Dos años después de que el aeropuerto de Ciudad Real fuera adjudicado a la empresa CRIA -Ciudad Real International Airport- por 56 millones de euros, la compraventa de la infraestructura se ha visto frustrada por falta de financiación, según ha declarado a los medios el máximo accionista de la sociedad, Rafael Gómez Arribas.
La cita en la notaría para culminar la operación era este jueves, pero según Gómez, los responsables del fondo inglés Round Shield Partners, con sede en Londres, que habrían comprometido la inversión de los 53,5 millones pendientes de pagar para que CRIA se hiciese con la infraestructura, no han aparecido.
“No ha sido posible la compra por la falta de apoyo financiero”, ha lamentado esta tarde ante los medios el socio mayoritario de la adjudicataria, que ha achacado el abandono de los ingleses a la pérdida de rentabilidad que hubieran tenido con la inversión, debido a la dilación en la obtención de la licencia dado que la infraestructura aeroportuaria no dispone todavía de la licencia para su explotación comercial.
Sin embargo, Gómez Arribas ha comentado que se trata de una situación paradójica puesto que para obtener la licencia necesitaba culminar el proceso de compra, y “en dos años no hemos conseguido la calificación de gestor aeroportuario porque no éramos dueños del aeropuerto”.
Con semblante serio, Gómez ha dicho sentir el resultado negativo, “no era lo que buscábamos”, y ha cuestionado la incomparecencia de los dirigentes del fondo inglés, quienes no sólo habían acordado por escrito su participación, sino que habían seguido de cerca el proceso de elaboración de la escritura de compraventa y conocían los contratos que estaban listos para su firma en la notaría desde hace tres semanas, incluso sabían de los problemas surgidos a la hora de transferir el dinero, y que hicieron que el juez ampliara el plazo para la compraventa.
Esta actitud colaboradora se acabó, ha sostenido, en los dos últimos días, desde cuando “no han dado respuesta” y “han tenido un comportamiento extraño”, que ha vinculado a que “ha pasado el tiempo, se ha alejado la licencia, y han visto que no tendrán la rentabilidad o las garantías que esperaban”.
Al cultivo de hortalizas
Ha insistido en que los retrasos en la obtención de la inversión y la falta de permisos han lastrado la adquisición de lo que ha calificado una “finca rústica”, que bien podría destinarse “al cultivo de hortalizas”. Al parecer, la infraestructura tiene menos valor al carecer de actividad aeroportuaria y estar sujeta a la variación de las concesiones administrativas.
Con todo, el empresario ha asegurado que no tirará la toalla ante un negocio que tiene una “ventaja y oportunidad” principal como es su carácter privado dentro de un “ecosistema de aeropuertos públicos en España y Europa”.
También ha dicho que los próximos adjudicatarios “podrán aprovechar” los avances realizados por CRIA en los últimos meses, dado que han subsanado “defectos importantes” como la titularidad de las fincas que ocupan la infraestructura y otras mejoras. Estos trabajos “han hecho que esté más cerca de su apertura que antes de que entrase CRIA”.
Agradecimiento
El empresario ha agradecido el comportamiento de los proveedores que han impulsado una “larga y costosa” puesta a punto, además del apoyo de las autoridades y del personal de mantenimiento del aeropuerto, pero “el plazo se ha consumido y no hemos encontrado a tiempo la financiación necesaria y suficiente”.
Ahora, la empresa dirigirá un escrito al juzgado que preside el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 y de lo Mercantil, Carmelo Ordóñez, en el que explicarán los detalles de la situación que se ha producido justo antes de culminarse la operación de compra, cuyo plazo finaliza este jueves a las doce de la noche.
También informarán al juez de los pormenores que han provocado que CRIA pierda los derechos sobre la compra y el dinero invertido hasta el momento, que asciende a cerca de 7 millones de euros, entre el 5% de la cuantía acordada en la adjudicación provisional, 2,8 millones, las mejoras realizadas en el aeródromo y los cerca de 100.000 euros mensuales que debían abonar para el mantenimiento del mismo.
Esta mañana saltaba la noticia de que CRIA no había culminado la operación, tal y como confirmaba a los medios de comunicación el propio Gómez Arribas a su salida de la notaría, a la que también han acudido los administradores concursales de CR Aeropuertos, la empresa concursada hace casi ocho años, cuyo proceso de liquidación ha quedado frustrado este jueves.
“No se ha podido firmar”, ha señalado escuetamente a última hora de la mañana el empresario a los medios que esperaban en la calle, a los que ha remitido a la rueda de prensa que posteriormente ha celebrado en un hotel.
Nuevo proceso judicial
A partir de ahora, el juez tendrá que hacer pública una nueva resolución declarando nulo el proceso de venta a CRIA y reclamándole las cantidades que adeude y, posteriormente, abrirá otro procedimiento de venta al mejor postor con un plazo mínimo de dos meses para la presentación de ofertas.
Fuentes conocedoras del caso han comentado que no será hasta la próxima semana cuando trascienda la decisión del titular del Juzgado de lo Mercantil, que confió plenamente en la empresa adjudicataria, según declaró en una comparecencia pública en la sede del juzgado el pasado mes de noviembre.
En su última providencia de primeros de abril advertía de que CRIA estaba ante la oportunidad postrera, y en el caso de que no se realizara el pago, o no se constatara debidamente la transferencia, se daría “por finalizado el proceso de venta actual con la pérdida de todas las cantidades entregadas por la compradora y la consiguiente obligación de pago de las cantidades que se adeudan a esa fecha la compradora”.
Un mes y medio antes -el 28 de febrero- el titular del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 4 y de lo Mercantil de Ciudad Real dictó otro auto en el que validaba judicialmente el borrador de escritura notarial de compraventa del aeropuerto, y establecía un máximo de 15 días para que se completara la operación de venta.
Inicio de la actividad
Tras más de una década desde que se concibiera desde la Cámara de Comercio de Ciudad Real, a mediados de los 90, el aeropuerto de Ciudad Real empezó a funcionar en diciembre de 2008, con el primer vuelo a Barcelona, una actividad comercial que se mantuvo apenas tres años, hasta octubre de 2011.
En 2010 fue declarado en concurso de acreedores y mantuvo el transporte de pasajeros apenas tres años, el último fue en octubre de 2011, aunque los vuelos privados se alargaron hasta abril de 2012.