Varios miles de agricultores y ganaderos de toda Castilla-La Mancha, hasta 9.000 según los organizadores, han mostrado en Toledo su hartazgo y han pedido respeto ante “las situaciones que nos perjudican de manera continua y los constantes ataques”, teniendo en cuenta la aportación del sector en más del 30 por ciento a la riqueza de la región.
Llegados de todas las provincias castellano-manchegas, como la de Ciudad Real, desde donde han partido una veintena de autobuses y decenas de coches, han alcanzado su objetivo, que era llamar la atención de la ciudadanía sobre la pérdida de rentabilidad que sufren.
La unión hace la fuerza y así lo han demostrado en la capital autonómica, donde las organizaciones convocantes, Asaja, Upa y Coag, han querido ubicar la zona cero de las protestas del campo castellano-manchego, en concreto en la Plaza de Zocodover, donde al mediodía los líderes han lanzado sus demandas a los gobiernos y sus consignas reivindicativas.
Al grito del “campo unido, jamás será vencido”, la manifestación ha discurrido desde las 11 horas con el lema en la cabecera de ‘Agricultores y ganaderos al límite’, junto a una veintena de tractores, y se han conjurado en un clamor contra la crisis de precios que lastra sus explotaciones, y contra la nueva subida del SMI, inasumible, según han dicho, en sus negocios, ante la caída interanual en un 9% de la renta agraria.
El órdago se enmarca en la estrategia nacional de protestas, iniciada hace unos días en Don Benito (Badajoz), que esta semana llegará a Madrid, y que ya ha hecho reaccionar a la administración central: el ministro de Agricultura se reunirá mañana miércoles con los responsables de los sindicatos agrarios.
Mismos precios de 1990 y márgenes del 500%
En Toledo, los agricultores han pedido ayuda a los gobiernos para garantizar un futuro rentable y sostenible porque “vendemos nuestros productos a los mismos precios que hace 30 años”, mientras que “soportamos unos costes de producción altísimos”, y unos márgenes comerciales de más del 500%
Se suman que la industria y la distribución agroalimentaria “abusan de su posición de dominio” y los aranceles americanos “penalizan nuestras exportaciones”, por lo que “necesitamos un compromiso de la Unión Europea con el sector en España”.
Han demandado una revisión de las condiciones de los tratados comerciales de la Unión Europea que “nos perjudican”, ya que las importaciones de países terceros “no cumplen las mismas normas ambientales, sociales, laborales y de calidad y seguridad alimentaria que cumplimos los productores europeos”.
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Otros de los ejes de sus reivindicaciones ha sido la llamada de atención de movimientos ecologistas “que criminalizan nuestro modelo de producción, cuando nosotros somos los primeros defensores del medioambiente”.
“Recibimos acusaciones injustas y tremendamente graves como que somos los causantes del cambio climático”, o críticas como que “la agricultura usa materias activas”, mientras que “la fauna silvestre nos come nuestro medio de vida, nuestros animales y cultivos”, se han quejado.
Por todo ello “estamos hartos”, han clamado, porque “lo único que queremos es que se nos pague un precio justo”.
Demandas
Así, los dirigentes de Asaja, Upa y Coag, Pedro Barato, Julián Morcillo y Ángel Galve, respectivamente, han demandado un marco regulatorio de la cadena alimentaria obligatorio y único en Europa, la puesta en marcha de medidas que refuercen el poder negociador de los productores, la regulación del Código de Buenas prácticas comerciales y la prohibición absoluta de la venta a pérdidas.
También se han mostrado en contra a los recortes de la PAC post 2020 porque “no son solo ayudas, son políticas serias con terceros países y defensa de los productos de la UE, de salud, sanidad, y defensa medioambiental”.
Igualmente, han exigido reciprocidad en las relaciones comerciales con otros países, “medidas eficaces y presupuesto” para luchar contra las enfermedades animales y vegetales, además de un “control riguroso de las poblaciones de especies silvestres que se alimentan del ganado y de los cultivos: lobos, ciervos, corzos, jabalíes, topillos, conejos, o buitres”.
Con todo, han reivindicado el papel que desempeñan los agricultores y ganaderos en Castilla-La Mancha, produciendo alimentos, actuando contra la crisis climática y la despoblación, y han hecho un llamamiento a Bruselas, al Gobierno Central y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para que “defiendan nuestra profesión, la labor que día a día realizamos para proporcionar alimentos seguros y dar vida a nuestros pueblos”.
