El presunto autor del asesinato de Luisa María Cepeda, la mujer de 48 años, madre de dos hijos, y quinta asesinada por violencia machista en Castilla-La Mancha en lo que va de año, es un hombre de 43 años, de Daimiel, y actual pareja sentimental de la víctima.
Las suposiciones más trágicas del paradero de este individuo desde que se convirtió en el único sospechoso del crimen de Luisa María, se han confirmado poco antes de la una de la tarde de este lunes. A esa hora el helicóptero de la Guardia Civil, de apoyo a los agentes de Policía Judicial y Seguridad Ciudadana del dispositivo de búsqueda e investigación del caso, lo ha localizado ahorcado en un encinar de las inmediaciones del pantano de Peñarroya.
El patrón del “suicidio machista”
La noticia no tranquiliza a nadie, al contrario, enerva los ánimos porque vuelve a repetirse un patrón criminal cada vez más frecuente y poco investigado: hombre que mata a su pareja o expareja, y después se suicida, lo que algunos expertos han denominado el ‘suicidio machista’.
No había denuncias previas
Del caso se encarga el juzgado de instrucción y primera instancia número 2 de Tomelloso, que ha decretado secreto de sumario sobre las actuaciones. Los investigadores solo han confirmado que no había ninguna denuncia previa por malos tratos de esta mujer.
El levantamiento del cadáver, para lo que ha sido necesaria la intervención del helicóptero de la Guardia Civil, se ha producido sobre las dos y media de esta tarde. Del sospechoso solo ha trascendido que era la actual pareja sentimental de la asesinada, no el padre de sus hijos, fruto de una relación anterior.
Luisa María, “toda alegría”
Luis María Cepeda “era toda alegría”, han contado a Lanza quienes la conocían, estaba coordinando las comuniones el domingo en el restaurante Epílogo, en el que había cientos de comensales. Parece que nadie vio la agresión. El cuerpo de la mujer apareció a las 19.20 horas en un almacén interior, se cree que la persona que la mató lo hizo entre las siete menos cuarto y las siete y cuarto.
