Las grandes ciudades de la provincia, Ciudad Real, Puertollano, Alcázar de San Juan, Valdepeñas o Tomelloso, entre otras, perdieron población el pasado año. Cientos de personas se trasladaron a vivir a otros municipios españoles, fundamentalmente a Madrid, una ciudad que cada año acoge a casi 100.000 nuevos inmigrantes de otras comunidades autónomas, en busca de unas salidas laborales y una trayectoria que se les quedan cortas en sus provincias de origen.
Así lo recoge un ambicioso trabajo periodístico publicado este viernes por el periódico digital www.elconfiencial.com, quien resalta que aunque la capital siempre ha sido un polo de atracción, es en los últimos años cuando se está posicionando como la única opción posible para gran parte de la población.
1.528 personas se marcharon
En concreto, en 2018 fueron 1.528 las personas que se marcharon de Ciudad Real, Puertollano, Alcázar de San Juan, Valdepeñas y Tomelloso a otras ciudades, fundamentalmente a Madrid, frente a las 887 que llegaron para residir en estas localidades.
Así lo recoge el trabajo periodístico de El Confidencial, en su enlace “¿Adónde se ha ido la gente de tu ciudad en los últimos 30 años?” que permite conocer con exactitud cuántas personas se han marchado de un determinado municipio, y adónde se han ido a vivir, y, también, cuántas han llegado y de qué municipios provienen.
La capital perdió 259 habitantes
Así, en el caso concreto de Ciudad Real, a lo largo del pasado año 581 personas se fueron a residir a otras ciudades, por ejemplo a Madrid (340), Toledo (45) o Palma (31), frente a las 322 que llegaron a vivir a la capital procedentes en su mayoría de Madrid (180), Toledo (29) o Barcelona (26).
De Puertollano se marcharon 297 personas, en su mayoría a Madrid (152), Toledo (18) o Barcelona (17), frente a las 165 que provenientes, sobre todo de Madrid, Córdoba o Tarragona, decidieron instalarse en la ciudad minera.
En el caso de Alcázar de San Juan se marcharon 222 personas, mayoritariamente a Madrid (119), Valencia (21) y Toledo (17), frente a las 159 que llegaron procedentes de Madrid, Albacete, Oviedo o Sevilla, entre otras.
En Valdepeñas los números son redondos. La población que se marchó a vivir a otras ciudades el pasado año es justo el doble de la que decidió instalar su residencia en la ciudad del vino, 230 frente a 115. De nuevo Madrid (120) fue el destino preferido de la mayor parte de los que se marcharon, seguido de Granada, La Bañeza o Valencia.
La última de las ciudades consultadas por Lanzadigital, Tomelloso, perdió 198 habitantes que se marcharon a residir en Madrid (86), Alicante (27), Albacete (24) o Valencia (17), frente a las 126 personas que llegaron a este municipio ciudarrealeño el pasado año, procentes en su mayoría de Madrid, Albacete, Alicante, Villarrobledo o Valencia.
Unos datos que contrastan con los del año 2000
Si analizamos los mismos datos de flujo migratorio de estas cinco grandes ciudades de la provincia en el año 2000, los resultados arrojan que aunque todas las grandes ciudades perdieron población, a excepción de Alcázar de San Juan, de la que se marcharon 142 personas pero llegaron a residir 162, y Ciudad Real, la diferencia entre los que se iban y los que llegaban era mucha más reducida.
También se “salva” de esa pérdida de población la capital. En el año 2000 fueron 300 las personas que se marcharon a residir en otras ciudades pero llegaron 320.
De Puertollano se fue, ese año, más del doble de la población que llegó a residir en la ciudad minera, 351 frente a 147 que llegaron; de Valdepeñas salieron 121 personas y llegaron 73 y, por último, de Tomelloso, en el año 2000, se marcharon a residir a otras ciudades 97 personas y llegaron 80.
Al igual que en el año 2018 el flujo de población tanto de salida como de llegada fue, mayoritariamente, la capital de España, Madrid.