
En su intervención, citó al inquisidor Alonso de Salazar y Frías, que “impidió que en España se llevaran a cabo las grandes quemas de brujas que asolaban Europa en aquella época” y se encargó de revisar el famoso caso de Zugarramurdi.
Con una trayectoria que Palacios comenzó en 2010 con ‘Hijos de Heracles’, su novela histórica se ha impregnado más de ingredientes de la novela de investigación tanto en su cuarta entrega, ‘Muerte y cenizas’, como en su nueva obra, cuyo título lo eligió porque se corresponde con el de un libro de demonología que se escribió en el Siglo de Oro y porque “viene muy a cuento” con lo que sucede en la trama, comentó el autor, quien aseguró que como escritor no le gusta “quedarse siempre en una misma época histórica. Quiero pasármelo bien, disfrutar y aprender mientras escribo lo que me lleva a probar diferentes combinaciones” en cada nuevo proyecto literario.
En ‘La boca del lobo’, donde no faltan la presiones de los poderosos para controlar al pueblo y las envidias y acusaciones falsas entre vecinos, Palacios ofrece diferentes formas de interpretar lo que se narra, de manera que, dependiendo de la forma de pensar y creencias del lector, éste estará más de acuerdo con lo dice el inquisidor más racional o con el otro.